Próspero Morán (Sama de Langreo, 1962), explica que hasta la Transición, el asturiano tuvo un estatus "idéntico" al de otras lenguas del Estado. Sin embargo, en 1978 hubo un momento que refleja esa realidad sobrevenida. En el debate constitucional, un diputado vasco se quedó solo defendiendo la condición de lengua oficial para el asturiano". Aquel año fue un punto de inflexión. "Todo elmundo la daba por hecho y sin embargo, cuando el Estatuto de Autonomía llegó a Madrid para ser refrendado, hubo un sector dentro de UCD que se opuso sistemáticamente a que el asturiano fuera lengua oficial".Después de que se impidiera sacar adelante el borrador estatutario, cuenta Morán, "comenzó una campaña que ha convertido el asturiano en los bables, hablas locales, que simplemente son variantes de un castellano mal hablado en los pueblos, y eso ha llegado incluso a publicaciones académicas y a los libros de texto. Un manto que ha ocultado la realidad, que el asturiano era una lengua que ya se había intentado normalizar en la época de Jovellanos, y que tenía una implantación popular muy importante y una literatura no tan destacable como la de otras lenguas vecinas, pero igualmente significativa".

A su juicio, desde un punto de vista político, "el principal problema durante los últimos años ha sido básicamente que cuando el Partido Popular se manifestaba partidario en 1998 de incluir la oficialidad en la reforma estatutaria se oponía el PSOE, dominado por una tendencia jacobina. Sin embargo, ahora el PSOE ya no tiene ese peso jacobino, y ha llegado ala dirección del partido gente joven, que proviene de ámbitos donde siempre se ha hablado asturiano, que no tienen ese estigma centralista de pensar que todo lo bueno viene de Madrid. Pues bien, es el PP justamente el que hace lo contrario, mandando un discurso contrario en Asturias con respecto a Galicia. Allá el gallego es un elemento cohesionador para el pueblo gallego, y en Asturias el asturiano es un elemento distorsionador que va a llevar a un nacionalismo tramontano que acabará como el rosario de la aurora". En ese movimiento pendular bipartidista, Foro Asturias ayuda a inclinar la balanza. "Álvarez Cascos siempre fue un político muy pragmático que en el 98 impulsó junto con otros dirigentes asturianos que se incluyera la oficialidad en el Estatuto, y en la formación de Foro recalaron casi todos los asturianistas conservadores. Hoy se mantiene vivo ese espíritu, y políticamente es la seña que lo está identificando frente a la derecha y a la ultraderecha tramontana que representan PP y Vox". En todo caso, Morán observa que en Madrid medios de comunicación conservadores o ultraconservadores "están echando toda la carne en el asador", contra la oficialidad del asturiano, lo que cree que ello "denota que esta vez parece que va en serio".