El reloj marca las 17.00 horas y la calle del Río Arga muestra dos realidades antagónicas: por un lado, la cola de los corrales del Gas revela que es la última oportunidad para ver de cerca a los toros de la ganadería La Palmosilla. Por otro lado, la entrada al recinto ferial de San Fermín es tranquilo, como ocurre cuando se sabe que aún queda tiempo para hacer algo.

En esta vida todavía quedan impacientes: “jefe, ¿podemos empezar ya?”. A las 17.07 horas exactas Lucas, de 12 años, pregunta nervioso si puede acceder a la montaña rusa. Tiene que esperar hasta aproximadamente las 17.20 horas, que es el momento en el que una avalancha de niños y jóvenes llegan a las barracas. Los extremos de la calle ahora se han compensado.

El recinto ferial en el parque de la Runa vuelve a la carga: muchas de las atracciones, casetas de tiro, tómbolas y puestos de comida se repiten, aunque hay tres novedades: “Sky Lab recuerda al antiguo Enterprice; los asientos se inclinan noventa grados y giran a una velocidad considerable”, comenta Antonio Corchs, uno de los feriantes.

Antonio García, natural de Extremadura, considera que la noria va a funcionar porque “es algo típico de la feria y en el norte gusta mucho”. No espera mucho éxito porque “la gente no baja hasta aquí, prefiere quedarse en Pamplona”, aunque confía en que su noria sea un canto de sirena para todo los públicos porque “no hay nada como ver Pamplona desde lo alto”.

Megabross (El ratoncito de la feria) es la última de las novedades: “en la feria hay una atracción que se llama El ratón vacilón, que es una montaña rusa mucho más grande y hemos querido emularla en chiquitito”, comenta, Vicente, el dueño de la montaña rusa. Los coches giran en círculos mientras hacen el recorrido con cierta velocidad.

El precio de las atracciones dependerá de cada una de ellas, aunque oscilará entre los cinco y los ocho euros por persona. “Cada uno somos autónomos, pero entre nosotros llegamos a un consenso para no hacer competencia desleal”, confiesa Oliver Arbiol, el dueño de Toros, que lleva más de 6 años viniendo en Sanfermines. Los feriantes aseguran que son momentos difíciles, en los que hay mucha oferta y muy poca demanda, por lo que los precios tan elevados, tal y como asegura Antonio García, “tienen justificación”.