Un total de veintiocho profesionales de la educación componían el claustro inicial y, 25 años más tarde, algunos de aquellos educadores como Gerardo Olloki y Koldo Chocarro aún continúan compartiendo sus conocimientos y experiencia con los nuevos chavales. El centro ha evolucionado y actualmente, 78 profesores dan clase a 630 jóvenes de ESO y Bachillerato. En total, más de 200 maestros han formado a los 3.000 chicos y chicas que han pasado por sus aulas.

No fue hasta el año 1990 cuando pudieron estrenar el edificio que hoy en día sigue albergando el centro. Sin embargo, en el curso 95/96 la Administración Pública decidió separar a los alumnos por modelos y envió a los que estudiaban en castellano al instituto Basoko, situado a pocos metros. Esto no supuso ningún impedimento para el Instituto Iturrama ya que, según su director, Tomás Astiz, "para el funcionamiento es más fácil emplear una sola lengua, además de que conocer euskera ayuda en la formación de los alumnos". El mayor número de niños matriculados en Infantil y Primaria no van a coger por sorpresa al IES Iturrama, ya que vigilan muy de cerca sus potenciales alumnos desde el ciclo de 0-3 años. Astiz, que lleva 16 años en la enseñanza, considera que "el modelo D está muy estabilizado aunque el repunte de matriculaciones en Infantil y Primaria hace que tengamos que trabajar conjuntamente con la Administración para preparar esa incorporación masiva que llegará dentro de pocos años".

futuro

Apuesta por la calidad

Lograr una calidad educativa cada vez mayor es una de las obsesiones del instituto. El anterior director, Pedro Otaduy, implantó el sistema de gestión y control de calidad ISO 9001/2008 que les permite catalogar con precisión si se cumplen o no los objetivos que se proponen. "Nos ha dado un plus sobre el buen hacer en el trabajo", apunta Astiz. Su finalidad no se limita a que los alumnos busquen un simple aprobado y pasen por el centro sin pena ni gloria. Intentan ir más allá, buscan la excelencia y tratan de inculcarles una mentalidad de permanente formación, una actitud de continuo aprendizaje. "Fomentar que los chavales tengan inquietudes y que sean conscientes de que lo que se les enseña va a ser útil en su vida, porque lo que el mercado laboral requiere ahora son profesionales capaces de reciclarse continuamente", apunta Astiz.

En estos 25 años, la enseñanza ha cambiado mucho y sus métodos también. Conscientes de ello, los educadores de Iturrama han abandonado las clases magistrales, tan de moda en otros tiempos y se han adaptado a las competencias que exige la LOE desde hace cuatro años, donde se le da más importancia a la participación del alumnado que a las clases teóricas. "Ahora se busca más el dinamismo y el conocimiento práctico pero sin obviar ninguna enseñanza teórica básica", cuenta Astiz.

objetivos

Impulsar los idiomas

Impulsar el aprendizaje de idiomas es otra de las metas que se propone el centro. Este año han logrado concertar tres intercambios con colegios de otros países europeos. Así, los alumnos de Bachillerato y 4º de ESO tienen la posibilidad de pasar diez días en un hogar de Inglaterra o Francia, al tiempo que han acogido en sus casas durante el mismo periodo de tiempo a un alumno de esas nacionalidades. Por su parte, el departamento de dibujo ha fomentado un intercambio con alumnos italianos, a través del cual los estudiantes pueden disfrutar del arte del país transalpino, al tiempo que han pasado una semana viviendo en otra cultura y comunicándose en otra lengua. "Al conocer castellano y euskera les resulta más sencillo cambiar de registro, y creemos que es importante que vean los idiomas como herramientas de comunicación básicas, de ahí la importancia de los intercambios", señala Astiz.

El peso del Instituto Iturrama ha ido en aumento a lo largo de los años, en parte, gracias a que es el único centro de la Comunidad Foral que oferta el bachillerato de Artes Plásticas y Diseño en el modelo D. Unos 30 alumnos y alumnas siguen a día de hoy este itinerario que comenzó a funcionar en 1997. Los estudiantes que opten por cursar la enseñanza no obligatoria en el centro pueden optar entre casi todas las modalidades posibles, excepto la de artes escénicas, que en Navarra sólo se imparte en euskera en el Instituto Alaiz de Barañáin, y el tecnológico, que esperan poder ofertarlo el próximo año si cuentan con las matriculaciones mínimas necesarias para ponerlo en marcha. "Ofertar el tecnológico es una de nuestros retos para el futuro pero estamos sujetos a la demanda que haya", comenta el director.

Para el próximo curso ya han recibido 92 solicitudes para estudiar en algunas de las modalidades de Bachillerato, además de los que pasan desde la ESO, lo que muestra el gran crecimiento que está experimentando el centro en los últimos tiempos. "Queremos potenciar las salidas de los alumnos, que puedan encaminarse hacia las profesiones que más les gusten", afirma Astiz.

Momentos delicados

Episodios comprometidos

En el pasado, han sido testigos directos de algunos actos que poco o nada tenían que ver con la enseñanza. Aunque Astiz lleva cinco años en el centro y tan solo uno como director, recuerda estos hechos y opina que "cuando suceden cosas de ese tipo nosotros estamos obligados a concederles la importancia que merecen y a darles soluciones desde un plano educativo". El último percance tuvo lugar en 2008 cuando dos alumnos homenajearon a miembros de ETA durante el recreo, aunque la acción aislada de dos menores no desluce la labor educativa llevada a cabo por este centro durante sus 25 años de existencia.

El futuro se presenta muy esperanzador. La crisis obliga, más si cabe, a que los jóvenes salgan al mercado laboral muy preparados. "Desde Primaria se está potenciando mucho el aprendizaje de idiomas sobretodo el inglés y nosotros estamos obligados a tomar el testigo con garantías", asegura Astiz.