Llegó la hora de votar el 9 de junio en las elecciones europeas y conviene hacer una reflexión sobre lo que está en juego en estos comicios. En primer lugar, es evidente que la composición de la Eurocámara los próximos cinco años puede condicionar una buena parte de las políticas que a través de las leyes rigen nuestras vidas.

Nada de lo que se legisla en Bruselas nos es ajeno por muy lejos que parezca que están las instituciones europeas. Y si no basta con echar un vistazo a las directivas aprobadas esta pasada legislatura: nueva política agrícola, pacto de asilo y migración, Inteligencia Artificial (IA), cargadores universales y un larguísimo etcétera de cuestiones que nos afectan en el día a día y que no se deciden ni en nuestro ayuntamiento, ni en nuestra Comunidad Autónoma, ni en nuestro país. Cedimos soberanía de forma voluntaria para ser parte de la Unión Europea (UE) y eso supone un plus de responsabilidad a la hora de elegir a nuestros representantes en ella.

LEGISLACIÓN EUROPEA

Un 53,6% de las leyes aprobadas por las Cortes Generales españolas durante la IX legislatura de la Eurocámara tuvieron su origen en las instituciones europeas, según un análisis pormenorizado realizado por la Oficina del Parlamento Europeo en España. En concreto, de las 246 leyes aprobadas en España durante los cinco años de legislatura del Parlamento Europeo (2019-2024), un total de 51 correspondieron a la aplicación de reglamentos europeos o a la transposición de directivas europeas en el ordenamiento jurídico español y otras 81 contenían referencias a recomendaciones, programas o iniciativas comunitarias.

Concretamente, el balance total durante la IX legislatura de la Eurocámara demuestra que, cada año, las decisiones adoptadas en la UE tienen una influencia directa en prácticamente el 50% de las normas que se aprueban en España. Únicamente en 2023, debido a la disolución de las Cortes Generales con motivo de la convocatoria electoral y el consecuente descenso de la actividad legislativa en España, el porcentaje anual alcanzó un inusual 72%.

AGENDA 2024-2030

La situación del contexto internacional, también convierten estas elecciones en críticas. La guerra en Ucrania, la crisis de Gaza y la creciente batalla hegemónica entre Estados Unidos y China, sitúan a la UE en una compleja coyuntura. La pretendida autonomía estratégica de Europa será el principal objetivo de este lustro. Para ello se plantea el debate sobre la seguridad y la defensa propia y, por tanto, la nueva relación con la OTAN.

El Pacto Verde como herramienta de lucha contra el cambio climático también debería ser protagonista de esta legislatura, pero las dificultades para algunos sectores como la agricultura de su aplicación han sembrado de dudas los ritmos a los que la Unión seguirá aprobando medidas medioambientales.

Y, por supuesto, fruto de la citada invasión de Vladímir Putin de Ucrania, la cuestión de la ampliación a los Balcanes, a la propia Ucrania y a Moldavia, será otro eje fundamental del trabajo político en Bruselas.

EL PROTAGONISMO DE LA ULTRADERECHA

Si con todo lo dicho las elecciones europeas del 9 de junio son trascendentales, se añade la posibilidad de que las alianzas tradicionales que han gobernado Europa por décadas, entre populares, socialistas y liberales, salten por los aires.

La irrupción de la ultraderecha y, más en concreto, de las formaciones políticas lideradas por dos mujeres, Marine Le Pen y Georgia Meloni, abre la opción de que los populares busquen nuevos pactos con algunos de los partidos políticos integrados en los grupos parlamentarios de los Reformistas y Conservadores y de Identidad Democrática. Si esto sucediera, muchas políticas cambiarían no solo de signo ideológico, si no que en vez de avanzar hacia opciones federalistas con más políticas comunes en la UE, entraríamos en una regresión de recuperación de soberanía de los Estados miembros.

En el fondo, nos jugamos ir hacia más Europa con el modelo actual de Unión o volver a los años 70 con menos Europa y más protagonismo de los países. Con estas premisas voten en consecuencia, pero, sobre todo, voten.