Una mujer en cuya casa de Cintruénigo (Navarra) colocó ETA por error una bomba que no llegó a explosionar ha declarado en el juicio que su perra salvó su vida y la de su hijo de 4 años al ladrar a los terroristas, con lo que evitó que instalaran correctamente el artefacto que dejaron en una maceta.

La Audiencia Nacional ha iniciado este martes la vista de la causa seguida contra el exdirigente de ETA Francisco Javier García Gaztelu, 'Txapote', y dos miembros del comando Totto de la banda, Asier Arzallus Goñi y Aitor Aguirrebarrena Beldarrain, todos ellos en prisión cumpliendo penas por varios atentados.

En esta causa la fiscal pide 52 años de prisión para Arzallus y Aguirrebarrena por la colocación en el año 2000 de un artefacto explosivo en una maceta junto a la ventana de la citada vivienda de Cintruénigo, donde los terroristas creían que seguía residiendo un guardia civil cuando en realidad estaba habitada por una mujer sin relación con las fuerzas de seguridad y su hijo de 4 años.

El artefacto, cargado con 10,4 kilos de Titadyne, no llegó a explosionar debido a la interrupción del fluido eléctrico del circuito ocasionada por la rotura de los hilos conductores del cableado en alguna de las conexiones del artefacto elaborado por el comando.

Además la Fiscalía solicita 54 años y seis meses de cárcel para Txapote al considerarle inductor de esta acción.

"Mi perra nos salvó la vida"

En la primera sesión del juicio ha testificado la mujer que residía en el inmueble donde en un día no determinado a comienzos de noviembre de 2000 colocaron la bomba, que ha dicho: "Mi perra nos salvó la vida".

"Yo entonces vivía de alquiler con mi hijo de 4 años en esa casa de Cintruénigo, que era un adosado que hacía esquina, y el 28 de febrero de 2001 un sargento de la Guardia Civil de la localidad llegó, se identificó y me pidió acceder a la vivienda porque llevaban tiempo buscando un artefacto explosivo", ha relatado la testigo.

Ha añadido que el guardia civil se dirigió a un patio interior y vio dos maceteros en el alféizar de la ventaba del salón, en uno de los cuales se encontraba el artefacto. "Había algo negro debajo de las plantas secas y de la tierra, como cinta aislante, pero ya me retiré y no vi nada más".

La mujer ha relatado que el artefacto estaba colocado en una zona muy cercana a las habitaciones en las que dormían ella y su hijo.

En este momento de su testimonio, muy emocionada, ha relatado que en torno a las fechas en las que se estima que fue colocado el artefacto, su perra, de la raza Labrador, que nunca ladraba, comenzó a hacerlo "exageradamente" una noche cuando estaban durmiendo.

"Me asomé a la ventana del baño para decirle que se callara y solo vi los ojos de la perra como asustada mirándome porque estaba todo muy oscuro, ya que ese día la farola de la calle estaba fundida", ha manifestado.

"Lo pasé muy mal"

La mujer ha añadido: "Cuando ocurrieron los hechos lo pasé muy mal pensando qué habría pasado si hubiese explosionado la bomba cuando mi hijo estuviera solo o con la niñera, me ha traumatizado bastante y tras tantos años está siendo otra vez doloroso recordarlo, a pesar de que gracias a dios, no pasó nada".

También ha testificado el sargento que encontró el artefacto, que era el jefe del puesto de la Guardia Civil de Cintruénigo.

Ha recordado que el agente que había residido en dicha vivienda y que se había trasladado a otro lugar le informó de que la bomba que ETA había comunicado que colocó en una casa de Cintruénigo y que la Guardia Civil llevaba tiempo buscando podría estar en dicho domicilio y que por eso se personó en el mismo.

Por esta causa ya fue condenado a 52 años de prisión José Ignacio Guridi Lasa, que este martes ha declarado que él montó el artefacto y que los objetivos del comando no los marcaba 'Txapote'.

Sin embargo, un ertzaina que le tomó declaración tras su detención ha recordado que manifestó que Txapote le daba al comando los objetivos y el material para los atentados.