Reformar el Amejoramiento no será sencillo. El Parlamento de Navarra va a volver a poner en marcha una ponencia para estudiar posibles cambios en el estatuto navarro, la ley que rige el autogobierno y las relaciones de Navarra con el Estado y otros territorios.

Pero las discrepancias de fondo entre los grupos, la heterogénea composición de la Cámara y la necesidad de consensos amplios para reformar una ley tan importante ponen muy complicado el acuerdo.

PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo Navarra coinciden en hacer una actualización del texto al “sentir de la ciudadanía navarra del siglo XXI”, como explicitan en la propuesta de creación de ponencia publicada el miércoles en este periódico. Pero los mismos grupos difieren –por no decir que chocan, directamente– en el sujeto político que representa Navarra, en cómo deben formalizarse las relaciones con el Estado y otros territorios como la CAV o el margen de desarrollo del autogobierno.

Incluso tampoco están de acuerdo en si cualquier cambio debiera someterse a la ratificación ciudadana, algo que no sucedió en 1982. Geroa Bai, EH Bildu y Contigo Navarra creen que algo parecido a un refrendo ciudadano, con una consulta, sería imprescindible. Pero el PSN ni siquiera lo ve necesario. Es un detalle, pero deja entrever que las discrepancias, una vez metidos en materia, son muchas. Los socialistas son claros en ese sentido.

Consultado por este periódico, Ramón Alzórriz, portavoz del PSN, concede que el Amejoramiento tiene que acometer una “adecuación, una adaptación a la realidad social”, pero siempre “dentro del marco constitucional y sin desvirtuar” el actual estatus. Preguntado por la relación política de Navarra con el Estado, Alzórriz resume que el PSN quiere Navarra “como es y como está”. “Que nadie espere grandes cambios por parte del Partido Socialista”, zanja. Y sobre si sería partidario de una consulta ciudadana, Alzórriz cree que ese debate está viciado “por el mundo nacionalista”, ya que la votación en Cortes del Amejoramiento ya es una ratificación ciudadana. “Es una polémica artificial”. 

Geroa Bai tiene otro planteamiento. Pablo Azcona, nuevo portavoz, asegura que la coalición reivindica el pleno desarrollo de la actual ley, pero aboga por un “debate sosegado” que dé pasos más allá, sobre todo en el reconocimiento de la Navarra como sujeto político propio y en la bilateralidad de las relaciones con el Estado. “Después de cuarenta años, hay que revisar un texto en el que la ciudadanía no pudo participar”.

Es una línea muy similar a la de Contigo Navarra. Carlos Guzmán, coportavoz del grupo, saluda que se reactive la ponencia porque el Amejoramiento “tiene que profundizar en derechos sociales y debe someterse a consulta ciudadana”.

La derecha, al margen

Para EH Bildu, la puesta en marcha de la ponencia ya es, de por sí, una buena noticia. Al margen de que sea difícil llegar a un consenso con todas las fuerzas. “Es totalmente lógico abrir este debate porque la sociedad navarra no es la misma que en los ochenta y las leyes también deben cambiarse”. ¿Qué se debe incluir en la reforma? Por supuesto, dice Laura Aznal, una actualización a los nuevos tiempos. Pero la reforma no puede ser un “postureo” y debe hablar de todo. “Tenemos que ser capaces de decidir de todo lo que nos afecte a los navarros: desde qué relación tenemos con el Estado hasta la forma en la que participamos”.

Es un postulado que choca con esa voluntad socialista de no hacer “grandes cambios”. Y que, desde luego, no tiene nada que ver con la postura de las derechas. El portavoz de UPN, Javier Esparza, asegura que los regionalistas acudirán con mucha “prudencia” porque interpretan la ponencia como una “exigencia del mundo nacionalista”. En ese sentido, salvo “cuestiones técnicas” no creen que haya nada que retocar. Y reiteran que en este debate el PSN puede contar con el apoyo de UPN para “frenar las ansias nacionalistas”.

El portavoz del PP, Javier García, cree que la ponencia es “una cesión más a los abertzales” que traicionaría el espíritu del Amejoramiento. “Ese eufemismo de adaptar la Lorafna el siglo XXI lleva implícito un cambio radical en Navarra”.