El debate sobre la reforma fiscal de la que habló la semana pasada la presidenta Chivite ha arrancado por lo esencial: definir a qué grupos puede afectar. Y no hay demasiado consenso.
Esta mañana, tras la Mesa y Junta del Parlamento de Navarra, los grupos políticos dejaron claro que no hay un mismo criterio a la hora de definir qué son esas rentas “medias y bajas” a las que supuestamente estará dirigida la reforma fiscal. Parece que el umbral de las bajas está por debajo de los 30.000 € y los grupos pidieron ayer hilar fino a la hora de tener en cuenta si son 50.000 € por persona o por unidad familiar.
Pero no han hablado de un límite en particular. En lo que sí han coincidido los grupos de Gobierno –los socios más importantes, PSN y Geroa Bai– fue en la necesidad de acometerla desde ya, porque “urge”, a juicio del segundo socio mayoritario, ponerse a trabajar “en enero”, para que así esté lista en 2026.
“Trabajar y negociar”
Ha sido el portavoz del PSN, Ramón Alzórriz, el que ha especificado que la reforma será “para la clase trabajadora” de Navarra. Sin mucha más precisión, el síntoma inequívoco de que el partido de Gobierno trabaja en la definición de los umbrales. “Hay que trabajar y negociar”, dijo Alzórriz, que pidió diferenciar entre si una persona ingresa 50.000 euros al año o lo hace la unidad familiar.
Lo que sí se ha tomado es tiempo para negar un discurso que la derecha suele llevar de la mano: fiscalidad y éxodo empresarial. Alzórriz ha dicho que hay que combatir “los bulos” y dijo que “en Navarra, el 60% de las empresas totales son micropymes y tributan menos en Navarra que en la Comunidad Autónoma Vasca y que en España; quienes facturan hasta 10 millones están también por debajo en la tributación del Estado y de la CAV; las cooperativas en Navarra tributan al 17% mientras que en la CAV al 18% y en el Estado al 20%”.
“En el resto de empresas, el otro 18%, las grandes empresas, el tipo final es mejor con los incentivos y las deducciones que se tienen en Navarra”, afirmó, en un discurso que ayer recibió el respaldo de la Ejecutiva socialista. “Basta ya de mentiras y de irrealidades”. Porque “cuando ha habido aquí tres medidas fiscales para rebajar y mejorar la calidad de la clase trabajadora, como fueron tres deflactaciones fiscales, la derecha votó en contra”.
Geroa Bai no es que apoye la reforma, es que la pide desde hace tiempo. “Tanto la presidenta como el consejero de Economía y Hacienda saben que Geroa Bai quiere que este mismo mes de enero empecemos a trabajar en esas medidas fiscales que tendrán que ver la luz en los próximos meses”, ha dicho Pablo Azcona, que insistió en que “las clases de rentas medias y bajas son la base del sistema y han visto cómo ha menguado su poder actual, y la base del sistema también son los autónomos, que no tienen relevo generacional o que sufren para mantener sus ingresos”.
“Es donde Geroa Bai quiere poner el foco del debate fiscal, lo venimos haciendo desde junio”, señaló, en un discurso que entonces empezó la líder del partido, Uxue Barkos.
“Es un debate que está abierto, que también abordará la fiscalidad de las empresas, no nos cabe ninguna duda, y que requiere de consensos, que requiere de acuerdos con nuestros socios. Es ahí donde quiere trabajar Geroa Bai desde ya, en enero”, ha insistido.
Saber qué es una renta media
Laura Aznal, de EH Bildu, ha respaldado una reforma fiscal “no para las rentas altas y de capital, sino para facilitar la vida de las rentas medias y bajas”, una reforma, dijo, que “cuando llegue el momento estudiaremos en detalle y sabremos qué es lo que entiende el Gobierno por rentas medias”.
“De momento y gracias a propuestas de EH Bildu, ya hay una deducción fiscal extraordinaria para las rentas inferiores a 30.000 euros y seguiremos trabajando para conseguir un sistema más justo y más progresivo”, ha indicado, para opinar, sobre qué es una renta media, que “no es real, como viene haciendo la derecha, hablar de rentas de 50.000/52.000 euros como rentas medias”.
Además, ha criticado que “las derechas basan en la fiscalidad todos los problemas de las empresas y agitan constantemente el fantasma del infierno fiscal”. “Sin embargo, es muy fácil desmontar este mantra y se hace con datos, que son los que recoge nuestra propia ley de impuestos y medidas fiscales”, comentó, para señalar que “de las casi 40.000 empresas en Navarra, cinco de cada seis pagan menos impuestos que en el conjunto del Estado”.
Por último, Javier Esparza echó mano del argumentario clásico de UPN para defender su posición: “UPN defiende en materia fiscal algo muy sencillo y es que creemos que ningún navarro tiene que pagar más impuestos que si viviera en otra comunidad”, zanjó, antes de decir que Navarra ha perdido competitividad.