N o piensen en el titular como si fuera algo malo lo que ayer tarde vio la señora Monumental con todos los achicharrados que vivíamos dentro lo que allí sucedió. Hablamos de una ganadería, llamada Jandilla, que es la madre de casi todo lo que se lidia. De las pocas que dentro de la marea anti Domecq se respeta. Qué manía con las historias de ser antis de algo antes de que se produzca. Una tarde de música, bullicio y bochornera, que, o bien ha aletargado al personal más preocupado por hidratarse, tal como nos solicitan desde Salud, o bien no les ha encajado esta nueva tarde en que llegaban los grandes espadas del momento. Yo, personalmente, me quedo con lo segundo. Porque si algo es destacable entre los de a pie es el de Arnedo. No cuaja en esta plaza. Es un torero frío, hierático, o como dice algún colega, el de la triste figura; pero, sin embargo, torea con gusto, sobrio e interesante como pocos. Muy hecho, por encima de la mayoría actual. Y ayer, en el cuarto, el del bocata que no se entera casi cuatro, ha toreado únicamente para él. Y lo ha hecho con gusto. De la figura bellotera, llamado Talavante, qué decir. Que se jala por la jeró una vuelta al ruedo. Que se deja el bicho bravo sin llevarlo como le pedía. Que su regreso es, hasta ahora, un bluff. No sé qué quieren que les diga. Tendría que pensarlo toda la noche. Y de Marín, pues tampoco mucho más cuando bailas con la más fea. Pero, anda que no bailan bien muchas de ellas, y son compañía de la buena. Ha tocado así. Y la querida casa de Don Tello, de la cual uno siempre espera la excelencia, como ha dado en repetidas ocasiones, hoy ha estado por debajo de la media que se espera de ella. Nos podemos rasgar las vestiduras por mis palabras y contar y cantar las loas de un bravísimo quinto toro que puede estar en el elenco de los grandes bureles de este siglo en la vieja, ya, centenaria. No será mi caso. Yo lo pondría entre algunos buenos toros que se han traído. Pero si más de uno no llegan al aprobado, si blandean como si el calor les afectara más que a la mocina solanera, que igual ha sido, porque en esto nadie lo sabe a ciencia cierta, y solo nos fijamos en si ha metido un par de series la cara a la muleta o no, esto no es lo mío. Con coherencia, podemos tener claro que hoy, si no sale el quinto, sin la calidad de los dos primeros, que ha salvado la invalidez devenida en la lidia, el suspenso era el segundo del ciclo. No obstante, da gusto ver los toros del añorado patriarca correr por las rúas de la Vieja Iruña, veloces como rayos, nobles y con raza, y mucho más, que en tardes sanfermineras sigan siendo eje y protagonismo de una feria que necesita mejores nombres. Al final eso de que Dios da pañuelos a quien no tiene mocos se cumple en todos los órdenes de la vida. Y en el toreo no es menos. Y como sé que el papa Borgia nos mira desde arriba no digo más. Seguro que estaría de acuerdo conmigo