De cara a las últimos días de los Sanfermines, mucha gente habrá comenzado a mirar la cartera para saber cuánto está siendo el gasto de este año. Y es que, para muchos, se hace difícil salir durante nueve días seguidos de fiestas, en especial para los de Pamplona. “Si viviéramos aquí y viniéramos todos los días tendríamos que comer más de un día en casa porque es imposible para el bolsillo”, explicó Nuria Mutuberria, vecina de Doneztebe de 42 años que este viernes disfrutaba del vermú en el Casco Viejo de Pamplona con su pareja Kintxo Ilarregui, de 53. Esta es una situación se repite en las carteras de mucha de la gente que durante esta semana ha pasado por Pamplona.
En el caso de estos navarros, Mutuberria reconoció que, como solo suelen venir un día a San Fermín, pueden permitirse “el lujo de comer por ahí, de pinchos, y probar todo lo mejor. Pero un día” ya que, para Ilarregui, “es imposible mantenerlo toda la semana”.
En Navarrería, la pamplonesa de 39 años Priska Etxegarai también notó el incremento de precios, sobre todo en la comida y los fritos. “Está caro. Como yo sí miro la cartera hemos dejado de salir algún día que otro por no estar gastando, así que nos cogemos las bicis y nos vamos a hacer otras cosas. Porque si no es gastar mucho dinero todos los días”. Y aunque Etxegarai sí que haya recortado el gasto a la hora de salir con los amigos, la navarra recordó que también es posible aprovechar los Sanfermines en familia con planes gratuitos, como los gigantes o las actividades en la Plaza de la Libertad a los que acude con sus dos hijos.
Mientras, los tafalleses de 25 años Ibai Olcoz, Iñaki García y Mikel González destacaron sobre todo el encarecimiento de la bebida ya que, para García, “la comida se paga más a gusto”. Sin embargo, según González, en las bebidas es “demasiado precio para lo que te ponen. Cuando pagas un cubata de ocho o nueve euros te esperas uno bien puesto, pero lo que te llega es uno en vaso de plástico, sin limón y con dos hielos”.
En este sentido, Olcoz mostró su comprensión con la subida de precios ya que “se puede entender que haya subido todo por la inflación, pero hasta cierto punto. Se aprovechan y los sueldos de los trabajadores no suben igual”, añadió el joven. Para Ilarregui esta subida también es “ley de vida” ya que “ellos lo comprarán también más caro y tendrán que cobrar más”.
Los hosteleros
En el otro lado de la barra, Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra, recordó que en 2023 “los proveedores nos subieron los precios de las materias primas un 15%, y el sector lo subió un 8%. Es decir, ha habido una pérdida de rentabilidad del sector”. Situación que está siendo compensada con un mayor consumo, que este año “está siendo bueno”.
A la espera de que finalicen los Sanfermines y se pueda hacer un balance definitivo de las fiestas, Calvo destacó que desde “la pandemia es innegable que hay un mayor consumo y solo en 2023 subió casi un 10%. Fue un año muy bueno, y si este es como el anterior también lo va a ser”.
Sin embargo, en los bares del Caso Viejo de Pamplona sí que notaron a sus clientes más precavidos a la hora de gastar. Valeria Shumakova, una de las camareras del bar Ulzama en San Nicolás, lo achacó a que “después de la pandemia han subido los gastos en la vida cotidiana y me imagino que se recortan más los de ocio”. Y es por eso que tanto ella como su compañera Lucia Julià recordaron años pasados con “mucho más jaleo”.
Álvaro Paño, camarero de La Granja, en Estafeta, también notó que “la gente mira más lo precios”. De esta manera, mientras que “el turista es el que va más suelto porque solo está unos días, los de Pamplona que están aquí todas las fiestas las disfrutan y aprovechan, pero van más justos. Además, muchos intentan irse de vacaciones, sobre todo los más mayores”. Según su compañero, Yago González, los Sanfermines son “una carrera de fondo” en la que mucha gente opta por alternativas más económicas, como las peñas, para afrontar todas las fiestas. Y en el caso de los más jóvenes, Paño recordó que suelen hacer “su botellón y no consumen tanto”.
Sin embargo, los dos fines de semana que este año tocan en San Fermín están suponiendo un empuje extra en los bares, donde tanto en La Granja como en el Ulzama notaron una menor afluencia de clientes entre semana. Mientras, en el bar Gure Extea, de la Plaza del Castillo, su camarero Rubén Morales señaló un gasto similar entre navarros y turistas porque “la gente viene con ganas de fiesta, de comer y de beber”.
Los precios varían según zonas y calles y oscilan entre los 3,5 y 4 euros de un cañón de cerveza -y es que el vaso del Ayuntamiento es más cañón que caña- y 4,5 en una terraza en la Plaza del Castillo.Tres euros en las peñas cuesta la cerveza o el kalimotxo, y entre los 7-8 euros los cubatas o combinados. En la calle San Nicolás, una caña vale 3,5, el kalimotxo 4,5 euros y el cubata 9 euros. En la zona del Ensanche la cosa se pone seria y el kalimotxo ronda entre los 5.30 y los 6 euros.