argentina - La Policía de Mendoza (Argentina) irrumpió en la clínica privada del cirujano Carlos Arzuza para detenerle por la muerte de una paciente tras la negligente implantación de unas prótesis de glúteos. Lo que no esperaban los agentes era sorprender al doctor en otra operación ilegal: una operación para alargarse el pene con la ayuda de su asistente rumana. Según informa el diario Clarín, Arzuza desempeñaba el trabajo de jefe del servicio de cirugía del Hospital General Las Heras de Tupumango. Además, el médico también tenía un consultorio privado en la ciudad de Mendoza, donde se realizaban cirugías generales y plásticas, consultas clínicas, de psicología y de flebología. Arzuza ya arrastraba la muerte de otro paciente en 2013, a quien practicó una lipoaspiración y con el que se le fue la mano con la anestesia.