El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, sacó pecho de las polémicas barras que se han instalado en la Plaza del Castillo durante estos Sanfermines: “Apostamos por convertir esta zona en un punto neurálgico de la fiesta y ha sido un acierto enorme, sin paliativos. Ha sido de matrícula de honor, un gran éxito”, se enorgulleció Maya.

El alcalde destacó que 296.000 personas, una media de 30.000 ciudadanos al día, han disfrutado estos Sanfermines de la música que se pinchaba en el cuarto de estar de Iruña. “Este espacio ha tenido una respuesta masiva, sobre todo entre la población más joven”, subrayó Maya.

El único aspecto a mejorar, confesó Maya, es la enorme cantidad de basura que se ha acumulado noche tras noche en la Plaza del Castillo. “El recorrido del encierro se limpia prioritariamente por razones obvias e inmediatamente después se limpian el resto de espacios de la ciudad. Lógicamente, hay suciedad desde que se acaba la fiesta hasta que se puede limpiar, pero es un momento muy corto. Durante este rato, se puede afirmar que la Plaza del Castillo está sucia, pero no es posible tener todo absolutamente limpio todo el rato”, se defendió.

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Navarra Suma justificó la instalación de las 10 barras en la Plaza del Castillo porque iban a “ayudar” a reducir el botellón. Ayer, Maya no se mostró seguro de haber conseguido ese objetivo: “Los hosteleros me han transmitido que han vendido y que las barras se han utilizado. Es previsible que esas ventas hayan reducido el botellón, pero el botellón existe y es muy difícil de eliminar porque hay muchos jóvenes que no tienen poder adquisitivo para tomarse una consumición en un local”.

Maya también le dedicó unas palabras a la oposición, que antes de los Sanfermines alertó que las 10 barras de la Plaza del Castillo no cumplían la normativa sanitaria municipal: “Parecía que iban a ser las plagas de Egipto y ellos mismos están reconociendo el éxito de este espacio con sus silencios”.