Conocida como las Highlands (tierras altas) de Euskadi, la comarca de Goierri ofrece algunas de las vistas más impresionantes del interior de Gipuzkoa, en los que la cima del Txindoki (1.346 metros), uno de los montes más emblemáticos del territorio, inunda el paisaje. Sus 271 kilómetros cuadrados de superficie y 18 municipios conforman un entorno único que en 2015 fue declarado Destino Europeo de Excelencia, un reconocimiento concedido por la Unión Europea aquellos lugares que han desarrollado un turismo sostenible.

A fin de conocer de primera mano las inolvidables postales que ofrecen sus paisajes, Goierri Turismo ha diseñado una ruta por los denominados Miradores del Goierri, seis balcones a la naturaleza que pueden recorrerse en moto, coche o furgoneta.

La comarca de Goierri ofrece algunas de las vistas más impresionantes del interior de Gipuzkoa

Goierri Turismo invita a iniciar esta particular ruta en Altzaga, uno de los municipios en extensión más pequeños del territorio. En el barrio de Altzagarate, además de disfrutar de la primera vista sobre las sierras de Aizkorri y Aralar, se puede visitar la ermita de Nuestra Señora de Altzagarate, un templo construido en el siglo XVI en cuyo interior se conserva una talla románica de Andra Mari.

Desde allí, la oficina de turismo comarcal recomienda trasladarse hasta Gaintza, en las faldas del Txindoki. Debido a su privilegiada situación, desde la localidad se puede disfrutar de las vistas de los alrededores, así como de las cimas de los montes de Aralar como de la cumbre a Ausa-Gaztelu (904 metros).

Si se toma la carretera en dirección Lazkao, Lazkaomendi ofrece otra panorámica sin igual del entorno. Es quizás la postal más conocida de la comarca, con los verdes prados en primer plano, las ovejas latxas pastando y el cervino vasco, imponente, completando la vista.

Sin embargo, el viaje panorámico no termina aquí. Desde Lazkao, el visitante debe dirigirse a Olaberria, también conocido como el balcón de Goierri, por su incomparable perspectiva. A sus 342 metros de altitud, Olaberria ofrece vistas panorámicas desde Txindoki hasta Aizkorri (1.528).

Lazkaomendi es quizás la postal más conocida de la comarca, con los verdes prados en primer plano, las ovejas latxas pastando y el cervino vasco, imponente, completando la vista.

Pero además, Olaberria cuenta con varias joyas arquitectónicas, tales como la iglesia parroquial de San Juan Bautista, remodelada en los siglos XVI y XVII y en la que destacan las bóvedas, las ventas, el coro, el retablo mayor (siglo XVIII) o la pila bautismal (siglo XVI); o la ermita de Santa Cruz, cuya primera referencia histórica data del siglo XVI y en la que destaca su bóveda de madera.

La siguiente parada en la ruta es Zerain, la villa del hierro en Gipuzkoa. Desde allí se puede disfrutar de una vista única de los montes Idiazabal, Usurbe, Txindoki y Aizkorri, además del propio encanto de la villa, que destaca por su esencia rural. En Zerain merece la pena pararse a conocer la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción (siglo XV), el Palacio Jauregi (restos del palacio que fue lugar de residencia de los nobles del lugar), el museo Etnográfico (que expone la evolución del modo de vida y las costumbres de la localidad), la cárcel o mazmorra del siglo XVIII o el bolatoki (el recinto de juego de bolos vascos).

Además, a cinco minutos de la villa, se encuentra la serrería hidráulica de Larraondo y el complejo minero de Aizpea, cuyas instalaciones son visitables.

La ruta continúa camino a Segura, la villa medieval por excelencia de Gipuzkoa y se dirige hacia Gabiria, último punto del recorrido, pasando por Liernia.