“Se me ocurrió decir una mentira”. Así de ancho se quedó el juez Manuel García-Castellón en su intervención el pasado octubre en el foro organizado por La Región cuando admitió que en la etapa en la que era presidente José María Aznar se inventó una serie de datos ante sus colegas franceses para recabar información sobre la lucha contra el terrorismo. La “anécdota” transcurrió en Málaga en un encuentro donde se iba a producir una firma entre el entonces presidente del Ejecutivo español y el primer ministro francés Jean-Pierre Raffarin para suscribir lo que se denominaba “intercambio inmediato de información”.

Según se puede apreciar en el vídeo de esa conferencia, que ha colgado en su cuenta oficial de X la periodista Silvia Intxaurrondo, García-Castellón recuerda la historia, de la que parece no arrepentirse, de aquella manera. “Si no colaboras en un tema tan grave sobre un grupo que quería destruir la democracia, de alguna forma ayudas”, empieza destacando antes de proceder a contar ese episodio que se produjo en la escuela judicial de Burdeos entre la parte francesa y la española. “Desde la francesa se nos dijo que no iban a firmar porque era revelar datos sumariales del procedimiento. La situación era horrible. Teníamos un montón de muertos anuales, con todas las extorsiones y todo lo que había”, contaba. Y entonces se sacó de la manga una falacia que afectaba a Yvan Colonna, un corso condenado por el asesinato del prefecto de Córcega, Claude Érignac, ocurrido en 1998. 

“Era el más buscado en todo Francia. Llevaba cuatro años desaparecidísimo. Y en aquel entorno de tensión en que no nos daban la información que queríamos tras ocho horas de reunión yo me inventé que estaba localizado en España y en cuanto lo detuviéramos tampoco les íbamos a pasar la información. No les diremos dónde está, digamos que en el entorno de la Costa del Sol, les dije. Era mentira. Pidieron tiempo y salieron fuera. Estuvieron hablando, entraron y dijeron que de acuerdo, que lo iban a firmar. Así lo hicieron aunque luego no lo cumplieron, o lo cumplieron cuando quisieron”, relata en esa evocación el juez García-Castellón.