Con más de 1.600 millones de toneladas vendidas al año en todo el mundo, el zumo de naranja es, tal y como así lo indican desde Zumex, líderes mundiales en diseño y fabricación de máquinas para el exprimido de frutas y verduras, el zumo de fruta más popular del mundo.
Una bebida que forma parte del desayuno cotidiano de miles personas. Una excelente fuente de vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico, actúa como antioxidante, ayuda a mejorar la salud cardiovascular, combate el daño celular, favorece la digestión, es refrescante y energizante.
Eso sí, por muchos beneficios que tenga el consumo del zumo de naranja, la ingesta de esta bebida no es tan saludable como el de una pieza de fruta. Si bien sí resulta más conveniente tomar un zumo de fruta recién exprimido en comparación con un batido azucarado, lo cierto es que la mejor alternativa es tomar la pieza de fruta entera.
Por qué es mejor comer una naranja que tomar zumo
Con más de 30.000 me gustas, la publicación de Jimmy Mohamed, médico especialista de nutrición, conocido divulgador en Francia, autor de varios libros y colaborador en programas de televisión, no ha dejado a nadie indiferente.
En ella, el experto, que cuenta con más de un millón y medio de seguidores en Instagram, habla de por qué es mejor recurrir a la naranja que a su jugo.
"Si exprimes tres naranjas, obtienes un vaso de zumo de naranja. Excepto que el zumo engorda, a diferencia de las naranjas", explica el nutricionista. Y es que es interesante tener en cuenta que el cerebro recibe el zumo como un líquido y no lo considera un alimento cuando tiene hambre. Es decir, no produce saciedad. Esto hace que se puedan beber dos o incluso tres vasos de zumo sin tener la sensación de estar lleno.
Lo que ocurre es que el zumo de naranja calorías debido a los azúcares libres que contiene. Aunque sea 100% natural y recién exprimido, o sin azúcares añadidos, el zumo conserva los azúcares naturalmente presentes en la naranja sin la fibra de la fruta entera. O lo que es lo mismo, pasan a ser azúcares libres, que el organismo asimila rápido y lo hace sin los beneficios que sí tiene una naranja entera.
"El zumo aporta más calorías, menos fibra, menos saciedad y la posibilidad de tomar 'más de la cuenta' es mucho mayor", argumenta Jimmy Mohamed.