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"Mi madre puede olvidarse de comer o hacerlo dos veces, así que estamos pendientes"

La hija de una mujer de 95 años explica los cuidados que le da su familia para evitar problemas de malnutrición

"Mi madre puede olvidarse de comer o hacerlo dos veces, así que estamos pendientes"Foto: i. aguinaga

pamplona. Vivir sin la familia no es sinónimo de abandono. Bien lo sabe Gloria Fernández Martínez. A sus 95 años esta vecina de Falces, que ingresó el miércoles en la Clínica San Miguel por una infección que se complica por su condición de diabética, es un ejemplo de cómo la edad y la demencia no la han llevado a la malnutrición. Sus cinco hijos se han ocupado de ello. "Mi madre, antes de perder la cabeza, estaba muy bien alimentada, se cuidaba casi en exceso", comenta su hija, Nieves Pueyo Fernández, de 59 años. Cuando Gloria comenzó a no ser capaz de ocuparse de su alimentación, su familia se encargó de que la persona que le atendía desde hacía años mantuviera su dieta habitual, equilibrada y adaptada a la diabetes. "Mi madre seguía todos los consejos médicos, era muy estricta en eso. En Navidades nosotros dábamos cuenta de las bandejas de turrón y ella comía una manzana, pero este año en Nochebuena, como ella ya no se da cuenta, pidió flan de huevo y se lo dimos, como algo excepcional", comenta con cariño. Esta casi centenaria ha conservado el buen apetito hasta los últimos años. "En la época final ha empezado a comer menos, pero estamos pendientes de ella. Ahora que no controla, puede olvidarse de comer o hacerlo dos veces, así que hay que estar encima", dice Nieves.

Además, Gloria lleva dentadura postiza desde hace años por eso la carne se le sirve picada y algunos alimentos en forma de puré. No solo comparte con otros ancianos el problema de la dentadura sino también la ausencia de sed. "Cuando tenía la cabeza bien, bebía dos litros al día pero ahora debemos estar atentos para que beba", explica su hija.