Navarra dejará de recaudar este año 1.779 millones por los distintos beneficios fiscales recogidos en el sistema tributario, el equivalente a una tercera parte del total de los ingresos fiscales de la Hacienda Foral. Es casi un 20% más que en el ejercicio anterior y supondrá 295 millones menos de recaudación este 2024. Las distintas deducciones y rebajas fiscales recogidas en el sistema tributario tienen un objetivo económico y social, y suponen un alivio importante para muchos contribuyentes. Sin embargo, también reducen de forma muy importante los fondos públicos. 

Solo por los tipos reducidos y las exenciones del IVA Navarra dejará de ingresar este año más de 1.000 millones. Un incremento motivado por el auge del consumo y por la inflación, lo que eleva también el porcentaje relativo a las bonificaciones tributarias. Pero que está relacionado con las medidas aprobadas para hacer frente al alza de los precios, que ha supuesto la rebaja del tipo impositivo en muchos alimentos de primera necesidad. Lo que tendrá un impacto directo en la recaudación de la Hacienda Foral cercano a los 250 millones.

Los impuestos indirectos asumen dos tercios de los beneficios fiscales del presupuesto del Gobierno de Navarra y suponen 1.134 millones menos de recaudación. Se trata de tributos no convenidos por lo que la normativa en este ámbito corresponde al Gobierno de España, aunque el impacto presupuestario recae después sobre la Administración foral. Con todo, Navarra prevé mejorar este año el conjunto de la recaudación en un 5,6%, hasta los 5.252 millones.

Variación de beneficios fiscales

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Vehículo eléctrico

E l margen de actuación de Navarra en lo que se refiere a las ayudas e incentivos fiscales se centra en los impuestos directos, sobre todo en el IRPF y en Impuesto de Sociedades. El primero se mantiene en cifras similares a las de 2023, con un incremento de apenas el 0,15% (439 millones en total), mientras que el segundo sufre un repunte del 25%, lo que equivale a 33 millones menos de recaudación en favor de las empresas.

Respecto al Impuesto de la Renta, y pese al aumento del empleo, la deducción por trabajo cae casi un 5%. Esto se debe a que se trata de una deducción regresiva que afecta más a las rentas bajas, y que como consecuencia de la mejora de la situación económica se ha dado un traslado de los rendimientos por trabajo de los tramos bajos hacia los altos. 

Por contra, crecen de forma importante las deducciones por inversión en energía renovable, compra de vehículo eléctrico y sistemas de recarga. Este año se prevé triplicar el coste del incentivo fiscal para la electrificación, que supondrá 14 millones en forma de ahorro para los contribuyentes, 10 millones más que el año anterior.

En cambio, sigue cayendo la deducción por inversión de vivienda, suprimida para nuevas compras desde 2018, pero que todavía recibe 33 millones en ayuda fiscal. Crecen en cambio las ayudas para la reinversión en vivienda habitual, que aumentan un 28% hasta los 16,5 millones, una tendencia que se viene consolidando desde el final de la pandemia.

Más pymes

En cuanto al Impuesto de Sociedades, destaca el aumento del 60% en el beneficio fiscal para las pymes. El pasado año se acordó una reforma legal para que tengan esta consideración aquellas empresas con una cifra de negocio de hasta 20 millones (hasta entonces era de 10 millones), a las que se les aplica un tipo reducido. Eso, unido al aumento general que se prevé en el impuesto que pagan las empresas por la coyuntura económica hace que el incentivo para las pequeñas y las medianas empresas pase de los 32 a los 52 millones, lo que supone 20 millones menos de recaudación para la Hacienda Foral. También crece cerca de un 60% la reserva especial por inversión, que supondrá un ahorro fiscal de 26 millones para las empresas y tendrá un coste de 9,5 millones superior al de 2023.