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El desayuno sanferminero de toda la vida

Como manda la tradición miles de personas se acercan en Sanfermines a la churrería de la Mañueta

El desayuno de toda la vida en La MañuetaIñaki Porto

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“Son los mejores churros del mundo”, resume Macarena Martín, junto a su marido Ramón López, esta pareja de Segovia lleva viniendo desde hace más de 15 años a las fiestas. “Hoy a la mañana nos hemos levantado temprano y hemos ido a la plaza de toros a ver el encierro. Es un ambiente muy agradable, la gente está cantando y hemos visto la entrada de los toros”, añade Ramón López. Como manda la tradición, después de ver el encierro son miles de personas los que se acercan en Sanfermines a la Mañueta a desayunar y comer unos churros o una rosca. La churrería fundada en 1872 por Juan Fernández Calero es un lugar de peregrinación y culto en Pamplona. “Como manda la tradición aquí en Pamplona hemos venido a comer los churros, es una institución”, menciona Martín. Alejandro Ortega, procedente de Madrid, explica que son unos churros excelentes, “he venido a pasar unos días con unos amigos”. Ortega comenta que han preguntado a la gente local a ver qué se suele hacer después de ver el encierro, “todo el mundo nos ha dicho que tenemos que ir a la Mañueta a por unos churros”, añade.

La churrería abre todos los días en Sanfermines de 6.00 horas a 11.00 horas El local se divide en dos secciones: para churros y para la rosca. En cuanto al precio, la docena de churros cuesta 9€ y la rosca 27€. La cola de churros llega hasta el Mercado de Santo Domingo mientras que la fila de la rosca llega hasta Mercaderes. Los niños son los que más sufren la espera, Estibaliz Donamaría negocia con sus hijos para que se calmen, “no os voy a dar ningún churro”. Mario, de 7 años, le responde “me quiero ir a casa”. Su hermana, la pequeña Paula, de 3 años, simplemente le explica a su madre lo que quiere “me gustan los churros”. “Les estoy inculcando la tradición pero cuesta, es la turra de la mañana”, bromea Donamaria.

A pesar de que las fiestas empiecen en fin de semana, Tito Elizalde, miembro de la cuarta generación de la churrería, explica que la diferencia no es tan grande. “Nosotros gracias a dios, tenemos la fidelidad de todo el mundo de Pamplona. Sigue siendo igual, empiece en fin de semana o no”. La churrería de la Mañueta es un local único en Pamplona y tanto personas locales como turistas internacionales se acercan a desayunar después de ver el encierro. “Lo que si que recibimos es más gente de otras poblaciones que vienen porque les han dado referencia de conocer la churrería como si fuera una tradición.” Elizalde explica que desde siempre a la churrería ha ido tanto gente de Pamplona como de fuera. Viene gente que parece de los más variopinta que no te esperas como pueden aparecer mexicanos, venezolanos, chilenos, asiáticos, vienen de todos los sitios”, continúa.

Elizalde no es capaz de explicar como la churrería se ha convertido en algo tan popular o conocido. “La manera que nos hemos dado a conocer ha sido yo creo el boca a boca, me imagino que con las redes sociales también nos tendrán como una referencia”, finaliza.