Las mujeres que sufren violencia machista tienen el doble de posibilidades de enfermar que las que no han tenido estas experiencias traumáticas. Especialistas del Reino Unido han estudiado la estrecha relación entre ciertas patologías atópicas y el haber sufrido abusos por parte de sus parejas o exparejas.

La violencia de pareja (física, sexual y psicológica) y las agresiones sexuales provocan en las mujeres graves problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva a corto y largo plazo. También afectan a la salud y el bienestar de sus hijos.

La predisposición a sufrir ciertas enfermedades de las mujeres maltratadas reside en los niveles de IgE, unos anticuerpos que se elevan con el estrés propiciando estas reacciones alérgicas.

Investigaciones de otras universidades británicas ya habían señalado que las mujeres que habían tenido una pareja violenta tenían un 31% más de riesgo de padecer patologías cardiovasculares, un 51% de desarrollar diabetes tipo 2 y que en ellas la fibromialgia era dos veces más frecuente que en las mujeres sin un historial de violencia.

Por otra parte, también tienen el doble de probabilidades de sufrir abortos. La violencia de pareja durante el embarazo está asociada con un aumento en la probabilidad de abortos involuntarios, muertes fetales, partos prematuros y bebés con bajo peso al nacer. También son más vulnerables a los problemas ginecológicos e infecciones de transmisión sexual, entre ellas el VIH.

La salud mental

Los efectos sobre la salud mental de la violencia machista son muy preocupantes. En la Unión Europea cuatro de cada 10 mujeres han sufrido maltrato. Esto las hace más vulnerables a padecer trastornos psíquicos:

  • Estrés postraumático. Lo sufren la mayoría de víctimas con síntomas como hipervigilancia y ansiedad entre otros.
  • Depresión. Tienen el doble de riesgo de sufrir este trastorno del ánimo que se caracteriza por una profunda tristeza y desinterés por todo.
  • Suicidios. Las consecuencias de la violencia de género pueden ser mortales y llevar a la mujer al homicidio o el suicido.
  • Trastornos disociativos. La mujer se desconecta de sus pensamientos, recuerdos e identidad.
  • Abuso de sustancias. Como el alcohol o tranquilizantes que suele estar relacionado con la necesidad de vencer la ansiedad que han generado los traumas. n