El PP apuesta por repetir su histórica alianza electoral con UPN, pero reclama un mayor protagonismo para su marca en una hipotética candidatura conjunta. Es decir, más peso institucional y visibilidad para su sigla, históricamente oculta a la sombra de la marca regionalista. El acuerdo está pendiente de concretar y dependerá de la decisión que pueda tomar el presidente de UPN, Javier Esparza. No obstante, el PP confía en cerrar la alianza, al menos en sus líneas generales, en las próximas semanas.

Es la principal opción que barajan en la sede de Génova. De entrada porque no es fácil conformar candidaturas por todas las localidades navarras para cada ayuntamiento. Ni siquiera con una hipotética alianza con la plataforma que promueven Sergio Sayas y Carlos García Adanero. Pero sobre todo porque tras las municipales y las autonómicas de mayo llegan las elecciones generales, principal objetivo del PP. Y Feijóo busca amarrar el máximo número de escaños posibles para tratar de formar gobierno en solitario, una opción que podría ser viable a la luz de algunas encuestas.

En esa línea apunta el diario El Mundo, que en su edición de ayer avanzaba contactos de la nueva dirección popular con algunas formaciones regionales. Partidos como Coalición Canaria, el Partido Regionalista de Cantabria o Teruel Existe. Fuerzas que se escapan de la órbita del centro derecha, pero cuyos escaños se podrían sumar a los PP en una hipotética sesión de investidura si los números salen del lado del Feijóo. Según el mismo diario, está previsto que los populares busquen incluso un acercamiento al PNV, con quien prácticamente tiene rotas las relaciones desde que los jeltzales avalaron la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Coalición en Navarra

En este escenario de búsqueda de alianzas regionales UPN surge nuevamente como un socio prioritario, capaz de garantizarle dos escaños en el congreso tras las próximas elecciones generales. Hay que revisar sin embargo los términos en los que se planteó la última vez. Una negociación a la baja que los populares, entonces liderados por Pablo Casado, tuvieron que aceptar desde una posición de debilidad, sumándose al acuerdo previo que habían cerrado Javier Esparza y Albert Rivera.

El presidente de UPN, Javier Esparza, y Albert Rivera, tras firmar el pacto para Navarra Suma.

El presidente de UPN, Javier Esparza, y Albert Rivera, tras firmar el pacto para Navarra Suma.

Actualmente los populares solo tienen dos de los parlamentarios en Navarra Suma frente a los tres de Ciudadanos y los 15 de UPN. El partido de Esparza se quedó además con los dos diputados en Madrid y las manos libres para negociar con el Gobierno de Pedro Sánchez. Y aunque Sayas y Adanero han acabado expulsados precisamente por mantenerse en la órbita del PP, los populares tienen claro que repetir estas condiciones es inasumible.

La situación del centro derecha ha cambiado mucho desde entonces. Ciudadanos ha desaparecido del mapa electoral y el PP se ha convertido en la referencia de todo el centro derecha. Así que exigen su correspondiente reequibrio de poder en la futura coalición. También que se tenga en cuenta las siglas del PPN, refundado en 2008 tras la ruptura con UPN de aquel año. Algo que parece descartar la posibilidad de concurrir exclusivamente bajo la marca regionalista, como ocurría hasta entonces.

Son en cualquier caso detalles que quedan por cerrar en una futura conversación que, como ya avanzó el propio Esparza, tendrá lugar entre los dos presidentes del partido. Solo que esta vez con el líder de UPN debilitado tras la crisis interna abierta con la expulsión de Sayas y Adanero, y con Feijóo con mayor margen de negociación. No se descarta, apuntan en el PP, concurrir en solitario al próximo ciclo electoral si los términos de una alianza con UPN no le son satisfactorios.

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Es algo que se da por hecho ya en el PP de Navarra, que aspira a mejorar su presencia institucional tanto en el Parlamento foral como en Madrid. Internamente se asume además que el congreso del partido se volverá a retrasar sin fecha concreta. Sin Ana Beltrán en liza, las miradas apuntan al parlamentario Javier García como posible figura de consenso interna. En cualquier caso, tanto el diseño de la nueva ejecutiva como la línea política quedan por resolver, al menos, hasta aclarar los términos del acuerdo con UPN.

Refundación

Sayas y Adanero, a la expectativa

Movimiento pendiente. La plantaforma puesta en marcha por Sergio Sayas y Carlos García Adanero ha apostado por un perfil bajo desde su presentación el pasado junio. Más allá de algún encuentro puntual con motivo de las festividades patronales, los dos diputados han limitado este verano su actividad política a su escaño en Madrid –fueron la única voz navarra en el Debate sobre el estado de la Nación de julio–. Los tiempos corren, pero los promotores de la plataforma han optado por no precipitar movimientos a la espera de que UPN y PP decidan sin van en coalición. Que lo hagan o no servirá para definir el escenario de la derecha en Navarra, que encara una suerte de refundación. Si UPN opta por ir en solitario, podrían explorar una alianza con los populares. En caso contrario, está por decidir si se busca un espacio a la derecha del regionalismo tracional en forma de partido, con las dificultades y riesgos que entraña, o se limitan a ser por ahora una corriente de opinión dentro de la derecha navarra.