Pamplona - Cuando entonabamos el pasado 14 de julio el "Pobre de mí", no podíamos imaginar que en 2020 no se celebrarían los Sanfermines. Qué las fiestas más universales, aquellas que nos une a los pamploneses, a los navarros y a los de"fuera", no volverían a ver alzados los pañuelos rojos sobre el cielo de Pamplona el día 6 a la espera del estallido del Chupinazo y que tendríamos que esperar otro año más para escuchar el sonido de las peñas, de las gaitas, de los txitus...Cuesta imaginarse unos Sanfermines sobrios, sencillos, sin ambiente, sin esos momenticos únicos que los hacen tan especiales, pero este año es lo que hay. Debemos ser responsables y comedidos con la situación actual que nos rodea y cuidar de nuestra salud y la de los demás. Debemos ser ejemplo para el resto de la sociedad porque nos van a mirar con lupa, vamos a ser el centro de atención mundial. Y los pamplones, si no me equivoco, sabemos estar a la altura de las circunstancias, como lo hemos estado haciendo en diferentes ocasiones. La pandemia nos ha dejado sin nuestra fiesta más preciada, pero tenemos la vacuna más eficaz: el sentimiento.

Nos ha quitado la ilusión de revivir la procesión de San Fermín, de bailar en la Plaza del Castillo, de disfrutar de los fuegos artificiales, de las meriendas en la Plaza de Toros, de acompañar a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos por las calles de Pamplona, etc., pero la pandemia no podrá llevarse nuestra emoción. Las ganas de vestirnos de rojo y de ponernos el pañuelico rojo el 7 de julio seguirán presentes, dado que nos resistimos a creer que esto ya está acabado antes de empezar. San Fermín se lleva en el corazón.

Van a ser unos Sanfermines atípicos, distintos, raros, aislados del bullicio. Un año para recordar, no tanto por lo que no se celebró sino por lo que sí pudimos expresar y compartir con nuestrso seres queridos. Debemos ser cautelosos y responsables con nuestros actos y acordarnos de que el coronavirus sigue presente y que debemos convivir con él. No nos confiemos.

En 2021, el sentimiento será más fuerte y las ganas de disfrutar de los Sanfermines será mayor. No hay que ser excepticos. Tenemos que tener confianza que lo bueno llegará. ¡Ya falta menos para San Fermín! Gutxiago falta da!