madrid. El restaurante El Bulli, elegido 4 años consecutivos como el mejor del mundo, cierra el próximo junio y reabrirá en el 2014 como fundación privada con la libertad creativa como bandera y un archivo en el que se preservarán los 50 años de investigación gastronómica del establecimiento de cala Montjoi.

La mente creativa detrás del Bulli, Ferrán Adriá, nombrado el año pasado el cocinero más influyente de la década, presentó ayer en la cumbre gastronómica internacional Madrid Fusión este nuevo proyecto, El Bulli Foundation, con el que pretende crear "talento, creatividad y riqueza", pero sobre todo, "devolver algo a la sociedad".

Adriá, que hace un año revolucionó Madrid Fusión al anunciar que cerraría su célebre restaurante durante dos años, contó para el proyecto físico de la fundación con el arquitecto Enric Ruiz Geli, quien ha diseñado "un escenario de arquitectura de partículas" que será pionero en "sostenibilidad y energía".

Un "ideario" en el que pensar con libertad, un archivo físico y digital que preserve los miles de documentos e investigaciones generados a lo largo de la historia del restaurante y una sala de brainstorming (tormentas de ideas) serán algunos de los componentes de este nuevo espacio sin referentes en el mundo.

El Bulli Foundation conllevará una inversión anual privada de entre 600.000 y 800.000 euros. "Esto no es un juego, siempre nos hemos lanzado, aunque empezamos con un buen fondo; pase lo que pase en los seis primeros años empezamos con un buen fondo", señaló el cocinero, quien insistió en que él y su socio (Juli Soler) no son millonarios y están corriendo "un riesgo increíble".

Este nuevo Bulli colgará cada día en Internet, de forma gratuita, el resultado de sus sesiones creativas, pues esta es la forma de mantener una "presión" constante sin la que Adriá piensa que no se puede crear.

Sin embargo, precisó el chef, no se colgarán platos a diario, sino "conceptos" que otros puedan aplicar a sus creaciones, pues su máxima siempre ha sido que la creatividad "es no copiar". Los platos se compartirán al final de cada temporada.

"Hoy me siento bastante liberado, la gente sabe que vamos a continuar, no era un farol", dijo Adriá tras presentar un plan que pone punto y final a meses de especulaciones. Lo que quiso dejar claro es que no hay reglas, y desaparece el concepto de El Bulli como restaurante a la usanza que tampoco lo era tanto, ya que sólo abría 6 meses al año, en horario de cenas.

La fundación tendrá un equipo fijo de 15 personas a las que se sumarán colaboradores que tengan algo que aportar en distintas disciplinas del pensamiento. Y siempre, un periodista que pueda transmitir lo que allí está ocurriendo.

"Se cambia la proporción de horas de experiencia por horas de conocimiento", indicó Adriá, quien hizo una apasionada defensa del concepto fundaciones. "En el momento actual hay una responsabilidad muy importante del empresario de entender que no todo lo puede hacer la administración. Nosotros vamos a aportar nuestro granito de arena, a ver si en otros campos surgen otras fundaciones que alienten también la creatividad", apostilló.

Una frase resume lo que va a diferenciar el mítico restaurante de Adriá de su fundación homónima: "no es lo mismo y de eso se trata, de que no sea lo mismo".