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Expertos de la UPNA analizan la sostenibilidad de un bosque del Prepirneo

Estudian la viabilidad y superviviencia de las talas en un bosque mixto de pino silvestre y hayas del Prepirineo navarro, localizado en el municipio de Navascués

PAMPLONA. Investigadores de la UPNA trabajan en un proyecto sobre sostenibilidad de un bosque mixto en el Prepirineo navarro, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación

En concreto analizan la sostenibilidad de las claras en un bosque mixto de pino silvestre y hayas del Prepirineo navarro, localizado en el municipio de Navascués, según informa esta universidad en un comunicado en el que precisa que desde hace diez años el grupo de investigación Ecología y Medio Ambiente de este centro trabaja en el estudio de dos bosques del Pirineo navarro.

Las claras de un bosque son talas que se realizan con una doble finalidad: mejorar la masa forestal que queda en pie y obtener productos comerciales.

Generalmente, según explica, al disminuir el número de árboles, los restantes disponen de más luz, agua y nutrientes; los árboles aumentan su diámetro más rápidamente, producen más frutos y semillas, muestran mayor resistencia al ataque de plagas.

Sin embargo, precisa, no todo se traduce siempre en ventajas: el modo en que se realiza la clara, su intensidad y frecuencia, el porcentaje de superficie afectada, repercute de manera diferente en el conjunto del bosque y, lo que es más importante, en su sostenibilidad y capacidad de regeneración.

La superficie de bosques mixtos de coníferas y frondosas en Navarra es de unas 80.119 hectáreas y está aumentando.

En opinión de los investigadores, es "imprescindible conocer su funcioamiento para mejorar su gestión, porque en la actualidad se sabe mucho más del funcionamiento y gestión de un bosque monoespecífico que de los bosques mixtos".

Conocer en profundidad las consecuencias de la explotación forestal resulta esencial para un mantenimiento sostenible de los bosques.

Al respecto la UPNA apunta que la importancia de este proyecto reside en que está permitiendo "hacer un seguimiento continuado en el tiempo y esto es esencial porque hay cambios, como los de ciertas variables del suelo, que no se han percibido hasta que no han pasado al menos cuatro años desde la primera clara".