Viaje a la Gamazada que sacudió a Navarra hace 130 años de la mano de dos historiadores, para desentrañar las claves de un momento histórico en la defensa de la foralidad, una eclosión de indignación a raíz del intento del ministro de Hacienda, el liberal Germán Gamazo para aplicar a Navarra el régimen común. Dialogan Roldán Jimeno Aranguren y José Luis Nieva Zardoya, participantes en un reciente ciclo de conferencias sobre esta materia organizadas por Colectivos Populares de Navarra.  

“Acontecimiento sin parangón”

“Se vivió como un triunfo de Navarra. Fue un éxito arrollador, y la ley de Presupuestos del ministro Gamazo no se llevó a cabo”

Roldán Jimeno: La Gamazada es uno de los acontecimientos históricos simbólicamente más aunadores para los navarros, que no tiene parangón. Generó un movimiento popular, impulsado de alguna manera desde la Diputación. Hubo una simbiosis entre el pueblo y las instituciones públicas. En un siglo que había estado jalonado por guerras civiles y no civiles, y tras ellas las consiguientes crisis de los fueros. La Gamazada no solo fue un éxito de movilización, es que acabó bien. Gamazo dimitió en marzo de 1894 por un cúmulo de circunstancias que le dejaron en una situación insostenible, y los fueros se mantuvieron. Aquí esto se vivió como un triunfo de Navarra. Fue un éxito arrollador, y esa ley de Presupuestos que había impulsado Gamazo, en la que el Gobierno de España iba a tener capacidad para poner los impuestos que quisiera, no se llevó a cabo. El sistema previo al del Convenio Económico, el de Tejada Valdosera, de 1877, que está en el germen de la Gamazada, se proyecta con reajustes hasta 1927, año del primer Convenio Económico como tal entre Navarra y el Estado. Ese triunfo de la Gamazada de alguna manera se puede llevar hasta entonces en sus efectos prácticos y consecuencias jurídicas.

“Fue el primer movimiento de masas pacífico en la historia contemporánea de Navarra. Como explosión fuerista fue algo fugaz”

José Luis Nieva: En Navarra también mandaban los liberales. Todas las protestas y manifestaciones se dieron en un contexto de crisis agropecuaria tras la última guerra carlista, con todos los municipios bastante endeudados. La situación económica no era buena, y eso seguramente fue un factor. La Gamazada fue el primer movimiento de masas pacífico en la historia contemporánea de Navarra. El 28 de mayo de 1893 se montó la primera manifestación fuerista en Pamplona y en otras capitales. En el Ayuntamiento de Pamplona Estanislao Aranzadi, euskaro, dijo que no era un día de hablar, sino de sentir. En julio habló en el Congreso Arturo Campión, y solo hubo un diputado de fuera de Navarra que votó en contra de la ley, el levantino Francisco Llorens, homenajeado en agosto en el hotel La Perla. En febrero de 1894 fue el segundo momento fuerte. La Diputación fue a Madrid a negociar, y no consiguió nada. Fue destacable la unión de los navarros en torno al fuero, que nos aproximó a un sentimiento popular de unión con el resto de territorios forales, y fomentó el laurak bat, base para un acuerdo entre vascongados y navarros de cara a luchar contra el centralismo que se opone a nuestros respectivos derechos forales. 

“Explosión fugaz”

José Luis Nieva: Como explosión fuerista fue algo fugaz. Estanislao Aranzadi llegó a vitorear a Gamazo porque gracias a él, Navarra vivía el día más grande de su historia. Los euskaros lo percibieron así. Fue un momento de entusiasmo fuerista. Un suflé. El monumento a los Fueros significa la unión de los navarros. Si se volviera a construir ahora por lo menos dos de sus actuales placas no se pondrían. Cada uno lo interpreta como quiere. Es una contradicción.

“Si ni los propios navarros nos creemos la columna vertebral de nuestro sistema foral, al final acabará resquebrajándose”

Roldán Jimeno: Cuando ocurrió la Gamazada, aunque había pasado más de medio siglo desde que Navarra había dejado de ser reino, todavía existía un acervo popular, un poso mantenido primero por la causa carlista, y después por el nacionalismo vasco, de una concepción de los fueros del antiguo régimen. Eso se ve muy bien en las placas del Monumento del Paseo Sarasate. Todos los mensajes que tenemos ahí son los textos clásicos de la doctrina jurídica del Fuero General de Navarra, del siglo XIII, donde está instaurado el pactismo, la columna vertebral del derecho navarro. Es un acervo que aún sigue ahí, en una doctrina culta como la de los euskaros, o en una popular de los que estaban en las trincheras del carlismo. El cambio por el que la gente empezó a desconectar obedeció, al menos desde un punto de vista jurídico, a dos razones. A finales del siglo XIX el derecho se tecnificó sobremanera. Coges el Convenio Económico de 1927, y no digamos todos los posteriores, y o sabes derecho financiero o no hay quien entienda de qué van. Hay un desapego hacia el derecho, y no solo en Navarra, es general en todo el mundo occidental. De ser un derecho que todo el mundo lo entendía, pasamos a uno prácticamente solo inteligible para gente experta. Por otro lado, en la segunda mitad de los años diez, hubo un cambio importante de escenario en España: el autonomismo. Así, en 1917, 1918 y 1919 emergió un discurso sobre los fueros vasconavarros, de unión de los cuatro territorios, un laurak bat en clave autonómica, al compás sobre todo de Catalunya. Es una especie de antecedente directo de un Estado de las autonomías, descentralizado, federalista, conceptos que en el siglo XIX en la práctica no existían. Con ese nuevo marco se empieza no solo a hablar de una posible autonomía de los cuatro territorios, sino que se dan pasos como la creación de Eusko Ikaskuntza en 1918, como resultado de una reivindicación de la universidad vasconavarra, proyecto de 1866, muy anterior al nacimiento del nacionalismo vasco, para que Eusko Ikaskuntza fuera un germen de la futura universidad. Además en 1919 surgió Euskaltzaindia. El paradigma cambió. 

El contexto tras el golpe de Primo de Rivera

Roldán Jimeno: Con la dictadura de Primo de Rivera (este 13 de septiembre se cumple un centenario de su golpe) hubo un corte, si bien el regionalismo, nacido en el siglo XIX, se entremezcló con el nacimiento de los nacionalismos, muy especialmente en Navarra. 

José Luis Nieva: El navarrismo cuando nació era de los euskaros. Los regionalistas eran ellos. 

Roldán Jimeno: Fue un momento en el que el regionalismo hizo una serie de propuestas como en su origen la universidad vasconavarra. Esa generación regionalista dará lugar a la generación inmediata de los euskaros, de un regionalismo euskaro. La dictadura de Primo de Rivera en el conjunto de España hizo muchos guiños al regionalismo, muy folclóricos, pero paradójicamente esa dictadura, aunque fue muy centralista y fue contra los nacionalismos periféricos, en ciertas cuestiones de los regionalismos no hizo un corte radical. Y ese sentimiento vasquista perduró hasta la Segunda República, en esos planos muy folclóricos.

“Destacó la unión de los navarros, y la aproximación sentimental al resto de territorios forales y al fomento del laurak bat”

José Luis Nieva: En esta época muy pocos negaban que Navarra fuera vasca. Cuando se hablaba de unión vasconavarra, todos eran vascos. Los vascos no eran ellos y nosotros los navarros. Ellos eran los vascongados y nosotros los navarros. Las diferencias estaban en cómo articularse, no si en éramos vascos. En esas diferencias, un argumento eficaz para no juntarse fue decir que no éramos vascos. Se pasó a eso, y luego cuando nació el nacionalismo y había que dar propuestas políticas concretas se confundió ser vasco con ser nacionalista. 

¿Desconexión actual?

“Si el monumento a los Fueros se volviera a construir ahora por lo menos dos de sus placas no estarían. Cada uno lo interpreta como quiere”

José Luis Nieva: ¿Tú ves a la gente dispuesta a manifestarse como en la Gamazada? Igual, como decían los euskaros, es verdad que el españolismo se ha ensoñoreado del ánimo navarro. La gente ahora está en otras cosas. Y si se abre el melón de la Constitución algunos ya dicen que la vía que tiene Navarra de poderse incorporar al País Vasco la van a cerrar, así que no sé si es mejor abrirlo o no. En general, creo que las cosas han ido a peor, y con el tiempo se ha valorado lo que se fue perdiendo.

Roldán Jimeno: Así es. Los juristas de Navarra se quejaron amargamente de la ley del 25 de octubre de 1839, de la ley del 18 de agosto de 1841, del Convenio de Tejada Valdosera de 1877, la ley de Presupuestos del Estado de 1893 que dio lugar a la Gamazada, o el Convenio Económico de 1927, que fue criticadísimo. El del 41, en lo peor de lo peor del franquismo cuando nadie podía decir ni mu, incluso tuvo críticas, y el de 1969 muchas más, lo mismo que el Amejoramiento de 1982 y el último Convenio, de los años noventa. Más allá de eso, el Convenio Económico tiene actualmente un problema de inteligibilidad. Es una fórmula matemática complicadísima de entender. 

Ignorancia sobre “la columna del sistema” 

Roldán Jimeno: En Navarra nos falta pedagogía, que es muy importante. Dónde se tendría que dar no lo sé. La enseñanza escolar en primaria no es el lugar, por momento y edad para entrar en estas cuestiones complejas, pero en la secundaria y en el bachillerato tampoco se hace. El plan de estudios tampoco acompaña. Yo hice un análisis de todos los contenidos sobre derecho foral que había en enseñanza secundaria y bachillerato. El resultado era de echarse a llorar, y eso no ha ido a mejor, sino cada vez a peor. La práctica totalidad de los estudiantes que entran en la universidad no tienen ni siquiera un conocimiento somero del Convenio Económico. Te encuentras con alumnos de Derecho, donde doy clases, con un grado de desconocimiento total, y de los que algo saben, la primera palabra que les viene a la boca es ‘privilegio’. Término que ya no solo hoy, sino históricamente sería impensable, porque no lo tenemos por un privilegio, sino por un derecho propio, por unos derechos históricos que nos pertenecen, por un hecho diferencial que es lo que nos identifica como navarros. El desconocimiento que hay en torno al Convenio Económico es total en Navarra. Creo que el Gobierno de Navarra y todas las instituciones tendrán que afanarse, porque si ni los propios navarros nos creemos la columna vertebral de nuestro sistema foral, al final acabará resquebrajándose, y poco a poco nos acabaremos convirtiendo en un cuerpo inválido. 

José Luis Nieva: Que se vea ahora lo que era ser navarro como una anomalía nos demuestra a todos lo que hemos cambiado. Y sin embargo estamos reivindicando el monumento a los Fueros como algo que nos une, algo navarro pero en lo que no estamos de acuerdo. Realmente es paradójico.

ROLDÁN JIMENO ARANGUREN

  • Profesor universitario. Nacido en Pamplona, en 1973. Profesor de Historia del Derecho y de las Instituciones de la Universidad Pública de Navarra. Jimeno ha trabajado sobre aspectos relacionados con la Gamazada en diferentes momentos. “Hubo una simbiosis entre el pueblo y las instituciones públicas”, subraya. 
  • Ignorancia entre universitarios. Jimeno comparte su experiencia de impartir clase a un alumnado con un severo desconocimeinto sobre el Convenio Económico. 

JOSÉ LUIS NIEVA ZARDOYA

  • Doctor en Historia. Nacido en Pamplona, en 1967. Doctor por la Universidad de Navarra. Su tesis se tituló La idea euskara de Navarra (1876-1902).  
  • “Un suflé”. Destaca la importancia de la Gamazada como movimiento de masas pacífico, el primero contemporáneo en Navarra, pero incide en su fugacidad. Un momento de “entusiasmo fuerista” que lo compara con un “suflé”, y lamenta la desconexión social que percibe en esta cuestión.