Fermín Rodríguez Pérez, joven médico de 25 años natural de Barañáin, ha comenzado su formación como pediatra con ilusión y convencido de haber elegido una especialidad que encaja con su vocación profesional, aunque admite que no siempre lo tuvo claro.
Rodríguez explicó que fue durante la carrera de Medicina y especialmente en las prácticas hospitalarias cuando fue descubriendo su afinidad por la pediatría. “Ha sido algo que he ido viendo sobre la marcha, y creo que es lo que más se ajusta a mí y a lo que quiero ser como profesional”, señala.
A pesar de algunas dudas puntuales, aseguró que Pediatría fue su primera opción. También influyó en su decisión el deseo de quedarse cerca de su entorno. “Quería estar cerca de casa porque me gusta esta tierra, así que estoy encantado de empezar esta nueva etapa”, añade.
Un paciente especial
Sobre lo que más le atrae de esta especialidad, destacó que se trata de “un mundo totalmente diferente” dentro de la medicina. En su opinión, el abordaje del paciente pediátrico requiere una perspectiva distinta, tanto por las diferencias fisiológicas como por el trato en sí. “Te tiene que gustar el paciente pediátrico, y es lo que yo buscaba. Además, permite abarcar la medicina de forma más general”, apunta.
Durante su residencia irá pasando por distintos servicios dentro de la pediatría, lo que le permitirá ir perfilando sus preferencias de cara a una futura subespecialización. “Habrá que elegir lo que más me guste, ya lo iremos viendo”, comenta.
Preguntado por el proceso del examen MIR, reconoció que fue una etapa dura que requiere constancia y esfuerzo. “Es un proceso que todos los médicos tenemos que afrontar. No siempre es agradable, pero es algo que empieza y acaba”, explica.
Ahora, con la plaza elegida y a punto de comenzar la residencia, se mostró ilusionado y con muchas ganas. “Como es lo que quería, empiezo esta etapa laboral con ilusión y con ganas de aportar”, concluye.