- El lehendakari, Iñigo Urkullu, juró ayer su cargo ante el árbol de Gernika con mascarilla y según la ceremonia tradicional pero condicionada por las medidas anti-covid-19 que limitaron el número de invitados en la Casa de Juntas, obligaron a mantener las distancias e imposibilitaron los abrazos y felicitaciones que sí recibió en las otras dos ocasiones en que protagonizó este acto, en 2012 y 2016.

Esta celebración, siempre cargada de simbolismo y referencias históricas, estuvo marcada por el respeto de la distancia interpersonal para evitar contagios del coronavirus y las mascarillas, que solo se retiraban los intervinientes en el momento de tomar la palabra e inmediatamente se volvían a colocar y que taparon los gestos de emoción que se produjeron y permanecieron en las caras incluso en las fotos oficiales.

Los más de 300 invitados que en otras ocasiones asistieron a esta ceremonia, se redujeron ayer a solo 30, por esa limitación de aforo.

El pasado jueves Urkullu fue investido lehendakari por tercer mandato consecutivo en un pleno parlamentario en el que recibió el apoyo de su partido y del grupo socialista, y gobernará así, por primera vez, con una cómoda mayoría absoluta que le permitirá sacar adelante todas las leyes que diseñe su Ejecutivo de coalición PNV-PSE.

Dos días después, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del Real Decreto de su nombramiento firmado por el rey, Urkullu juró ayer a mediodía su cargo y reeditó su toma de posesión como lehendakari, en la Casa de Juntas de Bizkaia, antes de dar a conocer su nuevo equipo de gobierno.

Tal y como hizo en 2012 y en 2016, Urkullu juró su cargo ante el árbol de Gernika, símbolo de las libertades vascas, en euskera, sobre un ejemplar del Estatuto de Autonomía y una copia del Fuero Viejo del Señorío de Bizkaia del año 1600, sin Biblia, ni crucifijo en la mesa del juramento.

En las tres ocasiones, se ha acogido a la fórmula tradicional del juramento usada en 1936 por el primer lehendakari, José Antonio Agirre, y que repitieron después Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza y Juan José Ibarretxe, cambiando la expresión “humillado ante Dios” por la de “humilde ante Dios”, e incluyendo la referencia a “la sociedad”, que antes no estaba.

De esa manera, la frase en euskera pronunciada por Urkullu hace ocho años y repetida en 2016 y también ayer fue: “Apal apalik, Jaungoikoaren eta gizartearen aurrean, euzkolur gainean zutik, eta Gernikako haritzaren azpian, asaben gomutaz, herri ordezkari zareten zuen aurrean, nire agintea zintzo beteko dudala, zin dagit”.

El 15 de diciembre de 2012, Iñigo Urkullu se convirtió en el sexto lehendakari, tras recibir la makila (bastón de mando) de manos del socialista Patxi López -el único exlehendakari que este sábado ha asistido a la Casa de Juntas- , y tanto hace cuatro años como ayer a mediodía fue la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejería, quien le pasó la makila, y se dio lectura al acuerdo parlamentario de la designación como lehendakari, en la toma de posesión del cargo.

Si en 2012 Urkullu aseguró en esta celebración que iba a trabajar con “determinación” por “una Euskadi de progreso, en paz y libertad por sí misma en Europa”, ante el entonces ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, y hace cuatro años se comprometió a trabajar “por una Euskadi mejor y para todos” ante la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en esta tercera ocasión se ciñó a dar lectura al texto de toma de posesión como máximo representante del Estado en esta comunidad autónoma “con lealtad a la Corona y respeto a la Constitución y al Estatuto de autonomía” ante el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, como representante del Gobierno de España.

Solo algunos representantes del Parlamento Vasco, la presidenta de las Juntas de Bizkaia junto a Iñigo Urkullu y su familia accedieron al salón de plenos de la Casa de Juntas; el resto de invitados, además de los medios de comunicación, siguieron el acto con pantallas ubicadas en una sala anexa de la Casa de Juntas, un edificio construido siguiendo estilos medievales. Entre los invitados, la presidenta de Navarra, María Chivite, y el presidente del Parlamento navarro, Unai Hualde, o los anteriores presidentes del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, Jesús Egiguren e Izaskun Bilbao.