lA historia de Erkuden Zeberio Fernández, presidenta de la delegación navarra de la nueva Asociación SOS Bebés Robados, es similar a la de los numerosos niños y niñas que nada más nacer fueron dados en adopción. Ella sabe esta circunstancia desde pequeña, sus padres le dijeron siempre la verdad. Aunque reconoce que en un momento dado le dolió, ya que siempre creyó que su madre biológica había muerto, hoy a sus 33 años de edad quiere conocer sus raíces y sus genes. "Nunca se sabe si me puede afectar una enfermedad a mí o a mis hijos". Quiere saber los motivos por los que su madre biológica no pudo hacerse cargo de ella. "He vivido muy bien, no me ha faltado de nada. A mi madre le apena que quiera saber mi historia por eso no quiero implicarle para nada", apuntaba ayer desde Vitoria-Gasteiz, ciudad en la que vive y en la que atiende a su madre, delicada de salud.

Erkuden sabe que nació en Pamplona, concretamente en la Clínica Gortari, en el año 1977 y que, tras el parto, su madre fue atendida en el convento-residencia que las Misioneras de Jesús María y José tuvieron hasta 1987 en Guerendiáin, pueblo del Valle de Ultzama. "Tengo entendido que era una casa de retiro espiritual y que tenían también una guardería infantil. Las monjas tienen actualmente una residencia en Madrid". Fue en este lugar de la Ultzama donde, al parecer, Erkuden fue entregada a sus padres adoptivos y donde se cortó el cordón con su madre biológica. Sabe también que "una mujer llamada Conchita Fernández que vivía en Vitoria y se dedicaba a ayudar a personas, y que ahora también busco, tuvo, al parecer, algo que ver con mi adopción". Cree que esta mujer ayudaba a mujeres embarazadas a salir adelante en unos años en los que era difícil y había mucha presión social para que una mujer embarazada y sola pudiera hacer frente a su nueva condición de madre. "Las madres solteras no estaban bien vistas", advierte.

Hasta aquí poco más sobre sus orígenes. Sus padres adoptivos tampoco tuvieron información alguna sobre la madre de Erkuden. "Estaba prohibido. Mis padres pagaron un dinero. Creo que en aquellos tiempos se pagaba una cantidad para sufragar los gastos del parto y de la estancia en la residencia de Guerendiáin", apunta. Se formalizó la adopción y ya está. Erkuden vivió su infancia en la zona de la Sakana, estudio en Pamplona y ahora reside en Vitoria-Gasteiz.

Sospecha que su madre biológica es navarra o de la zona, dada su presunta relación con Conchita Fernández, y se puede imaginar que fue una de las muchas mujeres que por la presión social no pudo sacar adelante a su hija. "A mí lo que me mueve a hacer todo esto es buscar mis orígenes". Al constituirse la primera asociación para buscar niños robados y aclarar presuntas adopciones irregulares, Erkuden Zeberio se enroló en la iniciativa y ahora quiere impulsar el colectivo en Navarra donde ya hay al menos 14 familias que quieren resolver dudas similares. Desde SOS Bebés Robados, Erkuden emprende esta nueva andadura en Navarra.