- La noticia saltó el pasado lunes: 65 dirigentes independentistas catalanes y vascos han sido supuestamente espiados por una entidad que ha empleado el programa israelí Pegasus, que en principio solo lo pueden adquirir gobiernos. Entre las personas afectadas, tres expresidents de la Generalitat (Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra), y el actual jefe del Ejecutivo, Pere Aragonès. Pero, ¿cómo es posible la infección de sus teléfonos móviles?

El informe del Citizen Lab de la Universidad de Toronto (Canadá), que firman John Scott-Railton, Elies Campo, Bill Marczak, Bahr Abdul Razzak, Siena Anstis, Gözde Böcü, Salvatore Solimano y Ron Deibert, concluye que la estrategia no fue solo infectar los terminales móviles, sino que para hacerlo hubo un trabajo previo: "La sofisticación y la personalización de los mensajes variaron, pero reflejan un conocimiento detallado de los hábitos, intereses, actividades y gustos" de las personas que iban a ser atacadas.

Así, Citizen Lab ejemplifica lo sucedido con el informático Jordi Baylina. Afincado en Barcelona, sufrió "al menos 26 intentos de infección. En última instancia, se infectó al menos ocho veces entre octubre de 2019 y julio de 2020". Una de ellas, por culpa de un "mensaje de texto camuflado de enlace de tarjeta de embarque para un vuelo de Swiss Air Lines que había comprado".

Los investigadores deducen que quien operaba Pegasus "pudo haber tenido acceso al Registro de Nombres de Pasajeros (PNR)". El registro consiste en un listado que las compañías aéreas deben facilitar a la policía para la "prevención, detección, investigación y enjuiciamiento de delitos terroristas y delitos graves".

De la misma manera, quienes manejaban Pegasus también enviaban a los afectados por el espionaje notificaciones a modo de cebo a sus teléfonos móviles con información de instituciones públicas, alertas de noticias de última hora o avisos de empresas de paquetería. Al hacer clic para abrir la notificación, el virus penetraba en el móvil.

El informe de Citizen Lab también constata que, aunque no fue el método mayoritario, hubo terminales que se infectaron sin necesidad de que el usuario abriera ningún mensaje, aprovechando las vulnerabilidades de aplicaciones como WhatsApp.

¿Qué buscan los operadores de Pegasus y Candiru, los dos programas de origen israelí que Citizen Lab denuncia que se han empleado? Desde bucear en la información que tiene el terminal hasta invadir con oídos y ojos allá donde se encuentre el espiado, ya que se podía llegar a manejar el teléfono desde la distancia y activar la cámara y el micrófono del móvil.

"En este momento, Citizen Lab no atribuye de manera concluyente estas operaciones de piratería a un gobierno en particular. Sin embargo, una variedad de evidencias circunstanciales apunta a un fuerte nexo con una o más entidades dentro del Gobierno español", aseguran los autores de la investigación sobre unos ataques que también afectaron al líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y al diputado soberanista Jon Iñarritu.

Entre las deducciones que les lleva a esa conclusión, Citizen Lab señala que "los objetivos eran de evidente interés para el Gobierno español; el momento específico de la focalización coincide con eventos de interés específico para el Gobierno español; el uso de contenido de cebo en los SMS sugiere el acceso a la información personal de los objetivos, como los DNI; y, según se informó en su día, el CNI de España ha sido un cliente del Grupo NSO (creador del programa de espionaje) y el Ministerio del Interior posee una capacidad no identificada pero similar".

Por descarte, el grupo de expertos en ciberseguridad de la Universidad de Toronto considera "poco probable que un cliente de Pegasus que no sea español emprenda una orientación tan amplia dentro de España, utilizando SMS y, a menudo, haciéndose pasar por las autoridades españolas. Tal operación clandestina de varios años, especialmente contra personas de alto perfil, tiene un alto riesgo de descubrimiento oficial y seguramente conduciría a graves repercusiones diplomáticas y legales para una entidad gubernamental no española".

El Gobierno español se ha amparado hasta la fecha en la Ley de Seguridad Nacional para evitar concretar si el CNI o cualquier otro organismo dependiente del ejecutivo ha hecho uso de Pegasus. La primera en pronunciarse fue la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, que aseguró que el Gobierno no tiene "nada que ocultar", si bien explicó que "asuntos que tienen que ser tratados de forma secreta" según lo establecido por una ley a la que el Ejecutivo se atiene.

Después, la ministra de Defensa, Margarita Robles, de cuyo Ministerio depende orgánicamente el Centro Nacional de Inteligencia, declaró en el Canal 24 horas que los agentes del CNI "siempre actúan con arreglo a la legalidad vigente", tras lo que añadió que "es muy fácil imputarle al CNI determinadas actuaciones porque sabe que el CNI no se puede defender".

Para Citizen Lab es improbable que el espionaje esté residenciado en un ámbito ajeno a los intereses españoles

Algunas víctimas recibieron tarjetas de embarque falsas de vuelos contratados que al confirmar abrían el teléfono al programa espía