Si Pedro Sánchez ha reunido en tres ocasiones desde 2018 a sus Gobiernos en Quintos de Mora (Toledo), para entablar encuentros más informales, María Chivite hizo ayer lo propio en Bertiz, donde el Ejecutivo foral pasó la mañana entre la reflexión y la convivencia.

Los miembros del Gobierno –a excepción de Amparo López, ausente por motivos personales– estaban citados a las 9.30. Una reunión interna de tres horas en una sala dentro del Señorío fue el preludio de un paseo guiado por el parque natural. Tras un ligero almuerzo los consejeros y consejeras, agrupados según su lugar de origen, regresaron a sus domicilios hacia las tres de la tarde.

Era el primer cónclave de este tipo en toda la etapa Chivite, que buscaba convivencia, engrasar las bielas de la cohesión interna, y reforzar un imaginario compartido más allá de las urgencias de la gestión sectorial del día a día y del acuerdo programático, para incardinar la mirada a la Navarra del futuro.

Los miembros del Gobierno llegaron a las 9.30 de la mañana, en su mayoría con ropa informal. El día anunciaba que la primavera ya está aquí, y el sol animaba al garbeo. El clima político también ayudaba al ambiente relajado, aprobados los primeros Presupuestos de la legislatura, tras un semestre de curso político.

La visión general es que la coordinación del actual Gobierno Chivite está mejor lubricada que en el anterior, que esa plata hay que cuidarla y todavía mejorarla. Por la propia eficacia del Gobierno, porque muchas cuestiones son interdepartamentales, y porque el contexto es ideológicamente delicado. Soplan fuerte los aires conservadores, cuando no reaccionarios, y el clima electoral vuelve a ser el dominante de aquí al verano, con las convulsiones que esto pueda arrastrar.

En la reunión celebrada en Bertiz intervinieron los miembros del Ejecutivo y la propia María Chivite, que reclamó a sus consejeros tener una visión más conjunta y cercana en la tarea de gobierno. “La idea era levantar la cabeza, mirar al contexto y al futuro de Navarra y elevar al pensamiento y la reflexión”, explicó la presidenta a este periódico a lo largo del posterior paseo.

“Más proactivos”

Para el vicepresidente primero, el socialista Félix Taberna, a menudo “la gestión del día a día impide una reflexión más a medio y largo plazo”, y hace bueno el dicho de que los árboles impiden ver el bosque.

“Churchill decía que la política debiera ser aburrida, porque siendo así, resulta predecible, controlable y programable, y muchas veces a gran parte de la ciudadanía le gusta el espectáculo”. Por eso, Taberna considera conveniente dotar al Gobierno de “un pensamiento político mucho más proactivo”.

El objetivo del Gobierno, añadió el vicepresidente y consejero, es transmitir “estabilidad”, “confianza” y “esperanza”, hacer de palanca ante retos estructurales, y mostrar que lejos de dormirse en los laureles, tiene brío e iniciativa progresista. “Partimos de unas posiciones bonancibles en Navarra en los estándares de calidad de vida, muy altos, pero esta prosperidad la debemos mantener”.

Taberna observa un contexto de “cierta involución”, con “parte de la sociedad actuando muy reactivamente”. Un “escenario de polarización y ruptura de la intermediación mediática, política y social” frente al que enarbola la Agenda 2030, como catálogo “de grandes políticas públicas ante un reto civilizatorio”.

“Hemos aprendido”

A juicio de Ana Ollo, vicepresidenta segunda y consejera de Geroa Bai, la experiencia fue “interesante”, porque permitió una reflexión “poliédrica sobre la situación y los retos de Navarra” por parte de los componentes de un Gobierno “muy diverso y plural, como la propia sociedad”.

Las tres vicepresidencias son interlocutoras claves en el engranaje del Ejecutivo, trasladando las demandas de cada espacio político y tratando de encajarlas “dentro de un Gobierno que tiene que estar unido”. Cohesión que no significa ausencia de diferencias, “porque evidentemente las tiene que haber con tres formaciones diferentes”, añade Ollo. “La idea es que tanto en las políticas, como en el mensaje, al final todos nos sintamos representados”.

Respecto a las dificultades que se dieron en la anterior legislatura, y en el alambicado proceso de negociación de esta, Ollo cree que todo el mundo “ha aprendido”. Defiende este tipo de Gobierno y de políticas públicas, consciente del contexto imperante “tan adverso”. “Somos casi una isla dentro del espacio estatal como europeo y mundial, en el que los auges de la ultraderecha y de la derecha, basados en discursos de odio contra parte de la ciudadanía, y de denigrar lo público y a los gobiernos democráticos”, observa la vicepresidenta. Justo cuando “Navarra es cada vez más diversa y plural”.

Formato repetible

Begoña Alfaro, vicepresidenta tercera, y líder de Contigo-Zurekin, una de las novedades de este Gobierno, , calificó de “muy útil” la iniciativa. De hecho plantó la posibilidad de repetirla “con una periodicidad asumible”.

Según Alfaro, ante un “contexto de incertidumbre y de tensión”, hay que “poner en valor un relato sin complejos de que somos la fórmula que asegura una convivencia sana en nuestra comunidad, y progreso y bienestar para nuestra gente”. “Tenemos la razón y tenemos que defenderla sin complejos”, subrayó a este periódico.

La líder de Contigo-Zurekin ha “percibido muchísimo respeto” en el Ejecutivo en lo que va de legislatura, si bien reclama “ambición”. “No podemos instalarnos en la idea de ser un islote que se limite a asegurar derechos que ya se han conseguido. La única respuesta posible frente a aquellos movimientos, espacios o poderes que quieren que vayamos hacia atrás, es ir a más. Sobre esa idea tenemos que trabajar y debe ser nuestro relato”.