Una conversación para abrir 2024, entre el filósofo Txetxu Ausín y la politóloga y socióloga Cristina Ruiz Bujedo, que analizan para nuestros lectores algunas corrientes de fondo de estos tiempos inciertos y acelerados, rearme ideológico, temores varios, y acusada tendencia al espectáculo. Encuentro en el Palacio de Aiete, en Donostia, en una mañana luminosa que parece que invita a mirar al nuevo año con un plus de esperanza.

Más incertidumbres

“La geopolítica mundial está patas arriba”

–Cristina Ruiz Bujedo: Mi sensación es que en 2023 se abrieron más frentes o dilemas sociales, o se ven desde otra perspectiva. Por ejemplo, la geopolítica mundial o la inteligencia artificial y la juventud. 

–Txetxu Ausín: Es verdad. La sociedad del conocimiento era un mantra y nos tenemos que acostumbrar a cómo gestionar el desconocimiento. Hay una sensación de cierta fragilidad respecto a cuestiones como la emergencia climática, que viene de atrás. La pandemia también nos sacudió con respecto a nuestra seguridad sobre la salud. Ahora mismo la geopolítica global está patas arriba, y tenemos urgencias en tomas de decisiones, por ejemplo ante la sequía, con comunidades como Catalunya al borde de las restricciones. Eso nos tiene que hacer plantearnos hacia dónde vamos. 

Desgaste democrático

Necesidad de una política menos apresurada

Txetxu Ausín: Vivimos una época de mayor complejidad en los desafíos, y tenemos menos elementos sociales para enfrentarnos a esos retos, porque hay una crisis del sistema democrático muy importante, en países como Argentina, pero también en Europa. Intentar dar respuestas simples a problemas complejos ha calado, y nos hace menos resilientes. 

Cristina Ruiz Bujedo: En la pandemia había un consumo compulsivo de filosofía. Los filósofos estabais en los medios. La gente necesitaba claves para pensar, y tenía mucho tiempo. Ahora, casi sin solución de continuidad, hay un culto a los datos. La polarización suscita simplificación y pérdida de perspectiva y matices. Las cosas no son dicotómicas ni maniqueas. Parece que nos incitan a ser así, y mucha gente se aprovecha.

Txetxu Ausín: Vivir en la incertidumbre es complicado. Los seres humanos psicológicamente buscamos seguridades. El problema de hacerlo a cualquier precio es que fomenta una cultura de la desconfianza. Un filósofo de la Ilustración, Condorcet, decía que la desconfianza conduce al miedo, origen de todas las estupideces políticas. Vivimos en una sociedad en cierto sentido atemorizada, y el miedo es un mal acompañante para afrontar las situaciones de complejidad. En eso nos hemos hecho menos ilustrados y menos maduros, buscando a veces respuestas que nos consuelen, pero que no afrontan realmente las dificultades a las que nos enfrentamos, desafíos enormes. Eso conduce a la polarización, a pensarse en la verdad absoluta ante el otro completamente equivocado. Para los problemas a los que nos enfrentamos necesitamos inteligencia colectiva, y eso solo se consigue a través de la cooperación y confianza. 

Cristina Ruiz Bujedo: Hay un mundo de la seducción, decía Lipovetsky. Seducir a la gente y apelar a las emociones para provocar unos comportamientos. El miedo es una emoción con un componente que retroalimenta la desconfianza, el distanciamiento y los posicionamientos más extremos. Durante la pandemia parecía que nos íbamos a volver todos buenos, y casi está ocurriendo el efecto rebote, como en algunas dietas. Vemos episodios agresivos en la política cotidiana. Muchos igual son sobreactuados, pero en otros sale un instinto preocupante. No sé cómo, pero habría que intentar ponerle coto. Parafraseando a Txetxu, creo que se necesita un poco de slow política. Nos tomamos todo con prisa.

Ante un nuevo ciclo electoral

La campaña permanente

Txetxu Ausín: No hay que confundir la política con las campañas electorales. Desgraciadamente vivimos en una campaña permanente. Olvidamos que la política es un ejercicio importantísmo para orientar nuestras vidas y hacia dónde queremos ir como sociedad. Las campañas oscurecen la política, y eso está produciendo un desprestigio del sistema democrático. Las personas identifican cada vez más la política con una lucha constante por la obtención del poder. En la permanente confrontación hay un desgaste muy fuerte del sistema democrático, lo que favorece un gusto por las soluciones incluso autocráticas, tipo Milei en Argentina. En nuestro país, me parece muy grave, se observa la falta de respeto y la pérdida de las formas. Se ha perdido el sentido de la política, y esta campaña permanente no contribuye a recuperarlo, en un tiempo tan complejo como el actual. 

Cristina Ruiz Bujedo: Soy optimista por naturaleza, no tenemos que resignarnos a esa política. Las personas tenemos la capacidad de cambiar las cosas. Como pasó en la burbuja inmobiliaria, llegará la burbuja política. No podemos continuar con esta vorágine que no nos conduce a nada bueno. En algún momento se abrirá paso la templanza. 

–Txetxu Ausín. Estamos en una situación crítica. Hay una responsabilidad grande por parte sobre todo de los aparatos de los partidos. Yo no creo que la sociedad esté tan polarizada.

Cristina Ruiz Bujedo: Yo tampoco.  

Txetxu Ausín: Desgraciadamente desde la política profesional se hace un juego muy peligroso de tensionar mucho las cosas. Pienso que la inmensa mayoría de la gente prefiere una política que se dedique a las cuestiones del día a día, a solucionar y a gestionar bien los problemas. Por ejemplo, los que ya cuidamos a los hijos pero tenemos a los padres mayores entendemos perfectamente lo difícil que es gestionar cada vez una longevidad mayor unida a una cronicidad en la enfermedad, y a situaciones de demencia, Alzheimer o gran dependencia. Una complicación vital enorme a la que cada vez más personas nos enfrentamos. Nos gustaría que desde los poderes públicos hubiera respuestas y apoyo para esto. 

Cristina Ruiz Bujedo: Hay muchos temas con que los políticos pueden sintonizar con las personas de manera transversal. No les hace falta ni empatizar, porque probablemente lo vivan en su propio entorno. Hay que exigir responsabilidades a quienes deliberadamente están artificialmente tensionando la sociedad. No es cierto que la tensión que vemos en la esfera pública exista en el ámbito más privado y de las relaciones sociales. 

La situación en Gaza

“Una crisis civilizatoria, un fracaso colectivo”

Txetxu Ausín: El desastre de Gaza y de Israel nos pone en el espejo de una crisis civilizatoria. Deberíamos coincidir en la defensa de los derechos humanos de todas las personas que viven en Oriente Próximo. Creo que hay una hipocresía muy grande por parte del mundo Occidental, que se ha movilizado rápidamente para proteger la ruta de cargueros en el mar Rojo y defender el comercio mundial, en riesgo por los ataques de los hutíes, y no hemos sido capaces de establecer una respuesta para frenar la situación de enorme sufrimiento entre Israel y Palestina. Las guerras, como la de Ucrania, y todos los conflictos armados de menos intensidad, se alimentan con las armas que fabricamos en Occidente, también en Euskadi, exportador neto de armas ligeras. Eso tendríamos que plantearlo desde nuestra buena conciencia de países occidentales. Creo que estamos fracasando, que el fracaso de las Naciones Unidas es colectivo, global. Y que este es uno de los elementos que se han debilitado aún más en 2023.  

Cristina Ruiz Bujedo: Es que es indefendible. Los ataques terroristas fueron una barbarie, pero a partir de ahí no se puede hacer como que no ves, taparse los ojos ante lo que está ocurriendo. Lo que podía generar de inicio una corriente de solidaridad, compasión, simpatía o entendimiento, ha cambiado a medida que pasan los días. Estamos todos asistiendo perplejos a una reacción tan bruta y mortífera, que nos deja helados. A mí me entristece que hasta de estos temas se quiera hacer diferenciación política a nivel nacional, por afán por diferenciarse o por atribuirle al otro unas intenciones que no son ciertas, cruzadas, que confunden a los ciudadanos.

Txetxu Ausín: Cuando la política en España, gobernara quien gobernara, siempre ha sido la defensa de los dos Estados, que pudiera servir para una convivencia más o menos razonable en Medio Oriente. Este afán por marcar la diferencia me parece ridículo y traslada una visión divisiva a una sociedad horrorizada por los ataques terroristas y por lo que está pasando en Gaza, donde muere sobre todo población civil, muchos niños. Los datos de UNICEF son estremecedores. Hay niños que han perdido a toda su familia y que se están suicidando. Cómo puede ser eso. Es absolutamente intolerable. Hay una crisis civilizatoria porque estamos contemplando un genocidio en directo y nadie da un golpe en la mesa para decir ‘hasta aquí hemos llegado’. Los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, tienen una responsabilidad muy grande por omisión en lo que está haciendo el Estado de Israel, que se siente de alguna manera respaldado. 

  

La Inteligencia Artificial emerge

“La IA ya nos facilita la vida y nos va a ayudar”

Cristina Ruiz Bujedo: La Inteligencia Artificial ya es real. Ya está solucionando muchas cosas.

Txetxu Ausín: Es una tecnología que está en nuestras manos y que podemos orientar. No nos va a sustituir. La IA nos va a acompañar. Nuestra inteligencia humana se va a ver aumentada y potenciada. La UNED ya ha escrito una guía sobre cómo utilizar adecuadamente modelos como el Chat GPT como un recurso de ayuda. Con la IA a veces se hace interesadamente un discurso de miedo o catastrofista. Se olvida todas las aplicaciones concretas y cotidianas que ya existen.

Cristina Ruiz Bujedo: Con la IA normalmente trasciende el uso más malévolo o amoral posible. La IA potencia facilita muchísimas cosas, ahorra muchísimo tiempo, repercute para bien en muchísimas actividades sociales, y además es inevitable. 

Txetxu Ausín: No hacer uso de ella también tendría un coste de oportunidad. Si podemos utilizarla para detectar mejor cánceres, gestionar el tráfico, monitorizar la polución, sería inmoral no hacerlo. ¿Va a sustituirnos? No. Tengo una estudiante haciendo su tesis sobre la robótica social y de cuidados. Un instrumento muy importante en esas tareas, para ayudar en aquellos aspectos más mecánicos y menos personales. Y en el trabajo, lo mismo. Hay que regular. En Europa, aunque no hemos visto aún el texto acordado, parece que se ha hecho por primera vez. Es muy importante que se regule, porque muchos de estos dispositivos tecnológicos están en manos de muy pocas empresas, y hay muy poca democracia y control social sobre estos productos. Debemos introducir eso en el debate público, pero no significa ni demonizar la IA ni pensar que va a solucionar todos los problemas. 

Cristina Ruiz Bujedo: Evidentemente tiene riesgos, pero como cualquier avance tecnológico o científico, se puede utilizar de manera perniciosa, pero no es una excepción histórica. 

La coda

Convivencia, patrimonio y esperanza

–Cristina Ruiz Bujedo: Quería lanzar una llamada a la esperanza. A pesar de la tensión que se vive en general en España, espero que en el País Vasco, no se contagie tanto. Valoro mucho que no perdamos ese clima que creo que estamos construyendo con arduo esfuerzo, pero que yo ahora disfruto. En un entorno en el que por desgracia hemos vivido con tensión, con miedo y falta de libertad. Sin embargo ahora creo que gozamos de un ambiente que valoro. Me molesta que se pervierta, se frivolice o se juegue con la convivencia, con la cultura cívica o con la idea de vivir en sociedad y en comunidad. A veces no se es muy consciente de lo que hay que apreciarla, porque ha costado. Independientemente de las diferencias políticas que las puede haber y tampoco pasa nada, lo importante es convivir en libertad, y de la manera más armoniosa posible. Eso tiene valor. Esforzarse en hacer lo contrario es una irresponsabilidad. 

–Txetxu Ausín: Tenemos un deber de pensar el futuro. Hay un libro llamado ‘El buen antepasado’. Debemos ser buenos antepasados, y pensar qué mundo vamos a dejar a las generaciones venideras. No puede ser desesperanzado o sin horizonte, ni transmitirles una sociedad dividida y enfrentada. Tengo un hijo adolescente, y a veces me da pena su visión un poco desesperanzada del futuro. Debemos proyectarnos más hacia el futuro, quizás huir del presentismo que nos lleva a estar pendientes del detalle del día, y abrirnos a cómo vamos a pensar la tecnología, nuestra relación con el medioambiente, en sociedades mucho más longevas y envejecidas, con los movimientos migratorios, etcétera. Nuestra carencia de pensar hacia adelante es muy grave. Lo ves en la gente joven que cree que tal y como está el mundo se va a acabar en dos días. Me parece tremendo que un chico de 18 años te diga eso. Nosotros no teníamos esa visión. Seremos malos antepasados si no sabemos cambiar esa actitud de nuestras generaciones jóvenes. Tienen una mirada muy negativa de lo que les espera el futuro, y creo que eso es un problema.