No duda en definir el desempeño de esta familia como una “épica vital”. Y se deshace en elogios hacia los Elizalde Fernández porque, dice, su trabajo ya “no existe y no lo hace nadie”. Pío Gerendiain ha conocido a cinco de las seis generaciones que alimentan la tradición de la churrería La Mañueta. Como fotógrafo se ha colado en su trastienda antes incluso de ejercer de forma profesional, cuando a comienzos de los años 60 su tía le regaló su primera cámara. Y ha regresado después “con todas las cámaras habidas y por haber”.
“La ciudad le debe algo a la familia Elizalde Fernández, que ha puesto tanto empeño en una tradición que cumple 150 años”
Las últimas incursiones de Pío en uno de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad por San Fermín ha dado como resultado La fragua de Vulcano (Churrería La Mañueta). Un total de 40 instantáneas de esta “fragua alimentaria” que desde el pasado mes de junio y hasta el próximo 20 de agosto pueden verse en la primera planta del Palacio del Condestable.
Realizada en dos tantas sin y con mascarilla –San Fermín de 2019 y los domingos de octubre de 2021, cuando abren para el rosario de los auroros–, la serie de Gerendiain tiene una particularidad: “Hice las fotografías con la cosa más sencilla y que ahora todo el mundo lleva en el bolsillo. Con el móvil. Eso sí, un teléfono un poco especial con una óptica muy buena y de mucha calidad”, cuenta.
Huyendo de su habitual blanco y negro, Pío experimentó “hasta que conseguí los fondos oscuros, ocres, los contrastes de luces y sombras, las calderas, el humo... Empecé a trabajar de esta manera, le mandé una de las fotografías a un amigo y me dijo; ‘Pío, es la fragua de Vulcano’”.
A Gerendiain el símil le pareció acertado y pidió permiso a su amigo para robarle el título de una serie que le ha salido barroca. “El barroquismo lo da por supuesto el propio tema, antiguo y centenario. Y todo ese ambiente de la fragua de Vulcano, la oscuridad y luces, que unas veces te vienen bien y otras son fatales, esa forma de trabajar y de componer el cuerpo, de una plasticidad apabullante”, reconoce.
Los responsables de la churerría “se han empeñado en seguir la tradición de hacer los churros como se hacían hace 150 años. ¿Y qué hacen? Pues los mejores churros del mundo... claro. Solamente durante 15 días al año. Así difícilmente ninguno vive de ello. Son médicos, ingenieros, arquitectos, asesores fiscales, etc...”, resume el autor.
Por eso destaca que “la fortaleza y la épica vital de esta familia es una maravilla, que después de 150 años y seis generaciones, continúa con el mismo interés, ímpetu e ilusión de toda la vida”. “Es que hay un señor que está ahí calentando el agua, un aizkolari cortando leña, un trainerista amasando con el remo, otro a rellenar las churreras, poner en émbolo y prácticamente tumbarse sobre la aceitera, que está a 180-200 grados. Y regalan la tercera parte de la producción a la gente que está esperando en la calle”, detalla Pío.
El autor de la exposición considera que “hay que hacer algo como ciudad para premiar esa labor. Eso es un bien inmaterial de la ciudad. Y eso es importante. Creo que la ciudad le debe algo a la familia Elizalde Fernández, que ha puesto tanto empeño en una tradición que cumple 150 años”.
Otro clásico de la fiesta
La Churrería La Mañueta es un clásico de la fiesta, y el autor de la serie fotográfica también tiene historia en San Fermín. Gerendiáin es cliente habitual de este establecimiento. Durante las fiestas, antes de fotografiar el encierro desde su famosa “gatera” en Estafeta 1, encargaba diariamente lo que en la trastienda llamaban “La rosca de Pío”, una rosca normal, un poco tostada. Esa relación frecuente con los churreros le hizo testigo de excepción de un oficio que la ciudadanía puede ahora contemplar en sus instantáneas.
Este pamplonés es presidente de honor de la Agrupación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra (AFCN) y cuenta con una amplia trayectoria profesional. Con la fragua de Vulcano suma 14 ocasiones en las que sus obras protagonizan una exposición individual entre espacios de Navarra, Madrid, Catalunya o Gipuzkoa.
Ha dirigido la Galería Contraluz de Pamplona y ejercido como director de los Talleres de Fotografía Avanzada de la AFCN. Premiado con el NEGTOR en 1972 y en 1978 y primer premio de Salón San Fermín Internacional en 1976, Guerendiáin ha coprotagonizado el galardonado cortometraje “Notes on the Other” de Sergio Oksman, y fue autor del cartel anunciador de la Feria del Toro 2016 de Pamplona.
