UPN debe ser un partido “regionalista, moderado, centrado y útil”, capaz de llegar a acuerdos con diferentes, si quiere volver a gobernar en Navarra. Es el principal mensaje que dejó este domingo el presidente de la formación, Javier Esparza, durante un Día del Partido algo apagado y sin demasiado ambiente de fiesta en el velódromo de Tafalla.

Es normal: UPN no vive un buen momento, en la oposición y tras haber perdido las generales ante el PP. Así que los cerca de 700 cargos y afiliados –entre los que no estaba el expresidente Miguel Sanz, en otros tiempos siempre en primera fila de los actos de Esparza– tuvieron que escuchar a un líder en tierra de nadie hacer las reflexiones más amargas: que todas las estrategias anteriores están amortizadas y que volver al Gobierno de Navarra pasa por saber llegar a acuerdos con distintos desde posiciones más “moderadas”, sin “hooliganismo”.

UPN necesita poder acordar con PSN y Geroa Bai, vino a decir. EH Bildu es la única línea roja. Lo que pasa es que el partido es presa de sí mismo y de su presidente. De Esparza, en tierra de nadie porque ha renunciado a ser candidato pero sigue sin aclarar sus verdaderos planes para el congreso –que no se adelantará y se celebrará “en primavera”–. También de unos actos y posicionamientos políticos diarios que siguen alejados de la moderación que supuestamente debe recuperar el partido.

La prueba fue la primera parte de la intervención de Esparza, con el tono más duro contra Sánchez y los pactos de la amnistía contra los que UPN se ha enclavado como la oposición más feroz junto a PP y Vox. Después, el dirigente regionalista hiló un largo discurso sobre el estado del partido que terminó con su reflexión sobre cuál debe ser el nuevo rumbo.

Esa hoja de ruta pasa por ser fieles a los principios de UPN –ser una fuerza “foralista y constitucionalista”, definió– y al mismo tiempo convertirse en una organización “moderada, regionalista, centrada y útil”, adaptada a los nuevos tiempos, “alejada de los populismos”.

“Ha cambiado la sociedad y la política, y es UPN quién tiene que adaptarse a la sociedad, no la sociedad a nosotros, sin renunciar a nuestra identidad. Lo vamos a hacer con voz propia en Navarra y Madrid, con libertad para votar”, siendo un partido “regionalista, moderado, centrado y útil, alejado de populismos, porque no somos hooligans aunque en ocasiones nos lo pida el cuerpo”.

Ser “útiles”

Precisamente, la apelación a ser “útiles” fue una de las más repetidas. “¿Útiles para qué, me preguntaréis?”, lanzó. “Útiles para hacer propuestas, para apretar cuando hay que hacerlo y apoyar cuando el Gobierno lo haga bien, porque a veces también lo hace bien. Ser útiles nos hará crecer. Difícilmente seguiremos liderando la sociedad navarra si no somos un partido útil para Navarra”.

"Difícilmente seguiremos liderando la sociedad navarra si no somos un partido útil para Navarra"

Javier Esparza - Presidente de UPN

Supone asumir la derrota. “Si alguien lo ha pasado mal con todo esto he sido yo, a nivel personal y como candidato”, confesó, en el arranque de una reflexión autocrítica poco habitual en Esparza, y que comenzó con una asunción de que ninguno de los planes salió bien. “Lo hemos intentado con diferentes fórmulas, con Navarra Suma, con UPN en solitario, hemos ofrecido al PSN todo tipo de acuerdos de gobernabilidad, también a Geroa Bai, pero siempre se nos ha dicho que no”, lamentó.

“¿Hemos hecho bien las cosas en términos generales? Diría que sí. ¿Se podrían haber hecho mejor? Seguro que sí. ¿Hubiera cambiado eso la suma de mayorías para que UPN estuviera presidiendo Navarra? No”. “Nos guste o no”, siguió Esparza, la realidad es que “el pacto PSN-EH Bildu” continúa y que UPN no podrá llegar en solitario al Palacio de Navarra, convino. “Lograrlo no va a depender de nosotros mismos, y si no asumimos esto llegarán las frustraciones”.

¿Y su futuro?

“Todo esto tendremos que definirlo entre todos en el congreso que se celebrará en primavera”, y que debe abrir un nuevo ciclo, uno de esos que “son propios de la política”. Esparza no despejó si el suyo ha pasado, aunque ocho años y tres derrotas hagan inviable que sea la persona adecuada para pilotar el viraje de UPN.

“UPN necesita tranquilidad y sosiego”, asumió, tras decir que el partido tiene que llegar “unido” al congreso. Y dejó una última reflexión algo críptica, en su estilo habitual un poco obtuso: “Vienen tiempos movedizos e inciertos, no sabemos qué pasará, pero UPN está preparado para afrontar cualquier escenario, y digo cualquiera, a la hora de apoyar o para ser útiles”. 

EL CONGRESO DE UPN, "EN PRIMAVERA"

700 asistentes. Según la organización, fueron 700 cargos y afiliados los que acudieron a comer al velódromo de Tafalla. Entre ellos no estuvo el expresidente Miguel Sanz, en otras ocasiones en primera fila de los actos de Esparza y ahora distanciado del dirigente regionalista.

“Quien resiste, gana”. La breve intervención de la presidenta del comité local de Tafalla, Loren Albéniz, acabó con una frase digna del Manual de Resistencia de Sánchez y que, de alguna manera, también aplica un líder como Esparza, que se niega a entregar la cuchara. “Quien resiste, gana. Y estamos acostumbrados a resistir”, lanzó Albéniz tras agradecer al dirigente regionalista llevar el Día del Partido a Tafalla.

Aplausos para las mujeres y los cargos en Leitza. Esparza pidió un aplauso para conmemorar el día contra la violencia machista, y luego pidió otro para los miembros del partido en Leitza. “Sois nuestros héroes”.

‘Palo’ a Sayas y Adanero. Es un episodio que Esparza sigue sin digerir. Desde que los diputados le traicionaron –febrero de 2022–, no hay discurso en el que el presidente de UPN no remarque que su partido tiene es “de los que tienen palabra y pueden mirar a la cara a todo el mundo”.