María Chivite (Cintruénigo, 1978) nos recibe en la sede del PSN-PSOE. Se le ve especialmente distendida y segura tras su reelección como secretaria general. A su nueva ejecutiva le pide “mantener la paz interna” que hoy es seña de la casa y de su mandato. Chivite va armando un estilo político cada vez más reconocible en ideario y personalidad. Un camino arduo que ha situado al PSN en una posición de claro liderazgo de la pluralidad progresista.

¿Qué sensación se llevó a casa tras ser reelegida secretaria general, casi a la búlgara y con ese optimismo?

–No me pude ir más contenta y agradecida. El ambiente superó incluso las expectativas que teníamos, y se vio mucha alegría. Los números que avalan la nueva dirección del partido te reconcilian también con el trabajo. Fue un chute de energía. Ahora bien, acabé agotada, pero con la tarea hecha y con nota. 

¿Y en lo más personal?

–Cuando en 2014 di al final ese paso al frente pensé: María pero en qué lío te metes. Y sin embargo ahora el partido está contento, parece que las cosas van saliendo, la militancia avala la línea política. Eso te da tanta seguridad... Hace diez años tenía vértigo. Ahora tranquilidad, mucha seguridad y confianza de cara a seguir adelante. Se consolida la aventura que emprendimos, que igual parecía un poco loca; pues parece ser que este partido la estaba esperando. 

¿Cómo fue madurando ese planteamiento estratégico e ideológico?

–Una de las decisiones importantes fue la abstención en la investidura de Uxue Barkos. Puede que esa decisión haya pasado quizá sin pena ni gloria, pero fue muy pensada.

Luego en el día a día...

–Hubo de todo, yo entiendo que llenan más titulares las controversias que los acuerdos. Recuerdo intervenciones felicitando a Fernando Domínguez. Siempre tuve muy buena relación con Fernando. Creo que el Partido Socialista supo estar en su lugar y nos sirvió, a la vez, para fortalecer nuestro proyecto político. Pero esa abstención fue bien pensada, porque nosotros también entendíamos que ya valía de gobiernos de la derecha, y sabíamos que nuestros votantes estaban ahí, que los votantes progresistas, socialdemócratas, de la izquierda, estaban ahí. Creo que el tiempo nos ha venido a dar la razón.

“Hace diez años tenía vértigo. Ahora tranquilidad, mucha seguridad y confianza de cara a seguir adelante; el partido está contento”

Su primera investidura en verano de 2019 no fue un camino de rosas.

–No fue fácil. Hablamos con muchísima gente. Yo lo pasé mal, muy mal. Hubo medios de comunicación que creo que pasaron todas las líneas.

¿Y ahora se siente reafirmada?

–Sí, totalmente.

¿Qué le diría a su yo de 20 años que empezó a militar en el PSN?

–Buah, paciencia, porque por mucha teoría que hayas estudiado y a mí la teoría política me encanta, hay cosas que las tienes que vivir y aprenderlas en primera persona. A equivocarte también. Hay cosas que te las dan el tiempo y la experiencia. Por mucho que quieras devorar libros, sin experiencia no las vas a aprender.

¿Era muy impetuosa?

–Lo soy todavía, entonces muchísimo más. También le aconsejaría templanza. La prudencia y la templanza son importantes. Siempre he sido una mujer vehemente, pero la vehemencia y la potencia tienen que ir con control. La defensa de los intereses tiene que ser algo maduro, y creo que yo ahora estoy en ese momento.

¿En qué sintetizaría su convicción socialdemócrata?

–En el modelo de sociedad que quiero y defiendo para Navarra: innovadora, igualitaria y sostenible. Innovadora, porque quien no innova se queda atrás. Igualdad de oportunidades independientemente de donde vivas. Una sociedad es más próspera cuanto más igualitaria. Cuanto menos desigual es en renta, más próspera es. Yo no quiero sociedades más ricas, sino más prósperas. Son dos cosas diferentes. Disminuir las desigualdades sociales, también entre hombres y mujeres y territoriales. En cuanto a la sostenibilidad, no hay un plan B para este planeta. Lo mejor que le podemos dejar a nuestros hijos es un planeta en el que vivir.

Ramón Alzórriz asciende en la nueva ejecutiva, liberado de algunas tareas organizativas.

–Mire, yo tengo dos objetivos muy claros de cara a esta nueva dirección. Uno: ampliar nuestra base social. Hay que renovar y reforzar liderazgos locales, y eso es mucha tarea. Y quiero una perfecta coordinación entre el grupo parlamentario y el Gobierno, y del grupo parlamentario con el resto de grupos que sostienen a este Gobierno, porque creo que nos vienen amenazas no menores y la fortaleza de este Gobierno también es el buen entendimiento entre sus tres formaciones, y sacar todas las iniciativas legislativas adelante; quiero que todo vaya como la seda. Creo que las habilidades negociadoras de Ramón son incuestionables, y también la dirección del grupo.

“Creo que las habilidades negociadoras de Ramón Alzórriz son incuestionables, así como su dirección del grupo parlamentario”

A Alzórriz se le critica por exceso de ímpetu. Tuvo dificultades en la conformación del Gobierno en verano de 2023. Alguien puede decir que a lo mejor había personas más idóneas, con más mano izquierda.

–A lo mejor habría que mirarlo en otros partidos también que negociaron ese verano, y en determinadas declaraciones.

Va a marcar una era. El año que viene superará en tiempo en el Gobierno a Gabriel Urralburu.

–Pues no fui consciente hasta que no lo vi escrito en su periódico. Ni idea.

¿De verdad?

–Se lo digo de verdad. Estoy en mi trabajo, en mi tarea.

Su antecesor, Roberto Jiménez, asistió a la charla de Javier Lambán y Miguel Sanz. Supongo que a estas alturas tampoco le sorprende.

–No, no me sorprende. Roberto es libre de participar en donde entienda, pero no sé si es consciente de que su presencia también se instrumentaliza para atacar a su partido. Por cierto, según he visto, fue una charla sin un solo dato encima de la mesa. ¿En qué supera Aragón a Navarra de los grandes indicadores? En nada. Navarra tiene mejores datos de empleo, de crecimiento económico, en cualquier servicio público, en PIB industrial, en calidad de vida... ¿En qué está Aragón mejor que Navarra? En anuncios.

Siempre hay algún socialista minando a las direcciones actuales.

–Y cómo se dejan utilizar, porque no es que los quieran, es que los utilizan. Las críticas de Lambán hacia nuestro secretario general son conocidas, y yo, sinceramente, lo lamento, porque puedo estar más o menos de acuerdo con las decisiones que tome mi partido; no siempre lo estoy, pero sé dónde tengo que decir las cosas.

¿De Roberto Jiménez ha recibido estos años algún apoyo?

–Cada uno ha llevado su camino.

Entonces es que no...

–Cada uno ha llevado su camino. Estos que ahora alaban al PSOE de antes, que daba gobiernos a UPN, que elogian la figura de Roberto Jiménez... son los mismos que nos echaron del Gobierno. No nos llevemos a engaño.

En 2012.

–Es que UPN nos echó del Gobierno; le echó a Roberto Jiménez del Gobierno. Le mandó un motorista en mitad de la noche.

¿A quién cree que UPN rechaza más, a Pedro Sánchez o a usted?

–(Lo piensa). Pues yo creo que por igual, ¿no? Entre Pedro Sánchez, Santos Cerdán, Ramón Alzórriz y yo anda el juego.

Así es difícil tejer.

–Efectivamente, es muy difícil. Pero sin embargo tengo que decir, por ejemplo a nivel municipal, que quizá las relaciones son diferentes.

¿Ejemplos concretos?

–Sebas (Sebastián Marco) el alcalde de Noáin, por ejemplo. Como Gobierno hemos tenido una relación con él de total coordinación, con el tema de la planta de baterías de los coreanos, el centro de día... nos hemos encontrado.

“Roberto Jiménez es libre de participar en donde entienda, pero no sé si es consciente de que su presencia se instrumentaliza”

El Gobierno que preside necesita de la buena salud de todas sus partes. ¿Le preocupa la coyuntura que de aquí a 2027 puedan atravesar Geroa Bai y Contigo-Zurekin?

–La estabilidad de las formaciones políticas que conforman el Gobierno implica la del Ejecutivo. Espero que lleven sus procesos internos con normalidad y tranquilidad, porque tenemos que tener claro qué tenemos en frente. Y más en estos momentos, con discursos cada vez más radicales de la ultraderecha, con desinformación, bulos... Hay que tener altura de miras, soy consciente de que destruir es mucho más fácil que construir. Construir puentes conlleva muchísimo más trabajo que echarlos abajo. Requiere diálogo y presencia, pero creo que merece la pena hacerlo. Lo digo porque tanto Contigo-Zurekin como Geroa Bai son coaliciones.

Y están la aritmética y la rentabilidad electoral.

–Pero eso lo dirán los ciudadanos, con su voto. Yo no dudo de la apuesta ni de Contigo-Zurekin ni de Geroa Bai por este modelo de gobierno, y espero que siga así. Creo que estamos haciendo un grandísimo trabajo, que la coordinación interna es buena; hombre, siempre todo es mejorable, pero por lo menos procuro que cada uno tenga su protagonismo en su área, y que en el ámbito parlamentario, cuando no hay acuerdo, cada grupo tenga su protagonismo, busque mayorías alternativas y su propio perfil. Asimismo, la valoración que hago del trabajo de los consejeros y consejeras es buena.

Ibarrola dijo que usted y EH Bildu estaban preparando el camino para gobernar juntos y que ya tienen pactado consejerías a futuro. Le veo sonreír. ¿La centralidad en Navarra está preparada para que eso llegue?

–Yo desde luego de especulaciones de esta señora y de cuentos suyos no voy a opinar. Esta mujer se dedica todo el día a la hipérbole... Debería aportar algo nuevo; todo el día con el mismo discurso. No voy a opinar de estas cosas que dice, que se las inventa.

Ella insiste en que usted es incapaz de aprovechar el potencial de Navarra. ¿Puede calar esa lluvia fina? El marco es muy insistente.

–Y esa derecha mediática, económica y política se ha puesto de acuerdo en una clara estrategia, porque no es casual que estemos vendiendo la debacle industrial de nuestra comunidad, y a la vez una conferencia que dice que Aragón nos adelanta. Que en datos industriales ni de lejos.

Decía Sanz que Navarra crece, pero menos que los demás.

–Pero no es verdad. Es que no hay más que ir a los datos, el consejero Mikel Irujo dio el crecimiento de Navarra y Aragón de los últimos años. Es una lluvia fina, pero la realidad pone a cada uno en su sitio. Y no es cierto ni que Aragón nos adelante ni que estemos perdiendo oportunidades. Este Gobierno ha conseguido reducir la deuda de Navarra a un 10% del PIB, que estaba en un 18% en 2015. La gestión está siendo buena. ¿Mejorable en algunas cosas? Por supuesto que sí, y que hay empresas que lo están pasando mal. Pero por cierto, ni BSH, ni Sunsundegui ni Nano son historias nuevas. Ninguna de las tres. Sunsundegui entró en Sodena en 2009. BSH empezó su cierre de centros de trabajo con gobiernos de UPN, porque ha cerrado varios centros en Navarra. Y Nano es una externalización de una unidad de producción de SKF que se produjo en 2011, crónica de una muerte anunciada.

Dice Irujo que si Volkswagen no vende los eléctricos que prepara en Landaben tendremos un problemón.

–Que Europa no dé certidumbres de su apuesta, y sigamos debatiendo sobre el plazo de 2035 no lanza un mensaje unívoco al mercado. Tenemos que trasladar certidumbres, lo estamos haciendo en el ámbito de nuestras competencias, porque más allá del MOVES, este año habrá nuevas desgravaciones. Si no, al consumidor lo tenemos despistado. No sé por qué seguimos dando vueltas a si estos vehículos van a ser la solución o no, o si las baterías van a durar. China no tiene ningún problema. Allí todas las motos son ya eléctricas. Su apuesta por el vehículo eléctrico es clara.

China no es una democracia, mientras que aquí...

–Vale, eso es así, pero que se esté cuestionando la viabilidad del vehículo eléctrico... También intereses que tienen que ver con el petróleo quizá se quedan sin negocio. Pero nuestro mensaje como comunidad tiene que ser claro. Y cuando veo al Partido Popular decir que hay que abrir la fecha de 2035, no es consciente del daño que nos puede hacer a los navarros, porque si no vendemos vehículos eléctricos, aquí tendremos un problema. No lo digo porque los vehículos de Landaben se vendan aquí, sino porque o vamos hacia el vehículo eléctrico y la ciudadanía se convence de que esa es la vía, o tendremos un problema.

Es vicepresidenta de los Socialistas Europeos en el Comité de Regiones, y cada vez hay más tela que cortar en la UE. ¿Su presencia en Bruselas va a ser habitual?

–Más que en la legislatura pasada, porque cuanto más estás en Europa, más consciente eres de la importancia de sus debates, y de que las regiones tenemos que estar presentes en la toma de decisiones. El otro día debatíamos sobre la necesidad de fortalecer la democracia, y puse el ejemplo de Navarra, con la ley de transparencia, los procesos de participación, oficina de buenas prácticas y anticorrupción, ejercicio de rendición de cuentas... Yo defiendo el papel de las regiones en esta construcción europea, tenemos mucho que decir, sobre todo porque somos las más cercanas al ciudadano, las que más conocemos las dificultades, problemáticas y demandas. Quiero que formemos parte del diseño de la política europea. El 70% de la normativa que nos afecta se aprueba en Europa. Las comunidades algo tendremos que decir, porque somos nosotras las que hacemos que el ciudadano cumpla con la normativa.

“EH Bildu tiene que avanzar y no termina de hacerlo”

Como socióloga habrá estudiado la incidencia del miedo, como el que genera esta tormenta perfecta.

–La ultraderecha cabalga en el miedo, se aprovecha del miedo de la gente, genera miedos.

Con el estallido de Trump la ultraderecha europea va a tener más difícil su argumentario.

–Por de pronto Vox se ha ofrecido a ser el intermedario ante Trump. El miedo es una herramienta muy potente, te lleva al lado oscuro de la fuerza (sonríe). Esto es una cuestión también de relatos. Por ejemplo, y no digo que haya dificultades, que las hay, en el tema migratorio percibo el miedo al diferente. Aparte de organizar mejor las políticas públicas tenemos que ganar el relato de esto, porque la migración forma parte de nuestra historia. Es mejor que le demos la vuelta a esto, y puede ser una gran oportunidad, también para que crezcamos todos económicamente. Pero la ultraderecha gana en un ambiente de confrontación.

En el Parlamento debatió con Aznal, de EH Bildu, sobre la polémica en torno a Ernai.

–Es que tienen que avanzar, es que no terminan de hacerlo.

Y eso les pone a ustedes en compromisos.

–Bueno, pues es algo que no resulta agradable, pero es algo que nosotros públicamente no tenemos ningún complejo en rechazarlo. Han pasado los años suficientes como para que el compromiso con la paz, con las víctimas, con la no revictimización, con reconocer que la vía de la violencia no estuvo bien. Estaría bien que lo hicieran.

Eso parece que lo hicieron.

–No lo tengo claro con estas cosas, o cuando no son capaces de aprobar una declaración institucional del Gobierno clara con la condena.

¿Y eso qué consecuencias tiene? 

–El Partido Socialista rechaza con contundencia que se hagan estas cosas, y por lo tanto, vemos que este es un camino que todavía tienen que recorrer.

La coda: ¿Se puede sentir felicidad dentro de la política?

–Hay momentos. Por ejemplo cuando acordamos que los chavales migrantes pudieran jugar en los Juegos Deportivos, cuando inauguras un centro de atención temprana, cuando alguien te cuenta la ayuda que recibió, o cómo hemos protegido a una víctima de violencia de género... Igual el día a día te lleva por el tema más económico, pero las vivencias personales, cómo tus políticas impactan en la vida de la gente... Sobre todo me emociona en cosas que tienen mucho que ver con mis convicciones personales.