La causa palestina ha sido silenciada en las últimas horas en dos escenarios muy distintos de Madrid: el estadio Santiago Bernabéu y los centros educativos de la región.

El martes, durante el encuentro de Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Olympique de Marsella, la seguridad del club blanco impidió a varios aficionados acceder con banderas de Palestina. Algunos seguidores se vieron obligados a dejarlas en la entrada, mientras que en otros casos fueron los propios agentes quienes las arrojaron a la basura. La medida se produjo el mismo día en que la comisión de investigación de la ONU concluyó que la ofensiva israelí en Gaza constituye un genocidio.

El dispositivo de seguridad, coordinado por la Delegación del Gobierno en Madrid, movilizó a 1.873 efectivos entre policías y personal de emergencias. El despliegue incluyó cargas de antidisturbios de la Policía Nacional contra hinchas del equipo marsellés, que habían protagonizado incidentes durante su trayecto en metro y en los aledaños del estadio horas antes del partido.

Órdenes de Ayuso

Paralelamente, en el ámbito educativo, varios centros madrileños, según publica este miércoles el diario El País, han recibido llamadas de la inspección para que retiren símbolos de apoyo a Gaza. Según fuentes consultadas, las órdenes se transmiten de manera verbal por parte de inspectores de la Consejería de Educación. La medida responde a la línea marcada por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que considera que esta cuestión debe quedar al margen de las aulas.

La decisión ha generado críticas en el sector educativo, que recuerda que en 2022 la Comunidad de Madrid promovió en los colegios muestras de solidaridad con Ucrania tras la invasión rusa.