pamplona. Ha dedicado los últimos 26 años de su vida a defender la "capacidad de las personas discapacitadas" y, por ello, critica el "mal uso" de vocablos como "dependencia, personas enfermas o discapacidad". Al psicólogo Tomás Castillo Arenal, que ayer presentó su segundo ensayo -Aprendiendo a vivir- en el Planetario de Pamplona, le gusta hablar en positivo, una actitud que desea contagiar a aquellas personas cuando la enfermedad llama a su puerta. "Los ciudadanos con dolencias, que no enfermos, deben protagonizar su propio proyecto, deben buscar las oportunidades que les brinda la vida. La enfermedad es sólo una circunstancia, un inconveniente que no puede alejarnos de nuestras ilusiones", destaca.

En "Aprendiendo a vivir", usted afirma que coexistir con una enfermedad no resulta tan difícil si se adquiere fuerza para impedir que la dolencia centre nuestra vida. Explíquenos cómo una persona que padece esclerosis múltiple, por ejemplo, puede llegar a obviar o aceptar una patología de estas características.

Dejando a un lado su papel de paciente para convertirse en el protagonista de su propia vida. Las personas que tienen la mala suerte de sufrir una enfermedad deben adoptar una actitud positiva ante la vida, deben ser optimistas ante la realidad que les ha tocado. De esta forma, superarán el batacazo y visualizarán las oportunidades que la existencia les sigue ofreciendo. Deben hacer la siguiente reflexión: ¿Si conseguía ser feliz antes de que el médico me comunicara mi enfermedad, una dolencia que seguro padezco desde hace mucho tiempo, por qué no lo voy a seguir siendo ahora? Las personas deben aprender a adoptar las medidas para tratarla y a buscar esas oportunidades que la vida te ofrece. No hay que centrarse en el catastrofismo. Eso nos hunde.

Cada vez son más los especialistas que defienden la importancia que tiene enfrentarse a una dura enfermedad con valentía, valor, vitalidad... ¿Tanto influye la actitud en el desarrollo de una patología?

Por supuesto. Ningún especialista duda a estas alturas de que la actitud juega un factor clave en la evolución de una enfermedad. Nuestra pronóstico futuro variará de forma muy distinta si adoptamos una actitud positiva o negativa. Por esto mismo explico en Aprendiendo a vivir que la sociedad debe aprender a cohabitar con las enfermedades. Creo que es importante concienciarse de esta reflexión para adquirir mayor fortaleza psicológica. Todos estamos expuestos a sufrir una enfermedad.

"Aprendiendo a vivir" critica la dinámica de sobreprotección en la que entran muchas familias a la hora de cuidar a los pacientes. ¿Qué actitudes que ahora no se aplican deberían fomentarse?

La familia de una persona afectada por una patología debe vivir con naturalidad lo que está ocurriendo. No debe insistir en preguntas sobre su salud, sobre su estado de ánimo. Éstas son cuestiones que sólo transmiten ansiedad. La clave está en encontrar una fórmula con la que prestemos los cuidados necesarios, sin que limitemos, con ello, a nuestros hijos a que se desarrollen como los demás. Para superar una patología, el paciente debe vivir, debe disfrutar con ilusiones, alegrías...

De hecho, usted, que participó en la preparación de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de Dependencia, siempre ha defendido elevar el vocablo autonomía sobre el de dependencia.

Exacto. Las grandes leyes se anuncian en positivo, y el futuro se encuentra, sin duda, en la prevención sanitaria, un proyecto por el que debemos apostar. La sociedad debe decidir si fomenta políticas que promuevan la autonomía de las personas enfermas, o si, por el contrario, quiere impulsar sólo actuaciones para atender a las personas que ya han caído en una situación de dependencia porque, quizá, se les prestó poca ayuda cuando aún se valían por sí mismas.

Como psicólogo, si tuviera que transmitir dos consejos para "aprender a vivir en positivo con lo que tenemos y no morir añorando lo que nos falta", ¿cuáles escogería?

Creo que es vital tener proyectos. De esta manera, siempre nos saldrá algo adelante. Además, hay que saber disfrutar del presente día a día.