PAMPLONA. El gimnasio Adaka, localizado en el barrio de la Chantrea de Pamplona, ha tenido que subir sus cuotas. "Es muy duro decirle a la gente que tiene que pagar más pero no podemos asumir todo", asegura Genaro Villar Berrade, gerente del centro. Según explicó Villar, "en el gimnasio hemos intentado que se asuma la subida a medias con el cliente, porque la gente ya estaba tocada".
La matrícula de los que comienzan se "ha quedado igual" y las cuotas se han incrementado de manera diferente: "A la gente adulta que utiliza más la sala de musculación y los aparatos se les ha subido entre cuatro y seis euros, pero como también hay niños que realizan actividades, a ellos solo se les sube unos dos euros", indicó el gerente de Adaka. Esta medida, así como la crisis, ha provocado también "que haya gente que se ha borrado", pero esto se ha notado "mucho menos en las personas que realizan cursos, ya que ellos vienen de forma más regular". Villar considera que además de estos factores, la peor competencia es la que califica de "desleal", que "es la que hacen los gimnasios públicos". "¿Por qué no hacen una panadería pública y sin embargo hacen jacuzzis públicos, algo que es un lujo asiático? Esta competencia es la peor, porque tienen las mismas o más pérdidas que nosotros, pero como se financian con dinero público no les importa", criticó Villar. Él cree que estos centros públicos son la causa del cierre "de muchos gimnasios que había en Pamplona y que fueron pioneros".
Las máquinas y aparatos tanto de musculación como de correr o de relajación también están ahora especialmente grabados por los impuestos, pero esto no se está notando tanto, debido a que, según señaló Villar, "cuando hay que renovarlos se hace una inversión muy grande y duran mucho, así que por ahora no tenemos que cambiarlos".
"La salud también se puede ver afectada porque a la gente ahora le cuesta más mantenerse en forma", concluyó Villar.