Los partidos que sustentan al Gobierno de Navarra salieron este lunes en bloque a criticar el “esperpento” político protagonizado por el Partido Popular durante la Conferencia de Presidentes celebrada el pasado viernes en Barcelona. Tras la reunión de la Mesa y Junta de Portavoces del Parlamento foral, los representantes de PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin defendieron el papel de la presidenta María Chivite y lamentaron que la cita estatal, concebida como espacio de cooperación territorial, se convirtiera en un escenario de confrontación y gestos “bochornosos” por parte de los populares.

Una de las actuaciones más sonadas del encuentro fue el ridículo protagonizado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien abandonó la sala en el momento en que el lehendakari, Imanol Pradales, comenzó su intervención en euskera. Solo el PPN defendió a la líder madrileña, cuyo portavoz, Javier García, defendió la actitud de Ayuso alegando que “avisó previamente” y que “el castellano es la lengua común que se ha usado siempre”. En su opinión, el uso de lenguas cooficiales como el euskera “divide” y es una “falta de respeto” cuando se emplean en foros estatales.

Casi todos critican a Ayuso

Sin embargo, el resto de formaciones coincidió en censurar su actitud. “Un despropósito”, “una muestra de desprecio al euskera” o “una escenificación lamentable” fueron algunos de los calificativos empleados por representantes de la mayoría progresista. “Vergonzosamente, hoy hemos escuchado aquí cómo se justifica ese desprecio desde Navarra”, denunció el portavoz de Geroa Bai, Pablo Azcona, quien lamentó que “el foro que debía servir para avanzar en los retos comunes se desviara por decisiones políticas premeditadas para generar ruido”. Incluso desde UPN se desmarcaron de los exabruptos de Ayuso. Javier Esparza consideró “poco acertada” su actitud y afirmó que él no lo habría hecho.

El foco en la vivienda

Carlos Guzmán, de Contigo-Zurekin, fue especialmente duro: “Hemos vuelto a vislumbrar el esperpento en el que se ha convertido la política estatal por el desnorte político, y casi personal, de la derecha española”. Sin embargo, la Conferencia fue útil, a su juicio, precisamente porque permitió avanzar en políticas clave como la vivienda, mientras “otros se dedicaban a desprestigiar y buscar titulares”.

Desde el PSN, su portavoz Ramón Alzórriz destacó que la presidenta María Chivite defendió “los temas que realmente preocupan a la ciudadanía navarra, como la vivienda pública y la financiación autonómica”. En su opinión, la reunión sirvió para obtener “más fondos que permitirán hacer realidad el derecho a una vivienda digna”. Frente a ello, criticó “la deriva del PP”, al que calificó como una “camorra política” centrada en el ataque permanente al Gobierno de España y en “socavar la diversidad de nuestro país con una idea única, la de la España una, grande y libre”.

EH Bildu, por su parte, ha valorado positivamente el acuerdo estatal sobre vivienda propuesto para el periodo 2026-2030, en el que el Estado prevé invertir hasta 7.000 millones de euros. Mikel Zabaleta subrayó que la presidenta ya ha mostrado su voluntad de sumarse a dicho plan y reclamó concreción en el reparto y aplicación de los fondos. También lamentó que se intente “reducir la Conferencia a una anécdota” como la “estridencia y falta de respeto” de Ayuso, que vinculó con “la campaña de la derecha para desgastar al Gobierno de Sánchez”.

UPN, PPN y Vox, a una

Frente a estas valoraciones, la derecha aprovechó para lanzar duras críticas tanto a la cita como al papel desempeñado por Chivite. Javier Esparza, portavoz de UPN, calificó la reunión como “inútil” y aseguró que la presidenta acudió a “aplaudir a Pedro Sánchez” y que “ejerce de delegada de Sánchez en Navarra, no de presidenta”. Según Esparza, el encuentro demostró que el Ejecutivo central “está alejado de los problemas reales de los ciudadanos y centrado en sobrevivir a los casos de corrupción”.

En la misma línea, el portavoz del PPN insistió en que Chivite “no tuvo ningún papel” en la conferencia porque está “sometida a lo que dicta su amado líder”. Asimismo, reprochó que no salieran compromisos concretos para Navarra y reclamó que la presidenta “coja las riendas de la Comunidad y deje el papel de secretaria general del PSN”.

La valoración más extrema vino desde Vox. El portavoz de la ultraderecha, Emilio Jiménez, tachó la cita de “teatro” y llegó a afirmar que el Gobierno central es ilegítimo.