Ignacio Araujo Múgica, arquitecto y primer director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra ha fallecido hoy en Pamplona. Tenía 95 años.
A lo largo de su trayectoria, Ignacio Araujo (Madrid, 1929) participó en la construcción de más de una decena de edificios de la Universidad de Navarra en Pamplona. También proyectó 1.400 viviendas en la capital foral, en Navarra y en el País Vasco. Entre sus proyectos se encuentran: el Colegio Mayor Aralar (1957-1959), la primera Biblioteca de la Universidad de Navarra (1965), la Clínica Universidad de Navarra - segunda y tercera Fase (1965 y 1971), la Biblioteca de Humanidades de la Universidad de Navarra (1998), Torre I y Torre II del Colegio Mayor Belagua (1968) y el Colegio Mayor Olabidea (1994).
Cuatro de los edificios que diseñó el profesor Araujo junto a Juan Lahuerta Vargas fueron distinguidos con la placa DoCoMoMo Ibérico, que reconoce los proyectos más emblemáticos del Movimiento Moderno: en Pamplona, la Clínica Universidad de Navarra y su fase II y la primera Biblioteca de la Universidad de Navarra; en Vitoria, las viviendas colectivas de la calle Florida.
Ignacio Araujo obtuvo el título de arquitecto en 1955 por la Escuela de Arquitectura de Madrid. En 1961 se trasladó a Pamplona para trabajar en los inicios de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Tras su fundación, en 1964, fue nombrado director, cargo que ocupó hasta 1970. Posteriormente fue director de Estudios (1970-1975) y subdirector (1975-1989). Su dedicación a la docencia ha quedado reflejada en sus publicaciones.
Desde 1956 era miembro del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro. En 1979, obtuvo la cátedra de Proyectos arquitectónicos en la Universidad Politécnica de Valencia.
“Ignacio Araujo fue el primer director de la Escuela y la persona más comprometida con su desarrollo. Maestro de maestros, fue, además, un gran arquitecto, autor de muchos de los edificios que configuran el campus de la Universidad de Navarra. Pero, sobre todo, para aquellos que lo conocimos y admiramos, fue un extraordinario ejemplo de vida”, ha destacado el arquitecto y profesor de la Escuela, Mariano González Presencio.
Por su parte, Carlos Naya, director de la Escuela de Arquitectura, ha querido recordar "su generosidad, siempre poniéndose en segundo plano y preocupándose por el bien de la Universidad y de los demás".