La pérdida de las presidencias de las comisiones en el Parlamento de Navarra ha soliviantado a la derecha. En parte por una motivación política. El discurso victimista vende, sobre todo si sirve para enfatizar la alianza entre los socios del Gobierno y EH Bildu, principal argumento de oposición de UPN y PP al Ejecutivo de Chivite. 

Pero hay también algo de frustración en el malestar que estos días exhibe la derecha después de que el PSN, Geroa Bai, Contigo Zurekin y EH Bildu hayan puesto en marcha el procedimiento para arrebatarle la presidencia de las comisiones. Un cargo simbólico y sin capacidad ejecutiva, pero que permite dirigir y ordenar los debates sectoriales en el Parlamento. Y que los parlamentarios de UPN estaban aprovechado para hacer oposición.

Así que los socios de Gobierno han decidido corregir el problema de raíz, relevando a los miembros de UPN de un cargo que, en teoría, debía tener un papel neutral. Algo que no se había hecho nunca hasta ahora en el Parlamento, y que la mayoría que apoya al Gobierno puede llevar a cabo precisamente por eso, porque cuenta con mayoría parlamentaria para hacerlo. 

Y es ahí donde surge el malestar de la derecha. Que ve cómo sigue perdiendo cuotas de poder y de influencia institucional, incluso en aquellos ámbitos de importancia menor. Primero fue el Gobierno, después la Federación de Municipios y ahora las presidencias de comisión. Y en el horizonte asoman ya algunas alcaldías importantes que UPN sigue gestionando con una minoría cada vez más precaria. La línea de puntos sigue, y eso teme la derecha, camino de Pamplona. Con paradas en Estella, Barañáin y el Valle de Egüés.

El motivo del cambio, argumentan los socios del Gobierno, es que UPN ha actuado al margen del reglamento. “No todos los presidentes de UPN han actuado de la misma manera, aunque después bajo la directriz del partido sí actuaron de la misma forma a la hora de dirigir las comisiones”, argumenta el portavoz del PSN, Ramón Alzórriz, dando a entender que la actuación al frente de las comisiones formaba parte de una estrategia de partido.

Esta vez además ha habido un acuerdo entre los tres grupos que sostienen al Gobierno con EH Bildu, cuya abstención facilitó en septiembre que UPN se hiciera con las presidencias. A cambio de su apoyo, la formación soberanista tendrá la presidencia de la comisión especial del Pirineo, que no tendrá capacidad legislativa, y un puesto en la mesa de la comisión de Hacienda. Términos que rechazó en septiembre, pero que ahora da por buenos para que “las mayorías progresistas estén reflejadas en cada una de las instituciones”, según Laura Aznal. “Es natural que la presidencia responda a la mayoría de Gobierno y cuando se puede corregir, es importante corregirlo”, celebra Pablo Azcona, portavoz de Geroa Bai.

Amenaza de recurso

El cese en las presidencias de comisión ha pasado ya el primer trámite parlamentario con su admisión por la Mesa del Parlamento, que ha dado traslado ya a las distintas presidencias para que lo hagan efectivo antes del jueves de la semana que viene. “Se impone un único pensamiento muy del estilo del comunismo”, critica el portavoz del PP, Javier García, que califica de “totalitaria” la actuación de los socios del Gobierno de Navarra.

Igual de crítico se muestra Javier Esparza que calificó de “mentiras” y de “cuento chino” los argumentos del PSN para justificar la decisión. “Las comisiones se han desarrollado con absoluta normalidad”, defiende el líder de UPN, que señala que, de haber actuado en contra del reglamento los servicios jurídicos lo hubieran evitado. “Piensan que este Parlamento es su cortijo y UPN les molesta”, afirma Esparza, que fue más allá y recordó que según la doctrina del Constitucional, los órganos del Parlamento deben respetar la representatividad política. “Acudiendo a la Justicia si se vulneran nuestros derechos”, advierte.

Reforma del Amejoramiento

En medio de la polémica por el cese de los miembros de UPN en las presidencias de comisión, el Parlamento abre este martes la ponencia para la reforma del Amejoramiento del Fuero. La comisión de Régimen Foral se reúne por la tarde para dar cauce a la propuesta de PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin para crear un grupo de trabajo que estudie posibles cambios en la Lorafna, la ley orgánica que regula el Amejoramiento, el equivalente al estatuto de autonomía.

La norma estatuaria fue aprobada hace 41 años, y desde entonces solo ha tenido dos modificaciones parciales. Una en 2001 y otra en 2010, aunque en ambos casos los cambios fueron de carácter menor, centrados sobre todo en el sistema de elección del presidente del Gobierno y la duración de la legislatura en caso de repetición electoral, respectivamente. Desde entonces hubo también una ponencia en la legislatura 2003-2007, pero acabó sin dictamen de conclusiones y con unas recomendaciones muy genéricas.

El Parlamento foral retoma ahora el debate tras el compromiso recogido en el acuerdo de Gobierno firmado por PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, y con el aval de EH Bildu. Las cuatro fuerzas no obstante han mostrado ya visiones muy diferentes de los objetivos con los que afrontan la nueva ponencia. Mientras los socialistas quieren una “actualización” sin cambios en el ámbito institucional ni en la oficialidad del euskera, sus socios apuestan por una reforma de calado que sea refrendada después por la ciudadanía. UPN ha criticado la propuesta, pero participará para defender el estatus actual de Navarra.