Con la llegada del otoño a todos nos invade ese sentimiento nostálgico, dejándonos más tristes y sensibles, algo contrario al resto de las estaciones del año. En esta misma línea comprobamos que en otoño nos volvemos más pesimistas, algo normal también debido a que acabamos de terminar el periodo más esperado por todos, el verano, con su calor y sus días de playa y vacaciones. De repente nos encontramos con lluvia, bajadas de temperatura, días grises y notablemente más cortos. Y si a estos factores además le sumamos la caída del pelo, nuestro estado de ánimo se ve más que afectado. Por ello más vale prevenir que lamentar, y no actuar únicamente cuando notemos demasiada caída del pelo, sino empezar a cuidarlo desde los primeros síntomas.

Es importante saber que lavarse el cabello a menudo no evita la caída, y que tampoco el cabello largo se cae más que el corto, sino que simplemente llama más la atención en la ducha o en el cepillo. Esto hace, por ejemplo, que utilicemos menos el secador pensando que así lo dañaremos menos, pero lo cierto es que el secador de pelo no es el causante de esta pérdida, aunque sí puede dañar al cabello con un abuso o un mal uso del mismo. Para ello, evita las temperaturas altas y nunca pongas la boquilla del secador tocando el pelo, puesto que el flujo de aire caliente no rebotará en él, multiplicando la deshidratación del mismo.

También es normal pensar que teñirse puede favorecer la caída, pero esto no es cierto, puesto que los tintes no hacen que se pierda más pelo, ya que solo actúan en el tallo, no en la raíz. Lo que ocurre es que si nos teñimos de rubio notaremos menos dicha pérdida, porque se aprecia menos que si lo llevamos moreno. Lo que sí puede ocurrir con los tintes es que notes la textura del pelo diferente, pero eso se puede solucionar utilizando tratamientos reparadores para el color.

Además, la grasa y la caspa son alteraciones del cuero cabelludo que motivan la temida caída. Es por ello que debemos cuidar nuestro cuero cabelludo si se nos presenta cualquiera de estos casos. Para ello existen multitud de tratamientos, como Scalp Clinix, que contiene Tecnología Biotic con microbioma activo para suplir las necesidades específicas del cuero cabelludo, eliminando el exceso de sebo o caspa visible. Además, también lo puedes complementar con unas ampollas que, combinándolas con un masaje, promueven la microcirculación de sangre en el cuero cabelludo reforzando el folículo capilar.

Por último, debemos saber que existen diferentes tipos de alopecias según la causa que provoca la caída del cabello.

Calvicie común

Calvicie comúnLa más habitual es la alopecia androgenética o calvicie común, la más normal entre el género masculino, donde la causa fundamental es hormonal y hereditaria.

Es normal que cuando alguien la sufre intente frenarla arropándose en su peluquero, y éste, a su vez, en las casas comerciales mediante la búsqueda del producto que salve el cabello. En esa cadena, sin duda, la más beneficiada es la firma de cosméticos, porque ha conseguido vender su producto, mientras que el gran perjudicado es quien está perdiendo cabello, porque además está gastándose el dinero. El peluquero, sin embargo, aunque se esté enriqueciendo con la venta, en realidad está perdiendo un cliente por esa pérdida de cabello, además de su credibilidad, porque en el fondo no consigue sino retrasar temporalmente la caída.

Los fármacos o cosméticos que se utilizan para frenar esta caída actúan bien estimulando el crecimiento, o bien bloqueando las hormonas para evitar la debilitación del mismo. En cualquiera de los casos dejan de funcionar cuando se interrumpe el tratamiento, por eso solo son útiles temporalmente. Su utilización debería estar supervisada por un médico o farmacéutico.

El cabello fino también puede fortalecerse y aumentar en espesor con los tratamientos para la caída.

Efluvios o caídas temporales

Efluvios o caídas temporalesLos efluvios son caídas de cabello producidas por un cambio hormonal, de metabolismo, por embarazo, trastornos alimenticios, uso de medicamentos, anemia, falta de algún otro mineral, etc.

La primavera y el otoño son las estaciones del año más propicias a la hora de afectar a la caída del cabello. Se producen cambios anímicos y suele aumentar el estrés. Es por ello que los productos destinados para prevenir se deban aplicar dos semanas antes del cambio de estación.

El estrés es la causa perfecta a la que culpar de todo lo que nos ocurre. Siempre que tenemos un salpullido, un tic, insomnio, anemia o algo parecido va asociado a tal síntoma. Pero, ¿quién no ha sufrido estrés alguna vez?

Otra situación propicia para la pérdida de cabello el momento post-parto. Durante el embarazo el cuerpo de la mujer sufre una enorme metamorfosis, tanto en lo que podemos ver como en lo que no: cambian el metabolismo y los niveles de hormonas y de minerales. Al dar a luz, inevitablemente el cabello tiende a caerse. Aunque parte del mismo volverá a regenerarse, siempre supone un trauma para la madre. Se puede amortiguar el efecto utilizando ampollas ainti-caída el mes anterior al parto, para aportar fuerza al cabello y evitar que sea tan repentino. Un caso similar a éste sería la menopausia, pero con la diferencia de que esta caída suele ser irreversible.

En estos casos, lo más aconsejable siempre es acudir a un médico para que evalúe la salud de cada individuo. Normalmente este tipo de caídas de cabello suelen ser de tipo reversible, repoblándose cuando cesa la acción que las ha provocado.