La cogida de un utrero, tan letal como la de un toro

pamplona. Astifinos y con trapío, así eran los utreros, toros de tres años, que participaron en el trágico encierro de ayer en Lodosa. Unos animales que, sin alcanzar el peso y el tamaño en las astas de los toros de lidia -Tortolillo, el novillo que mató a Félix de Luis Morentin, rondaba los 470 kilos-, pueden ser tan letales como sus hermanos mayores. "En un utrero, como en un toro, hay animal de sobra para matar a una persona, es como si te atropella un camión, te mata igual uno de 25 toneladas que de 29", explicó ayer el ganadero lodosano José Antonio Baigorri, cuyas reses protagonizan varios festejos en la localidad y que participó en la captura del segundo novillo fugado. "¿Es igual de peligroso un toro que un novillo? Es como si una persona mata a un perrillo de tres kilos, igual lo puede hacer si tiene 18 años que si tiene 25", añadió el ganadero, quien, tras afirmar que "reforzar el vallado por seguridad nunca está de más", consideró lo sucedido un "golpe de mala suerte". "Puede haber diez cogidas y que los animales no claven el pitón, pero aquí ha sucedido lo peor", lamentó Baigorri, que se da la circunstancia de que es primo segundo del fallecido.

"Aquí gusta el toro bravo y bien presentado, la afición es exigente", explicó sobre el trapío de los novillos Tomás Prieto de la Cal, propietario de la ganadería a la que pertenecía Tortolillo. Prieto de la Cal, muy afectado por lo sucedido, manifestó su pesar por la muerte del aficionado navarro. Las reses de este hierro onubense visitan Lodosa desde hace seis años y la cara visible de la ganadería, Mercedes, muy popular en tiempo de festejos, acudirá a la novillada que esta ganadería protagonizará el sábado en Lodosa.