Navarra mantiene la alerta naranja en casi todo su territorio como consecuencia de las altas temperaturas.
El Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN/NOPLOI) ha insistido en la importancia de extremar las precauciones, especialmente entre la población más vulnerable, ante la continuidad de las altas temperaturas, que mantendrán la alerta al menos hasta el miércoles.
Las previsiones apuntan a que en los próximos días el calor seguirá siendo intenso en toda la Comunidad Foral.
Las olas de calor se han convertido en un fenómeno cada vez más frecuente y prolongado en Navarra debido al cambio climático.
Durante estos episodios, las temperaturas suelen superar los 40 °C, poniendo en riesgo la salud de la gente, especialmente de los grupos más vulnerables como niños y personas mayores o con enfermedades crónicas.
Uno de los peligros más graves asociados al calor extremo es el golpe de calor, que consiste en la elevación excesiva de la temperatura corporal y que, si no se detecta y trata a tiempo, puede tener consecuencias muy graves.
Síntomas de un golpe de calor
El golpe de calor se produce cuando el organismo pierde su capacidad para regular la temperatura interna. Esto puede ocurrir por exposición prolongada al sol, actividad física intensa en ambientes calurosos o deshidratación severa.
En adultos, los síntomas más comunes incluyen confusión, visión borrosa, mareos, náuseas, piel seca (cuando lo normal sería sudoración), fiebre alta y debilidad física. Ante la aparición de estos signos, es fundamental actuar con rapidez.
En el caso de personas con patologías crónicas como enfermedades cardíacas, renales o diabetes, así como en mayores de edad, el riesgo es mayor debido a que, en muchos casos, existe una disminución en la sensación de sed, lo que dificulta la ingesta de líquidos, favoreciendo así la deshidratación.
Actuación ante un golpe de calor
Si se sospecha de un golpe de calor, se debe contactar de inmediato con los servicios de emergencia y trasladar a la persona afectada a un lugar fresco, a la sombra y bien ventilado.
Para ayudar a reducir la temperatura corporal, se recomienda hidratar al afectado con pequeños sorbos de agua, abanicarlo, retirar la ropa innecesaria y aplicar paños húmedos en la cara, cuello, nuca y parte superior del tórax. En casos de pérdida de conciencia, la persona debe colocarse en posición lateral de seguridad y esperar la llegada de ayuda médica.
En bebés y niños más pequeños, los síntomas pueden ser más inespecíficos: irritabilidad, rechazo de tomas, fiebre o taquicardias. En casos graves, puede producirse pérdida de conciencia. En lactantes, para refrescarlos, se pueden aplicar compresas mojadas en agua fría en zonas como la frente, cara, cuello, nuca y pecho, pero no se les debe sumergir en líquidos muy fríos.
Hidratarse: clave para prevenir riesgos
Una de las medidas más efectivas para prevenir golpes de calor es mantenerse bien hidratado. Beber agua de forma regular, incluso sin sentir sed, es esencial para reponer los líquidos que se pierden con la sudoración.
La recomendación general para adultos es consumir entre 1,5 y 2,5 litros de agua al día, aunque esta cantidad puede aumentar en función de la temperatura, la actividad física y las características de cada uno.
Durante una ola de calor, lo ideal es beber pequeños sorbos cada 20 minutos y evitar esperar a tener sed, ya que esta sensación es un indicador tardío de deshidratación. También se aconseja complementar la ingesta de agua con frutas y verduras ricas en agua, como sandía, melón, pepino o tomate.
Cómo reducir el impacto del calor
Además de hidratarse, existen otras recomendaciones para protegerse durante una ola de calor:
- Evitar la exposición solar directa en las horas centrales del día (12:00-17:00).
- Usar ropa ligera, de tejidos transpirables y colores claros.
- Proteger la cabeza con gorros o sombreros y aplicar protector solar de manera frecuente.
- Evitar comidas copiosas y alcohol, que favorecen la deshidratación.
- Realizar actividad física en las primeras horas de la mañana o al final de la tarde, cuando las temperaturas son más bajas.
Prevenir antes que curar
Las olas de calor son un fenómeno cada vez más habitual en Navarra y sus efectos pueden ser muy peligrosos si no se toman medidas preventivas.
La hidratación, la protección frente al sol y la atención a los primeros síntomas de golpe de calor pueden marcar la diferencia entre un susto y una emergencia médica. En verano, y especialmente en días de calor extremo, el agua debe ser nuestra mejor aliada.