Austria reconoció a los coladores de pasta como tocados religiosos de un curioso culto conocido como pastafari, al permitir a un conductor lucir uno de color rosa en la fotografía de su carné de conducir. El empresario Niko Alm, de 35 años, inició hace tres años su particular campaña a favor de semejante tocado cuando supo que en Austria solo se permite cubrirse la cabeza en las fotos de documentos oficiales cuando hay una justificación religiosa.

Alm, que se declara un "ateo militante", define su acción como una lucha para lograr "los mismos derechos que las monjas o las mujeres musulmanas", según recogió este miércoles la prensa austríaca. En principio, su foto con el colador en la cabeza fue rechazada por las autoridades de Tráfico, que además lo enviaron a pasar un test psicológico que verificase si estaba capacitado para conducir.

Tras aprobar el examen psicológico y varios meses de espera, Alm consiguió su carné con el tocado después de haber demostrado su pertenencia a la conocida como iglesia del Monstruoso Espagueti Volador, cuyos adeptos se hacen llamar pastafaris. Alm, después de este primer reconocimiento, ya ha anunciado que su próxima batalla será que se reconozca ese culto como oficial.