María Chivite llega a la mitad de su segunda legislatura. Han pasado dos años desde que el 15 de agosto de 2023, en una tarde de canícula, fue investida con el apoyo de PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin y la abstención de EH Bildu. Momento dulce que ahora se ha vuelto áspero, con el caso Cerdán rondando.

Cambio de pantalla

En el debate de investidura de 2023 el entonces portavoz socialista Ramón Alzórriz citó a Santos Cerdán para agradecerle su trabajo, y dijo que no había alternativa a Chivite, “amiga y compañera”. Hoy Cerdán, en prisión desde el 1 de julio, es motivo de preocupación y pesar en el conjunto del Partido Socialista. En Navarra de momento sigue sin haber alternativa a Chivite, pero el panorama se ha ensombrecido para los socialistas. La mayoría parlamentaria 30/20 es poderosa cada vez que se pone en marcha, pero si la UCO se erigiese de nuevo en protagonista judicial y política, si aflorasen más conversaciones, la firmeza socialista se podría cuartear con rapidez.

Quedan dos años para las elecciones forales; la aritmética del Ejecutivo foral ha ofrecido estabilidad, pero sus números, como los de cualquier poder democrático, se nutren de la ilusión y movilización de sus votantes. “Este va a ser un Gobierno de coalición y en minoría parlamentaria, pero de mayoría social en la calle”, dijo entonces Chivite. Ahora, según avance el caso Cerdán, habrá que ver si la sombra de la corrupción retira el favor de una parte de los votantes que contribuyeron a asentar el tablero progresista en Navarra.

Alzórriz ensalzó a Cerdán en el debate de investidura de Chivite en 2023. Dos años después, Cerdán es motivo de preocupación y pesar

Hasta el pasado mes de junio la actual legislatura dibujaba una meseta con metas volantes durante 2026 y acelerón hasta 2027. Una orografía con tránsito relativamente cómodo para una Chivite en su segunda legislatura. Sin embargo, el mapa ha cambiado, y el trazado sinuoso va a exigir bastante más a todo el Gobierno y singularmente a su presidenta.

Sin Alzórriz de portavoz socialista, Chivite tendrá que sacar su manual de resistencia como libro de texto del próximo curso. Este verano los socios de Gobierno se lo han tomado con calma chicha, mientras UPN y PP han criticado a Chivite por agazaparse en el descanso estival. El momento, delicado singularmente para los socialistas, da un balón de oxígeno a Cristina Ibarrola, que ha visto su primera oportunidad política para cambiar el rumbo de las cosas. Recuerden el panorama hace dos años. Consumada la investidura de Chivite, Esparza anunció que no volvería a encabezar la lista de UPN al Parlamento foral. “La vida son ciclos y yo he tenido el mío”, valoró entonces. Comenzaba una fase que se concretaría en abril de 2024 con una nueva presidencia del partido (Ibarrola) y la misma portavocía parlamentaria (Esparza). 

Madrid, de reojo

También ha cambiado en estos dos años el paisaje de la política española. Cuando salió investida por segunda vez María Chivite Pedro Sánchez acababa de salvar los muebles en las Generales. Se adivinaba una legislatura complicada, pero que mantendría inquilino en la Moncloa. El ambiente en el Partido Socialista se situaba entre la euforia y el alivio, y en ese contexto la negociación sobre la conformación del Gobierno en Navarra fue trabada y compleja.

Si aquello dejó desconfianzas en el recuerdo, habrá que observar el empaste que a partir de ahora muestran ahora los socios del Ejecutivo, donde ha habido cambios fuera del PSN. Recuerden: Uxue Barkos, que se presentaba a la presidencia foral, anunció ese mismo agosto que dejaría el Parlamento y pasó a ser senadora por Navarra. Aquel cambio de destino planea sobre la concreción del futuro cartel de Geroa Bai en 2027, el consenso interno que concite y el tirón que arrastre.

Por parte de Contigo-Zurekin, la victoria de Neniques Roldán en las primarias a la coordinación de Podemos abre interrogantes sobre el posicionamiento de la formación morada en este curso y cómo afectará esto al devenir de Izquierda Unida de Navarra y a la propia Contigo-Zurekin.

Los interrogantes tampoco son del todo ajenos a la estrategia que tome EH Bildu, si bien no forma parte del Gobierno y ha sido un socio fiable en Pamplona y en Madrid. “Estoy convencida de que esta legislatura va a ser una oportunidad para Euskal Herria Bildu”, pronosticó Laura Aznal entrevistada por DIARIO DE NOTICIAS en agosto de 2023. “Nuestra posición no es cómoda, asumimos riesgos y afrontamos y gestionamos contradicciones internas” dijo en dicha entrevista esta portavoz parlamentaria.

Aquel elogio de Calviño

“Chivite responde con eficacia y rapidez a las urgencias a las que se enfrenta”, afirmó Nadia Calviño en la toma de posesión de la presidenta. Calviño era entonces vicepresidenta primera del Gobierno de España. Eficiencia rápida, doble reto para la presidenta de cara a liderar el curso político que empieza en septiembre. Para ese fin habrá de pertrecharse de energía extra y echarse el partido a la espalda, si quiere responder con solvencia al clima de sospecha que va a intentar levantar la derecha.

Rein Taagepera, politólogo citado en un libro de Josep M. Colomar, En busca de Nuncajamás (Anagrama) explica así los avatares del liderazgo: “Un académico elige los problemas en los que desea trabajar, mientras que los problemas eligen al político tanto si este quiere lidiar con ellos como si no”. La propia Chivite abordó una idea similar en su investidura de 2023. “Como decía Antonio Machado, en política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el viento. Jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”. Fue una referencia interesante en un discurso que contó con otro pasaje que dos años después recobra relevancia: “Soy una firme defensora de la política. De la política como servicio público, de la política útil, de la política de los hechos, pero también de la política que genera confianza porque es honesta”. Una melodía que ahora se volverá mantra.

La hora de Chivite

El Gobierno foral echó a andar en 2023 con “vocación de dejar huella”. Para que esa impronta no se vuelva en contra, los próximos meses serán claves, con tal de disipar dudas. Si la afección crece de aquí a Navidades, se multiplicarán los nervios. Así que las comisiones y comparecencias en el Parlamento y en el Senado tendrán un valor considerable al compás del discurrir informativo.

UPN, PPN y Vox intentarán visibilizar a Chivite como una presidenta frágil, cuando no quebrada y embargada por la emoción

Mirando el protagonismo que está tomando la ministra Elma Saiz, hay quien se relame imaginando una renuncia de Chivite en 2027. En las lágrimas presidenciales de junio los detractores de la presidenta observaron vulnerabilidad. UPN, PPN y Vox intentarán que la escena se repita y visibilizarla como una dirigente frágil, cuando no quebrada y embargada por la emoción.

La lógica de la oposición es esperable, pero la biografía política de Chivite refleja un componente de kozkor que no se puede desatender. Ha aprovechado el viento de cola, claro, pero también ha remado y capitaneado el barco. Ahora, desafíos sectoriales aparte, afronta una regata clave, con fuerte oleaje. Con 6 años en la presidencia le pilla curtida.