Una alimentación saludable es fundamental para sentirse bien y afrontar la actividad diaria en las mejores condiciones. La mayoría de los alimentos los consumimos principalmente en tres momentos del día: el desayuno, la comida y la cena.

La posibilidad de dedicarle más o menos tiempo a cada uno de ellos va a depender de nuestros horarios. El trabajo, los estudios o la rutina del día a día pueden obligarnos a comer en un tiempo récord y darnos una tregua el fin de semana para disfrutar de una tranquila y agradable sobremesa.

De esta forma, aunque es importante tener en cuenta qué, cómo y cuándo comemos, hay otro aspecto relevante al que no prestamos la suficiente atención: qué cosas hacemos justo después de comer.

Y es que realizar determinadas actividades con el estómago lleno puede hacer que la comida te siente mal. Echa un vistazo a esta lista y mira si encuentras en ella algún motivo de tu malestar estomacal. Entre las posibles causas puede estar:

1- Acostarse inmediatamente. No es buena idea irse a dormir nada más cenar porque al estar acostados los jugos gástricos no cubrirán todos los alimentos en el estómago, no se aprovecharán todos los nutrientes y se producirá reflujo con ardor de estómago. Para evitar esto espera al menos dos horas antes de acostarte.

2- Hacer ejercicio. Si acabas de comer, relájate un rato y no salgas rápidamente a hacer deporte. Una actividad física brusca te puede causar indigestión y malestar estomacal debido al movimiento del estómago. Deja pasar al menos dos o tres horas después de comer para salir a andar, a correr o a machacarte en el gimnasio.

3- Fumar. El tabaco perjudica la salud en general y, sobre todo, la pulmonar y cardiovascular. Además, fumar después de comer puede hacer que la nicotina, unida al exceso de oxígeno que se necesita para hacer la digestión, facilite la absorción de carcinógenos.

4- Consumir frutas ácidas. Frutas como la naranja o el kiwi tienen mucho ácido lo que puede inhibir la ptialina que ayuda a digerir los hidratos de carbono y complicar la digestión.

5- Echar siestas prolongadas. La siesta no debe durar más de 20 o 30 minutos, ya que por encima de ese tiempo ya no resulta tan saludable. No la comiences hasta 30 minutos después de terminar de comer; así el estómago podrá reposar y comenzar la digestión y evitarás la acidez estomacal y el reflujo gastroesofágico.

6- Tomar café o té. El café y el té contienen unas sustancias químicas llamadas taninos que tomadas después de comer podrían afectar a la absorción del hierro durante la digestión.

7- Ingerir alimentos muy fríos o calientes. El estómago está preparado para consumir alimentos a una temperatura similar a la del propio cuerpo. Por lo tanto, tomarlos demasiado fríos o calientes supondrá un trabajo extra para el estómago y dificultará la digestión.

8- Ducharte. Al comer, la temperatura corporal aumenta ligeramente a medida que la sangre se desplaza hacia los órganos digestivos. Una ducha caliente justo después de comer elevará aún más tu termostato corporal y desviará la sangre de tus órganos digestivos dificultando la digestión o provocando una indigestión o un corte digestivo si la comida ha sido copiosa.

Una mujer toma una ducha.

9- Usar ropa ajustada. Después de comer es probable que te sientas hinchado por lo que, si llevas ropa que te aprieta, además de sentirte muy incómoda puedes sufrir reflujo o acidez.

10- Cepillarse los dientes. Es importante mantener la higiene bucal, pero es importante dejar al menos 30 minutos para lavarse los dientes después de comer. Si has tomado alimentos ácidos, lavarte los dientes inmediamente podría dañarte el esmalte dental. Lo ideal es esperar alrededor de 30 minutos.

Procura reposar la comida siempre que puedas y deja para más tarde todas esas actividades que puedan interferir con la digestión. Vigilar tus hábitos te permitirá identificar esas acciones aparentemente inofensivas que le pueden llevar a tu estómago y a ti por la calle de la amargura.