- El vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para Relaciones Interinstitucionales, Maros Sefcovic, advirtió ayer de que Bruselas no está dispuesta a renegociar el controvertido protocolo para Irlanda del Norte, una parte del acuerdo del Brexit a la que el Reino Unido pone ahora objeciones. "Estamos dispuestos a explorar todas las posibilidades dentro del protocolo y dentro del Acuerdo de Salida -de la Unión Europea-, pero no podemos renegociarlo", afirmó Sefcovic en una rueda de prensa en Londres. El vicepresidente comunitario se reunió con el negociador británico para asuntos del brexit, David Frost, sin que se produjeran avances hacia un entendimiento.

El Reino Unido pospuso de manera unilateral hasta octubre algunos de los controles aduaneros que había acordado llevar a cabo entre Irlanda del Norte y la isla de Gran Bretaña, una solución diseñada para evitar una aduana entre las dos Irlandas, lo que contravendría los acuerdos de paz de 1998.

El próximo 30 de este mes deben entrar en vigor los controles sobre productos cárnicos preparados, una medida que por ahora no ha sido pospuesta.

El Reino Unido insiste, sin embargo, en que esas inspecciones aduaneras generan demasiados problemas en el mercado interno británico y pide "soluciones pragmáticas" para evitar una "guerra de las salchichas" a Bruselas, que por su parte ya ha iniciado el proceso para tomar acciones legales contra el retraso unilateral de algunos controles.

"Todos los grandes actores (internacionales) están contemplando muy de cerca si el Reino Unido respeta sus obligaciones internacionales", advirtió Sefcovic.

Se han producido "diversas rupturas" de los compromisos adquiridos por Londres y "no creo que esto sea algo que en el pasado se hubiera asociado al Reino Unido", esgrimió el vicepresidente comunitario.

Subrayó asimismo que la administración del presidente estadounidense Joe Biden "está siguiendo la cuestión con mucho interés".

Por parte británica, Frost reconoció la falta de avances, si bien destacó que los contactos han sido "sinceros" y continuarán. "El problema que tenemos es que la implementación del protocolo se está haciendo de una manera que causa un trastorno en Irlanda del Norte. Hemos tenido unas conversaciones bastante sinceras", añadió el negociador y secretario de Estado del gabinete. "No hubo ningún avance, tampoco hubo rupturas, y vamos a seguir conversando. Lo que realmente necesitamos hacer ahora es encontrar muy urgentemente algunas soluciones para apoyar el acuerdo del Viernes Santo, en Belfast, respaldar el acuerdo de paz en Irlanda del Norte y permitir que las cosas vuelvan a la normalidad", señaló.

Según el Gobierno británico, las conversaciones tampoco avanzaron en sectores polémicos, como la importación en Irlanda del Norte de productos cárnicos, patatas y otras materias primas, así como el viaje de mascotas de Gran Bretaña a la provincia británica. Tampoco se pusieron de acuerdo en las cuotas arancelarias de mercancías que entran en la provincia, como el acero.

En el Parlamento, el primer ministro Boris Johnson se limitó a decir que estaba de acuerdo "completamente" con Frost, del que dijo que está haciendo un "magnífico trabajo".

En el lado opuesto, los ministros de Pesca de la Unión Europea dieron ayer su visto bueno político al acuerdo alcanzado con Reino Unido para las posibilidades de pesca para este año de las poblaciones de gestión compartida entre ambas partes, el primer pacto desde que Londres abandonara el bloque. "Hemos llegado a la conclusión de que las cuestiones más sensibles para los Estados miembros han sido resueltas", señaló en rueda de prensa Ricardo Serrao Santos, ministro de Asuntos Marítimos de Portugal, que hasta finales de mes ostenta la presidencia de turno de la UE.

Entre los aspectos que destacó el responsable luso de Pesca y que han sido pactados con las autoridades británicas, además de las cuotas para los 75 stocks compartidos, se encuentran condiciones "específicas" de gestión conjunta, la flexibilidad entre áreas y el mecanismo de intercambio de cuotas.

Fondos de reserva. El pleno del Parlamento Europeo respaldó ayer la creación de una reserva de 5.000 millones de euros que servirá para apoyar a los sectores más afectados por la salida de Reino Unido de la Unión Europea, que se produjo en enero de este año. Este fondo de contingencia, propuesto por la Comisión Europea dentro del marco presupuestario para los próximos siete años, será negociada ahora entre los eurodiputados y los Estados miembros, que han pedido acelerar las conversaciones para lograr un acuerdo el próximo día 17 como muy tarde. Según la propuesta del Parlamento Europeo, Irlanda recibiría 1.000 millones de euros; Países Bajos, 810; Francia, 672; Alemania, 591; y Dinamarca, 251.

"No hubo ningún avance, tampoco hubo rupturas, y vamos a seguir conversando"

Ministro británico para el Brexit

"Estamos dispuestos a ver las posibilidades del protocolo, pero no podemos renegociarlo"

Vicepresidente comunitario