El año que sacudió la política foral

Quién se imaginaba allá por marzo, en el congreso del PSN, cuando María Chivitefue reelegida con un 99,44% de los apoyos, que el Partido Socialista estaba cerca de sufrir una sucesión de seísmos, con parte del epicentro en Navarra. El primer trimestre del año discurría tranquilo, si acaso con la salsa del abandono de Maite Nosti de Vox Navarra y su portazo sonoro pero sin entregar el acta parlamentaria. También en marzo se culminó el alambicado traspaso de Tráfico, aunque todo quedaría en capítulo menor comparado con lo que iba a llegar en junio.

Un punto y aparte

La segunda parte de la legislatura se inició con un cambio de rasante insoslayable. “Nuestra responsabilidad es ofrecer un proyecto sólido ante la ola conservadora”, dijo María Chivite en ese XIII congreso del PSN. Ahí está el quid de la cuestión ahora, la necesidad de solidez ante la crisis de reputación socialista generada en torno a Santos Cerdán. Una sacudida que, inevitablemente, ha cambiado el discurrir del segundo Gobierno Chivite.

El 12 de junio Santos Cerdán dimitió y nada volvió a ser lo mismo para el Partido Socialista. El terremoto llega hasta hoy. Como las penas nunca vienen solas, Chivite se encontró una semana después con que la pareja de Ramón Alzórriz, que en marzo se había convertido en vicesecretario general del PSN, había trabajado en Servinabar, lo que le llevó a él a tener que dejar la portavocía. De paso el PSN perdió un puntal dentro y fuera del hemiciclo para zafarse de la oposición y hacer buena la máxima de la mejor defensa es un ataque.

En una semana la líder del PSN asistió a la dimisión de su amigo y mentor, y acordó el paso atrás de su portavoz Alzórriz, clave también en la vida política de Chivite. Cerdán y Alzórriz habían acompañado a Chivite a la entrada del Parlamento en la primera sesión de su investidura, en 2019 junto con la invitada Idoia Mendia. Después, en su toma de posesión estuvieron presentes José Luis Ábalos y Koldo García. Pareja que con el tiempo ha acumulado una pésima reputación.

Aquella comparecencia

Chivite compareció el 12 de junio entre lágrimas en el Palacio de Navarra, no en el Paseo Sarasate. Todavía resonaban las palabras de Pedro Sánchez sobre Cerdán al inicio de la tarde desde Ferraz. “No debimos confiar en él”, dijo grave el hombre que le había aupado al número tres del Partido Socialista.

En la comparecencia de Chivite la presidenta no pudo evitar ocultar su dolor. Una semana después, las emociones habían mutado a un sentimiento de “profunda traición”. Las noticias se sucedieron con rapidez y el último día de junio Santos Cerdán entró en la prisión de Soto del Real. El verano sirvió a la presidenta para levantarse, terminar de asumir la realidad, conjurarse contra los elementos, políticos y personales y prepararse para las turbulencias del actual curso político.

Desde septiembre la presidenta se ha afanado en aplicarse a su tarea, no sucumbir a las críticas y al ruido ambiental, y tratar de minimizar daños. También ha reforzado su agenda internacional. Lo cierto es que el PSN y ella se han desgastado este año, también el resto del Gobierno. Que un hombre como Cerdán ingresase en la cárcel ha sido un golpe seco. A partir de ahí las dudas sobre la veracidad e integridad socialista se han extendido. Más si cabe cuando hay una voluntad por parte de la derecha de poner el punto y final a un ciclo que le ha apartado del poder en el Gobierno foral desde hace una década.

A nivel orgánico, el PSN ha perdido además un enlace de la máxima confianza de Sánchez en Madrid, un valedor del tablero existente desde 2019. Ahora solo queda Elma Saiz, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Es el peor momento del ciclo 2019-2025 o si lo prefieren del ciclo 2015-2025. A quien le puede pillar más a cubierto es a EH Bildu, socio presupuestario.

UPN y PPN, principales arietes de la oposición

Oportunidad para Ibarrola

La estabilidad política navarra sigue ahí, aunque ninguno de los socios del Ejecutivo vive su mejor momento. En la oposición, en cambio, Cristina Ibarrola, tras año y media en la presidencia de UPN, ha visto su oportunidad. No lo tendrá fácil y se le puede hacer largo, pero vistos los cuchillos que amenazan la espalda de Sánchez el efecto carambola esta vez podría beneficiar a UPN.

Si de aquí a 2027 el presidente del Gobierno estuviese liquidado, el panorama para los socialistas navarros no sería halagüeño. Y entonces no sería del todo descabellado imaginar una orden de un nuevo Ferraz conminando a Chivite a quedarse en la oposición. Quizás también por un tablero electoral donde en los próximos comicios forales EH Bildu superase al PSN y Geroa Bai sufriese un nuevo revés. Lo cierto, ampliando el foco, es que ya no funciona aquello que dijo José Luis Rodríguez Zapatero a este periódico en el mes de marzo: “El PP, con su estrategia de oposición, cada vez hace más líder a Pedro Sánchez”. Eso se acabó. Una cosa es que Feijóo no despegue, otra que refuerce a en la presidencia a Sánchez, sobre todo cuando Sumar adolece de futuro como tal y Vox exhibe fortaleza.

Socios del Gobierno, dos coaliciones ante su horizonte

Geroa Bai y Contigo-Zurekin se examinan

Toda esta sacudida ha alcanzado a Geroa Bai y a Contigo-Zurekin como integrantes del Gobierno foral. A Geroa Bai el asunto le pilló tras un momento conmemorativo, el del décimo aniversario de la llegada de Uxue Barkos a la presidencia y en horas más bajas con la necesidad de “reconectar” electoralmente, como ha venido acentuando Unai Hualde desde el lado del PNV, que según el parlamentario Javier Ollo busca “más protagonismo en Navarra”. El 19 de junio, una semana después del estallido del caso, Barkos, entrevistada por Carlos Alsina en Onda Cero, quiso salir al paso de las especulaciones para defender la honradez de las adjudicaciones de su Gobierno. Fue un verano donde Geroa Bai y el PSN acercaron diferencias y se propusieron redoblar esfuerzos en el día a día.

Tampoco el periodo estival fue de tranquilidad en Contigo-Zurekin. Begoña Alfaro no renovó como coordinadora general de Podemos Navarra, una de las partes de la coalición, y su sucesora, Neniques Roldán, que contaba con el apoyo de la dirección estatal, es partidaria de salir del Ejecutivo foral.

A partir de ahí, el último trimestre del año ha estado marcado por la comisión de investigación puesta en marcha en el Parlamento de Navarra. También por el nuevo informe de la UCO, hecho público en noviembre, la excarcelación de Santos Cerdán, tras cinco meses de prisión provisional, la entrada en prisión de Ábalos y Koldo, la detención de Antxon Alonso o la destitución del director general de Obras Públicas, Pedro López Vera.

Fuera de todo este asunto, en cuestiones más estratégicas, queda la reunión entre Imanol Pradales en Ajuria Enea en el mes de noviembre de cara a suscribir un convenio de colaboración. Cooperación que a tres bandas también se había manifestado el 26 de marzo, en esa ocasión en el Palacio de Navarra, entre Chivite, Pradales y Alain Rousset (presidente de Nueva-Aquitania), los tres socios de la Eurorregión.

¿Horizonte Saiz? La ministra navarra, reforzada

Un posible recambio a futuro

El año termina con el nuevo ascenso a otra socialista navarra.Elma Saiz, delegada del Gobierno en la época de Zapatero, concejala efímera en dos ocasiones en el Ayuntamiento de Pamplona llamada a nuevas responsabilidades. En 2019 a ser consejera del Gobierno de Navarra, donde acabó siendo portavoz. En 2023 a ser ministra del Gobierno de España, donde también ha acabado compaginando su labor con la actividad comunicativa. La mujer que no salió en la foto de la moción de censura ocurrida hace dos años. La socialista navarra que más allá de Chivite y Cerdán acumula más visibilidad en los últimos años. Y por tanto, y más si atendemos a su predecesora en la portavocía Pilar Alegría, ser un posible recambio de María Chivite cuando se den una serie de circunstancias.

Más allá del Parlamento, la indignación con Israel

Movilizaciones en torno a Gaza

A veces la preocupación pública por la defensa de los derechos humanos cala más fuerte en la sociedad y de ahí impregna la agenda informativa. Es lo que pasó este año ante el genocidio en Gaza. Fue durante la Vuelta ciclista a España donde se activó la válvula de la indignación, en un in crescendo que pasó por Navarra y concluyó en Madrid. Fue un síntoma de salud social, de decencia, a pesar de que pasado un trimestre, la situación siga sin ser de ningún modo aceptable, y la reivindicación social haya quedado en buena medida desactivada con los acuerdos tomados con Hamás.

Conclusión para 2026: Hará falta más que relato

En fechas prenavideñas el Gobierno de Navarra ha subrayado la estabilidad alcanzada, el último acuerdo de Presupuesto y la voluntad de seguir en la senda. La situación parece más sencilla que la de Sánchez, pero ha partido la legislatura en dos y hasta la propia trayectoria de Chivite al frente del Gobierno. Ahora está por ver cómo acontece 2026, qué puede dar de sí y qué posos deja el nuevo año político sobre el estado anímico del cuerpo electoral.

El Gobierno foral deberá afanarse los próximos meses, recta final de legislatura, en la gestión y los resultados. Con todo estará a expensas de factores exógenos que le puedan seguir complicando la existencia. En cualquier caso, apelar a marcos como el de ‘la prosperidad compartida’, de ya tan escuchados, pueden haber perdido efecto. Los principales deberes para 2026 los apuntó la presidenta en la copa navideña con la prensa: mejorar la accesibilidad a la vivienda y a los servicios públicos. Ese será el examen del 26, previo a la reválida de las forales del 27.