sorpresa, tristeza, incertidumbre, nervios. Son los adjetivos que los habitantes de Urbiola, de cuarenta y pocos habitantes, utilizan para describir su sentir, su situación. Hoy se cumplen once días desde que el pasado lunes 9 de agosto, María Ángeles Germán López, de 44 años, desapareciera de la faz de la tierra. Ni la Policía, ni la familia, ni el marido, ni los vecinos. Nadie sabe dónde está, qué es de ella.

"Era muy correcta de trato y se le veía bien, no pensaba que fuera a ocurrir esto", dijo ayer el último vecino que la vio en el bar y que prefirió no dar su nombre. Lo único que se sabe es que María Ángeles se fue en coche con su perro y no volvió. Precisamente, el hecho de que no aparezca su vehículo es lo que más inquieta al pueblo, pero a la vez, lo que les da esperanzas de que esté bien. "Pienso que va a aparecer viva", aseguró José Ignacio Casanova, otro vecino del pueblo. "Los primeros días fueron de sorpresa", aseguró,incluso al principio "se asomaba al balcón con la esperanza de verla aparecer". Ahora, once días después no pierde la esperanza.

Igualmente, José Ignacio no cree que esté herida. De hecho, el sentir popular de los habitantes de Urbiola es que María Ángeles se haya ido voluntariamente. Evidentemente, no son más que suposiciones, pero el hecho de que no haya aparecido el vehículo y no exista pista alguna les invita a sospechar que puede que siga con vida, refugiada en cualquier lugar. Ahora bien, existen ciertas controversias para esta teoría. Al parecer, María Ángeles se fue sólo con el perro. Sin dinero, ni ropa ni nada de nada. Además, no han encontrado el coche, pese a que la Policía Foral lo busca constantemente.

En lo que todo el pueblo coincide es en el deseo de que María Ángeles aparezca sana y salva. El pueblo entero se volcó en su búsqueda y aunque no aparezca son optimistas. José Ignacio Casanova participó en la búsqueda. El marido de María Ángeles le dijo que tenía una corazonada y quería mirar en unas pequeñas cuevas cercanas al pueblo. Pero como es sabido, "allí no había nada", concluyó Casanova.

El alcalde de Urbiola, José Ignacio Urra, destacó que María Ángeles estaba "muy integrada" y que le habían "cogido cariño". Coincide otra vecina del pueblo, Josefina Fernández, que aunque "no conociera mucho" a María Ángeles ve al pueblo "volcado con el marido" de María Ángeles, con el que estuvieron charlando ayer y "preguntándole si se sabía algo nuevo".

Por otro lado, el alcalde del Urbiola también señaló que las fiestas del pueblo, que comienzan el último fin de semana de agosto, "se van a celebrar." Comentó que había hablado con el marido de María Ángeles y que le había dicho que adelante. Lo que no sabe es cómo se organizarán, con el único mesón del pueblo cerrado. Aunque ese es el último de los problemas. Lo importante es que aparezca viva y José Luis se muestra "esperanzado" de que así sea.