Unai Hualde (Altsasu, 1976) afronta su segunda legislatura al frente del Parlamento de Navarra. Presidente del Napar Buru Batzar, y miembro por tanto de Geroa Bai, repasa el momento de la legislatura, desde un punto de vista institucional y desde su propio prisma ideológico. De inicio, abordando un asunto ineludible, el intento de asalto a la Cámara foral del pasado 7 de marzo. “Esperamos que haya sido un episodio puntual y no se vuelva a repetir, pero para eso es importante que tenga la respuesta proporcionada a la gravedad de lo sucedido”, afirma. 

El Parlamento cuenta en su entrada con un retén extra de la Policía Foral. ¿Esta medida tiene plazo?

–Vamos a verlo. Es habitual que vivamos todo tipo de protestas, con mayor o menor intensidad, de todo tipo de colectivos. Forma parte del paisaje, pero lo que se vivió el 7 de marzo fue inaudito. Un grupo de concentrados, en el marco de las protestas por la situación del sector agrario, trató de irrumpir por la fuerza en el edificio. Eso ha provocado que el departamento de Interior tome medidas; veremos cómo evolucionan, pero fue un salto cualitativo. 

¿Un antes y un después?

–Intentar irrumpir por la fuerza cuando el pleno estaba reunido es muy grave, además de una auténtica vergüenza. Yo lo comparé con el asalto al Capitolio de alguna manera...

Se le ha criticado por eso.

–Lo hice porque me vino a la cabeza, me lo recordó. No fue más grave porque esa irrupción no se consumó gracias a la Policía Foral. Son hechos inadmisibles en una democracia. No se está criminalizando a un sector, como dicen UPN y Vox. Fue un grupo, están abiertas las diligencias, y se determinarán las responsabilidades.

UPN rebaja la gravedad del asunto. ¿Le ha sorprendido?

–Más que sorprenderme, me pareció lamentable que no se pudiera sacar una declaración institucional con algo muy obvio: la condena de los hechos. Ya estaba siendo algo habitual en esta legislatura no conseguir sacar declaraciones institucionales por la negativa de Vox, pero ahora UPN buscando excusas se ha sumado a esa estrategia y por interés político no ve un asalto. Sin embargo así calificó unos hechos idénticos de unos taxistas en 2005, cuando estaba en el Gobierno. 

¿Cómo se vivió desde dentro?

–Con mucha tensión, en un pleno de Presupuestos. Tras rechazarse una enmienda, vi que ciertos agricultores se marchaban de la tribuna del público; se empezó a escuchar un revuelo y se produjo ese intento de irrupción. La Policía Foral logró que no traspasaran el umbral de la puerta del Parlamento. Si no, estaríamos hablando de una acción aún más grave, ya con una calificación penal establecida. 

“Me pareció lamentable que no se pudiera sacar una declaración institucional condenando el intento de irrumpir en el Parlamento”

¿Cuál es su mensaje al conjunto del colectivo?

–Esas personas no representaban a un sector, al que respeto, valoro y comprendo algunas de sus reivindicaciones. Esta institución, bajo esta presidencia, reconoció en 2022 al sector agrario con la máxima distinción, la medalla del Parlamento. Portavoces de organizaciones agrarias han rechazado lo sucedido. Si algo caracteriza este Parlamento es su carácter abierto y permeable a las reivindicaciones de todo colectivo, siempre que se canalicen por vías pacíficas y regulares. Hay una vía abierta con el Gobierno, y creo que se ha atendido toda petición de asistir a una sesión de trabajo con los grupos parlamentarios. 

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Protesta de agricultores y ganaderos a las puertas del Parlamento de Navarra e intento de asalto Patxi Cascante

Las declaraciones institucionales requieren unanimidad. ¿Están condenadas al ostracismo?

–La modificación en la legislatura pasada para que salieran por unanimidad y cobraran más fuerza, hace que lamentablemente en esta, con la irrupción de Vox, tengan una especie de veto. Adhesiones al 8M o al 25N, el día contra la violencia de género, ahora no pueden salir adelante. La vía en algunos casos son las mociones. Tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre la competencia de tráfico, no salió una declaración institucional, sí una moción mayoritaria. 

¿Esa sentencia es un jarro de agua fría importante o algo sobre todo remediable para Navarra?

–Se ha ido a una vía práctica, reformar puntualmente la Lorafna para recoger expresamente la competencia. Esta sentencia tiene su gravedad al declarar la nulidad del real decreto de traspaso, porque de alguna manera enmienda el reconocimiento de que Tráfico es una competencia histórica de un territorio foral, como así lo contempla la propia Lorafna, la disposición adicional primera de la Constitución, y lo entendía la jurisprudencia del propio Supremo y del Constitucional. Más allá de que pueda solventarse, a mí sí me preocupa la deriva de unos tribunales que van erosionando el autogobierno con interpretaciones contrarias a la esencia de nuestras competencias históricas. 

¿Cabe autocrítica en este asunto?

–Cabe una reflexión, no sé si autocrítica. En 41 años desde la aprobación de la Lorafna desafortunadamente la jurisprudencia ha ido a peor, y la sensibilidad con el reconocimiento de la singularidad de Navarra es cada vez menor por parte de los tribunales. En la actualización de la Lorafna debería analizarse esta situación con el debido sosiego. Qué garantías realmente tenemos para materializar el autogobierno convenido bilateralmente con el Estado. 

“Me preocupa la deriva de unos tribunales que van erosionando el autogobierno con interpretaciones contrarias a las competencias”

Para la ponencia sobre esa reforma comparecerán más de un centenar de personas invitadas.

–A la vuelta de Semana Santa fijaremos calendario y plan de trabajo. El Parlamento debe tomarse en serio esta actualización. Escuchando esas opiniones cualificadas propuestas por los grupos, y después trabajando en mejorar nuestra norma institucional básica. Me gustaría que se realice una labor sosegada y productiva, buscando acuerdos entre diferentes para actualizar la Lorafna a los tiempos que corren, porque no puede ser que un territorio foral que fue reino, con unos derechos históricos, no tenga un nivel competencial como el de algunas comunidades autónomas de régimen común, ni que sucedan cuestiones como la citada. Hay que buscar fórmulas para preservar y cuidar nuestro autogobierno. Vemos que está sometido a riesgos de todo tipo, desde formaciones que intentan terminar con nuestros fueros, hasta pronunciamientos judiciales que lo erosionan con resoluciones cada vez más regresivas y centralizadoras.  

Serán comparecencias públicas.

–Sí, salvo que algún compareciente quiera hacerlo en formato secreto; la tónica general es que sean públicas.

Llevamos un semestre de legislatura y hay nuevos Presupuestos. ¿Qué clima percibe? 

–Acabamos de aprobarlos, en un pleno eclipsado por lo sucedido a las puertas del Parlamento. Eso ya da una estabilidad a la acción de Gobierno en los próximos meses, y nuestra vocación es que se mantenga. A pesar de las convulsiones posibles por la política estatal, o problemas de todo tipo que puedan surgir en el día a día, o reveses, como esta sentencia sobre la transferencia de tráfico, para mantener la estabilidad el presupuesto es una piedra angular, la mejor vía para garantizar el interés general, e ir cumpliendo el acuerdo programático. 

El Parlamento estudia sanciones a Vox por no acudir a las comisiones. Se observa que la moderación del debate se ha complicado. ¿Es así?

–La moción de censura del Ayuntamiento de Iruña, a finales de diciembre, ha sido el punto de inflexión que ha tensionado el ambiente parlamentario hasta límites insospechados. El tono y las actitudes que he visto por parte de UPN desde ese momento se han vuelto muy broncas y estridentes. Hemos vivido semanas en las que parlamentarios y parlamentarias de UPN negaban el saludo...

¿Al presidente de la Cámara?

–Sí, sí, creo que se han rebasado unas líneas que no hubiese imaginado. Pensaba al principio de la legislatura que con la irrupción de Vox podríamos vivir episodios de populismo hasta ahora desconocidos, pero no me esperaba la conversión de UPN a esas formas en algunos momentos.

¿Esto sigue?

–Bueno, se está tranquilizando algo, pero es importante que en el Parlamento, que representa directamente a la ciudadanía, se mantengan unas mínimas formas de educación, de respeto e imagen en el debate, que se han perdido en unas cuantas sesiones por parte de algunos parlamentarios y parlamentarias de la oposición.

¿Las sanciones a Vox irán adelante?

–Se está elaborando un código de conducta, mandato del nuevo reglamento aprobado a finales de la pasada legislatura. Que estemos escuchando algunas afirmaciones de Vox rozando la xenofobia, discursos de odio, hace que esta cuestión se vaya a contemplar. También se está articulando un sistema de control para evitar absentismos injustificados y que los parlamentarios asistan a las sesiones, como es su obligación. En esa tarea están los servicios jurídicos de la Cámara. En unas semanas ya tendremos un documento.

“Pensaba que con Vox podríamos vivir episodios de populismo desconocidos, no esperaba ver a UPN por momentos en esas formas”

Es la segunda legislatura bajo la misma fórmula de coalición. Pasada la novedad, ¿cómo se encara la nueva? 

–En términos generales hay una buena relación entre los tres socios que gobernamos; creo que ahora está mejor engrasada, por el funcionamiento de los órganos de seguimiento, en los que en Geroa Bai insistimos bastante en los acuerdos firmados. Hay una comisión semanal de coordinación entre los tres grupos, además de la comisión general de seguimiento presidida por la presidenta Chivite. La relación en términos generales entre consejeros y consejeras de las tres partes funciona. Se producen problemas sobre todo cuando alguno funciona desde la unilateralidad sin contar con los socios. Lo importante es que tengamos mecanismos capaces de reconducirlo. La comunicación es un componente imprescindible en un gobierno de coalición para que haya confianza Estamos haciendo un esfuerzo por un mejor funcionamiento.

¿Cómo cree que está encarando Geroa Bai la nueva etapa sin Uxue Barkos en el Parlamento?

–Ha habido una reorganización del grupo parlamentario, inevitable, después de ser nombrada senadora de la Comunidad Foral. El grupo parlamentario está funcionando bien y de manera cohesionada. Pablo Azcona y María Solana, portavoz y portavoz adjunta, representan a los dos principales partidos de la coalición, Geroa Socialverdes y PNV. 

De cara al Aberri Eguna, ¿cuál es su mensaje?

–Que no debemos dar nada por hecho, tenemos un autogobierno que nos ha costado mucho construir, pero que estamos viendo que día a día está sometido a peligros de todo tipo, y que muchos agentes quieren erosionarlo. Hace poco conmemoramos el 130 aniversario de la Gamazada en Castejón, y un día después vimos que hay que estar alerta. Entre quienes tenemos esa convicción, es preciso una acción unida para hacerle frente. 

¿Y sobre la amnistía aprobada en el Congreso?

–Ha sido un paso fundamental, muy importante, para ir resolviendo los problemas políticos y de convivencia desde la política, sacándolos de la receta de los tribunales que el Estado español ha empleado en el pasado, al final para enquistarlos. Es una buena noticia y un hito.

“Imanol Pradales tiene la cabeza muy bien amueblada”

En Navarra hay colaboración sólida con EH Bildu. En la CAV el ecosistema es muy diferente, de competencia con el PNV. 

–Creo que es una situación totalmente distinta. Geroa Bai ha sido y es un agente fundamental en Navarra para que se haya producido y consolidado el cambio del esquema PSN/UPN. En la CAV va a haber dos modelos donde elegir. El de mi partido, EAJ PNV, con una larga trayectoria democrática, de certidumbre y solvencia en la construcción de un país, y una alternativa, la de Euskal Herria Bildu, que más allá del marketing y las palabras bonitas, ¿qué certidumbre puede dar? ¿Qué ofrece realmente? Hay un discurso deliberadamente ambiguo, con lugares comunes, inconcreción... En 44 años no se han dedicado precisamente a construir, aunque ahora quieran aparecer como una alternativa de Gobierno.

Un sector de la población puede buscar alternancia o novedad.

–Pero la carta de servicios que cada uno puede presentar en estos cuarenta y pico años de trayectoria en la CAV tiene que tener su peso. Por ejemplo, en la aportación al peso industrial que sigue teniendo. Imanol Pradales, la apuesta de EAJ PNV, es para seguir consolidando autogobierno y bienestar frente a la amenaza de opciones más populistas. Tiene acreditada una gestión eficaz, conocimiento sociológico y la cabeza muy bien amueblada. 

¿Y por qué no Urkullu?

–Creo que ha sido una decisión de relevo generacional general en el partido en sus propuestas de cargos públicos. Un cambio de ciclo para una nueva generación, algo normal.

El PNV ya estará mirando a las elecciones europeas. 

–Siempre hemos sido firmes convencidos de que es fundamental estar e influir en las instituciones europeas. Muchas demandas de los agricultores, por ejemplo, se arrancan en Bruselas, en el Parlamento Europeo. Estamos trabajando en una coalición similar a la que concurrimos en 2019, que nos garantice un escaño y defender los intereses de Euskadi y de Navarra. Me gustaría que Geroa Bai se sumase, como en 2019.

Antes habrá elecciones en Catalunya. ¿El PNV apoya a Junts?

–No va a inmiscuirse. Será un respetuoso observador. Hay sintonía con Junts en los últimos tiempos, pero también con ERC las relaciones son excelentes.