Cada año, entre los meses de agosto y octubre, unos antiguos baños termales asoman a la superficie al bajar el nivel del agua del pantano de Yesa que actualmente se encuentra al 23 por ciento de su capacidad. Ya han pasado 53 años desde que en 1959 el llenado del pantano sepultó el pueblo de Tiermas, sin embargo, el antiguo balneario todavía invita a los aficionados a bañarse en sus calidas aguas que con sus 38 grados, poseen propiedades curativas de la artrosis, el reuma, el estrés o los problemas de la piel. Todas estas propiedades las descubrieron los romanos, ya que este antiguo balneario data de la época romana y vivió su máximo esplendor en los siglos XVII y XVIII.