Al tono con San Fermín
Artistas callejeros aprovechan las fiestas para darse a conocer, ganarse la vida y ambientar las calles de Pamplona, desde diferentes puntos, con una gran variedad de géneros musicales
La música actual siempre está conectada con el pasado. Ya sea por un instrumento, un tributo vocal o la influencia del propio cantante. En Pamplona, hace más de 100 años que las bandas empezaron a recorrer sus calles, sobre todo en San Fermín. Unas fiestas en las que los estilos son tan heterogéneos como sus visitantes y donde hay cabida para todos los gustos.
Txarangas, conciertos, bandas, txistularis y gaiteros hacen vibrar a todas horas las calles de Pamplona. Sin embargo, no son los únicos. Los artistas callejeros también se hacen un hueco entre las calles de la ciudad. Su propósito: hacer llegar la música a todos los lados. Y, en algunos casos, también transmitir la cultura de su país de origen. Varios de ellos pudieron verse durante el fin de semana en zonas como la Taconera, Carlos III o el Paseo Sarasate.
Algunos protagonistas fueron Isra Gárate y Daniel Cardesa con blues, Luis Picuasi con música andina, y Mamadou Sall -también conocido artísticamente como Big Moon- con jazz. Tres artistas callejeros que llevan el ritmo desde sus países natales hasta las fiestas de San Fermín.
El portal número 91 de la esquina de la Iglesia San Lorenzo acogió al dúo formado por Gárate y Cardesa, de Perú y la Txantrea respectivamente. Con tan solo un amplificador y dos guitarras tocaron canciones que iban desde el blues, hasta el country o gipsy. Aunque ellos reconocen que este último “es un género que nos gusta, pero que no vende tanto como el blues”. Dos chavales de 27 y 33 años, que se conocieron hace dos años al coincidir en la misma tienda -uno como vendedor y otro como profesor de música- y que se unen en la calle para poder dar ambiente, más aún si cabe, a las calles de Pamplona en plenos sanfermines. “Este año es la primera vez que nos unimos. Realmente tocamos por afición y por ganarnos la vida”, admiten ambos.
Asimismo, en la Calle Leyre, concretamente en el número 21, se encontraba Luis Picuasi. Un escenario mucho más complejo que el anterior. Dos llamas, dos marionetas y un gran artilugio musical -formado por zampoñas, guitarra, cascabeles, ukelele y un bombo a la espalda- acompañaban al músico callejero de 42 años.
Sin embargo, entre todos ellos, él destaca uno en especial, la zampoña, un instrumento de viento típico de países de los Andes como Perú, Bolivia y Ecuador. “Quiero traer la cultura de mi país a través de la música andina, así también siento más cerca mis orígenes”, admite. Algo que lleva haciendo desde 2001 cuando llegó a España, concretamente a Santander. Allí ha formado una familia y, actualmente, tiene tres hijos. Aunque disfruta de su vida en España y su trabajo en sanfermines, echa de menos su país natal, Ecuador. “Ya son más de 20 años los que llevo aquí y ahora solo vuelvo durante un mes al año”, confiesa.
Unos 650 metros de distancia, alrededor de unos 10 minutos andando, separaban la música andina con un tema comercialmente más conocido. Let it be, let it be, let it be, let it be. There will be an answer, let it be era la melodía que se escuchaba en las proximidades de la Plaza del Castillo. Mamadou Sall (Big Moon) y su micrófono consiguieron crear una cover lírica de la canción de The Beatles. A pesar de su tímida voz y personalidad, Sall, de 40 años, y que llegó hace 15 a Zaragoza, fue el ganador del pase de oro de Paz Padilla en Got Talent España 2019. Para el artista senegalés, Pamplona es una ciudad a la que siempre vuelve porque en ella “la gente es muy amable y tiene un corazón increíble”.
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